
Chrystia Freeland, experiodista de Reuters y el Financial Times, suena con fuerza. Reuters
¿Quién sucederá a Trudeau? Los liberales de Canadá buscan líder para salir del pozo entre tambores de guerra con Trump
Esta semana empieza la carrera por ver quién sustituye al primer ministro dentro de su propio espacio político. El vencedor se convertirá, también, en el candidato progresista en las próximas elecciones generales.
El pasado jueves concluyó el plazo establecido por el Partido Liberal de Canadá, al que pertenece el todavía primer ministro Justin Trudeau, para inscribirse en la carrera por sucederle dentro de la formación progresista. Una incógnita que se despejará el próximo mes de marzo –concretamente el día 9– con la votación correspondiente.
Trudeau, cabe recordar, anunció su dimisión como primer ministro de Canadá, un cargo que lleva ocupando desde el 2015, hace varias semanas tras ver que su popularidad tanto dentro como fuera del partido se hundía hasta mínimos históricos. Trudeau concluyó, en fin, que no era muy inteligente agarrarse al puesto con unas elecciones federales –el equivalente a las elecciones generales españolas– previstas para el próximo 20 de octubre.
“Este país merece una verdadera opción en las próximas elecciones y me ha quedado muy claro que, si tengo que librar batallas internas, no podré ser la mejor”, declaró al anunciar su dimisión. En otras palabras: quien quiera que le vaya a suceder dentro del Partido Liberal será, también, uno de los principales candidatos a gobernar Canadá a partir del próximo otoño. O antes, si la oposición logra forzar la convocatoria de elecciones anticipadas una vez se conozca al nuevo líder de la formación de centro-izquierda.
En cualquier caso, y aunque no se espera una lista definitiva de nombres hasta después del fin de semana, los canadienses tienen bastante claro quiénes se van a disputar el puesto de Trudeau dentro del partido.
Una vez descartados los ministros de Finanzas, Asuntos Exteriores, Industria y Transporte, quienes han dejado claro que no están interesados en subir sus respectivas apuestas, y después de que el ministro de Trabajo –Steven MacKinnon– y la ex lideresa de la Columbia Británica –Christy Clark– hayan dicho que sí les gustaría intentarlo pero que no les da tiempo a montar una campaña en condiciones, la lista de nombres se reduce a seis.
Uno de los más repetidos es el de Mark Carney, un anglo-canadiense que comenzó su carrera trabajando en Goldman Sachs y que, desde entonces, ha sido funcionario del Ministerio de Finanzas canadiense, gobernador del Banco de Canadá, gobernador del Banco de Inglaterra y presidente del Consejo de Estabilidad Financiera del G20. Un tipo del que, además, Trudeau siempre ha hablado estupendamente y al que ha consultado en repetidas ocasiones sobre cuestiones económicas.
“He ayudado a gestionar múltiples crisis y he ayudado a salvar dos economías”, dijo Carney tras anunciar su predisposición a liderar el Partido Liberal. “Y sé cómo funcionan los negocios”. Asimismo, ha prometido poner todo su conocimiento al servicio de Canadá y de su defensa “contra Donald Trump”. Un mensaje que pretende tranquilizar a los canadienses ante la ofensiva comercial, vía aranceles, que ha prometido el mandatario estadounidense.
También suena bastante Chrystia Freeland, una periodista de larga trayectoria –Thomson Reuters, The Globe and Mail, Financial Times– que en los últimos años ha estado al frente del Ministerio de Comercio Internacional, del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Ministerio de Finanzas. Tras lo cual ejerció, hasta el pasado diciembre, de vicepresidenta de Canadá.
Su principal aval se encuentra en la ruptura que protagonizó con Trudeau en diciembre. De hecho, se la considera una de las principales artífices de la renuncia del primer ministro. Lo cual, teniendo en cuenta la escasa popularidad de Trudeau, podría jugar a su favor.
Además, fue con ella al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores cuando Canadá logró renegociar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y México. Asimismo, se ha mostrado partidaria de Ucrania y muy dura con Trump, quien se ha referido a ella como una persona “tóxica”.
Hay otros cuatro nombres en las quinielas. El de Karina Gould, la jovencísima –tiene 37 años– líder de la Cámara de Representantes canadiense y ex ministra de Familia, Desarrollo Internacional e Instituciones Democráticas; el de Jaime Battiste, un diputado de orígenes indígenas –concretamente de una tribu conocida como Micmac– que busca “la protección de los Derechos Humanos y la sostenibilidad medioambiental”; el de Chandra Arya, un ingeniero de origen indio que también es diputado y que pretende “liderar un gobierno pequeño y más eficiente”; y el de Frank Baylis, un empresario con cierta experiencia en política que quiere solucionar el problema de la vivienda.
Sea quien sea el elegido, tendrá que enfrentarse al líder conservador Pierre Poilievre en las elecciones federales. Hijo adoptivo de dos maestros de escuela, Poilievre lleva al frente del Partido Conservador, el principal partido de la oposición, desde el 2022. Anteriormente se desempeñó como ministro de Reforma Democrática y también como ministro de Empleo y Desarrollo Social. Ahora mismo él es el favorito, y por mucho, en las encuestas que tratan de vislumbrar quién será el próximo primer ministro de Canadá.