Imagen de una paciente en una clínica.

Imagen de una paciente en una clínica. Nastasic iStock

Belleza

De la bioestimulación a los neuromodulares: los tratamientos estéticos más pedidos en Navidad

La llegada del frío es la época perfecta para apostar por según qué procedimientos que siempre han de hacerse de la mano de un experto.

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El mes de diciembre supone el cierre de una etapa y la llegada de nuevos propósitos. Entre ellos, muchas veces se cuela la idea de llevar unos cuidados de la piel mucho más exhaustivos, sobre todo ahora que estas rutinas son una auténtica tendencia.

De hecho, de acuerdo con la Academia Española de Dermatología y Venereología, durante estos últimos días del año se registra un aumento en la demanda de tratamientos estéticos faciales. La organización ha lanzado una campaña, La piel no es moda, con apoyo del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica bajo el eslogan One Skin Collection.

Tal y como indica el doctor Vicent Alonso, dermatólogo especializado en estética médica, esta que corre "es una época en la que muchas personas buscan mejorar su imagen de cara a las celebraciones y reuniones sociales".

En parte, resulta una decisión bastante lógica en estas fechas, ya que el invierno, que implica un clima más frío y menos exposición al sol, es el momento perfecto para según qué tratamientos e intervenciones.

"Es ideal para procedimientos como peelings químicos y otros con diferentes tecnologías y láser para tratar problemas dermatológicos como las manchas, la rosácea, las cicatrices de acné o las arrugas faciales", añade el especialista.

Igualmente, el doctor del GEDET enumera propuestas como la bioestimulación o técnicas infiltrativas como los neuromoduladores —muy de moda ahora en redes sociales— o los rellenos dérmicos. "Requieren un periodo de recuperación corto y ofrecen resultados visibles y naturales que refuerzan la autoestima de los pacientes", aclara Vicent Alonso.

Imagen de archivo de una intervención.

Imagen de archivo de una intervención. Foto de Sam Moghadam en Unsplash

En cualquier caso, ante la maraña informativa disponible en las plataformas, accesibles para todo el mundo, el criterio para optar por unos tratamientos u otros siempre debería ser el de un médico especializado, que en este caso sería un perfil como el de Alonso. Un profesional con esta formación tendría, además, que hacer una recomendación a medida.

"Su conocimiento profundo de la anatomía cutánea, la fisiología, y las distintas patologías dermatológicas lo posiciona como el más cualificado para realizar procedimientos de estética médica con un enfoque seguro, personalizado y basado en evidencia científica", comenta el experto.

"Además, siempre busca resultados naturales, lo cual es muy valorado por los pacientes. En un momento en el que proliferan tratamientos fuera del ámbito médico, es imprescindible reivindicar el papel del dermatólogo como garante de salud, seguridad y resultados óptimos", destaca.

Como se menciona al inicio, desde la AEDV se ha lanzado una acción de concienciación sobre la alta demanda de estos procedimientos estéticos en colaboración con el GEDET. Quieren poner en alza la idea de que la piel es un órgano esencial, cuyos cuidados no deberían atender a tendencias.

El coordinador del GEDET, el doctor Vicent Alonso, asegura que defienden "una visión integradora que promueve tanto la salud como el bienestar, y esta campaña ayuda a posicionar al dermatólogo como el referente de confianza en estas cuestiones, más allá de modas o intereses comerciales".

Los tratamientos

Resulta interesante especificar en qué consisten los procedimientos que recomienda, en caso de que sea necesario, en esta época.

  • Peeling químico. Es un tratamiento estético en el que se aplican sustancias sobre la piel para exfoliarla de manera controlada. Esto provoca que las capas superficiales se renueven y permite mejorar su textura, luminosidad y apariencia general.

    Dependiendo de la profundidad a la que se practique —superficial, medio, profundo—, puede servir para unas mejoras concretas u otras: desde reducir manchas, hasta disminuir arrugas finas, atenuar cicatrices de acné o incluso controlar brotes.

  • Bioestimulación. Es una propuesta que busca estimular de manera natural la producción de colágeno, elastina y otros componentes clave de la tez para mejorar su firmeza, textura y vitalidad. En lugar de rellenar o modificar volúmenes, impulsa los propios procesos de regeneración. Se consigue un perfeccionamiento del aspecto que es progresivo y natural.

    Puede suponer una mejora de la firmeza, elasticidad, luminosidad y textura, disminución de arrugas finas y de las cicatrices leves.

  • Neuromoduladores. Son sustancias utilizadas en medicina estética para relajar temporalmente ciertos músculos faciales, suavizando líneas de expresión y evitando que se marquen más conforme pase el tiempo.

    Sus efectos suelen durar entre tres y seis meses, dependiendo del tipo que se emplee, del organismo de la persona y de la zona a tratar.

  • Rellenos dérmicos. Se inyectan bajo la piel para restaurar volumen, mejorar contornos, el aspecto de las arrugas o hidratar zonas específicas. Se trata de uno de los tratamientos más utilizados por sus resultados inmediatos y naturales cuando se aplican correctamente.

    En este caso, sus beneficios se prolongan entre seis meses y hasta los dos años.

Los detalles

La campaña impulsada desde los dos organismos tiene más sentido que nunca en un contexto del que se extraen detalles como que el 50% de la población española se ha realizado algún tratamiento de medicina estética. Fue la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) la que lanzó este dato en febrero de 2024 tras su informe Percepción y uso de la Medicina Estética en España en 2023.

Además, en este mismo estudio se reflejó la polarización de la sociedad, un concepto que aplica casi a cualquier cuestión. Es especialmente preocupante el hecho de que el número de pacientes jóvenes —franja de edad de 16 a 25 años, menores de edad incluidos— que recurrió a algún procedimiento de este tipo aumentó entre el 14% y el 20%.

Por otro lado, también se desprenden hechos como que el 10% de la población percibe como normal hacerse tratamientos de medicina estética en su domicilio. Esto se acompaña, además, con el elevado intrusismo profesional que hay en este tipo de intervenciones.

Imagen de archivo en una consulta.

Imagen de archivo en una consulta. Foto de Elen Sher en Unsplash

El cierre del año invita inevitablemente a la reflexión y a la búsqueda de mejoras personales, y entre ellas los cuidados estéticos ocupan un lugar destacado.

Sin embargo, el aumento de la demanda de estas consultas faciales durante diciembre pone de manifiesto la necesidad de recordar que la piel no es una moda pasajera, sino un órgano que requiere atención consciente, responsable y basada en la evidencia.

Tal como subrayan la AEDV y el GEDET en su campaña One Skin Collection, solo los profesionales dermatológicos cuentan con la formación necesaria para valorar adecuadamente cada caso y recomendar procedimientos realmente beneficiosos, desde peelings o bioestimulación hasta neuromoduladores o rellenos dérmicos.

En un contexto marcado por la proliferación de tendencias en redes sociales, el auge de tratamientos realizados fuera del ámbito médico y el incremento de pacientes cada vez más jóvenes, se vuelve imprescindible reivindicar la figura del experto como garante de seguridad y resultados naturales.

El invierno puede ser la época idónea para ciertos procedimientos, pero la decisión final siempre debe estar guiada por un criterio profesional y personalizado. Apostar por una estética responsable es, en última instancia, apostar por la salud integral de la piel y por un bienestar duradero, más allá de modas o impulsos estacionales.