¿Una tapa favorita de Madrid? "El pincho de tortilla de Sylkar de la calle Espronceda", dijo José Luis Martínez-Almeida en la reciente entrevista de Madrid Total volviendo a traer a la memoria de los madrileños el mítico restaurante del barrio de Chamberí que lleva desde 1970.

Pero el alcalde no es el único que acude a Sykar. En Madrid, el bar-restaurante es conocido por tener el mejor pincho de tortilla de la capital y por eso sus mesas nunca están vacías. Hasta la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso frecuenta el bar, informan desde el local.

Hace 53 años abrieron Alfredo y María Sylkar, y desde entonces nada ha cambiado. La decoración sigue igual. Hasta huele a años 70 si nos ponemos nostálgicos.

Los hermanos Alfredo y Carmen García, actuales dueños de Sylkar. Laura Mateo

Otra de sus peculiaridades es que su horario no ha cambiado. Ponzano es ahora uno de los barrios gastronómicos de moda al que ir los fines de semana, pero allá por los 70 era un barrio enfocado a dar servicio a los trabajadores de las oficinas. Por eso, Sylkar cierra el sábado por la tarde y domingos, además de todos los festivos.

A día de hoy, el restaurante lo regentan Alfredo y Carmen García, los más jóvenes de los cinco hijos que tuvieron Alfredo y María. "Los demás han ido falleciendo o jubilándose", explica Alfredo García a Madrid Total. Ahora, esto último, les toca a ellos.

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Carmen tiene 73 años y Alfredo, 66, y aunque han aguantado hasta ahora para preservar el legado familiar y por su pasión por su trabajo, este año se van a jubilar también.

La famosa tortilla de patata de Sylkar. Laura Mateo

Con ellos, la saga familiar termina aquí. Pues curiosamente sus hijos no han elegido el trabajo de sus padres, sino el de sus abuelos: "Somos de Guadalix de la Sierra. Allí mi padre era granjero y decidió venir a Madrid a abrir Sylkar. Yo he trabajado con él desde los 13 años y ahora mi hijo ha vuelto a Guadalix, es domador de caballos", informa Alfredo García.

Aun así, Sylkar no desaparece. "No queremos cerrarlo, buscaremos a alguien que lo aproveche", dice Alfredo García. De esta manera, Sylkar dejará a finales de este año de pertenecer a la familiar que lo ha mantenido desde sus comienzos y ha conseguido darle la fama de mejor restaurante de tortillas.

Su famosa tortilla

Su carta tradicional basada en cocina española, y muy madrileña, tiene raciones como callos, mollejas, pescados frescos, calamares en su tinta, bonito con pisto, croquetas de jamón ibérico de bellota, ensaladilla, torreznos de Soria, verduritas, alcachofas en flor, empanadillas y albondigas de carne de Angus. Para no perder las costumbres, todos los miércoles sirven cocido madrileño y los jueves fabada.

Los dueños de Sylkar comiendo los callos, la tortilla y las croquetas. Laura Mateo

Pero su plato más "emblemático" es la tortilla de patata, y eso que "no tiene nada de especial", asegura el dueño de Sylkar. Efectivamente, la tortilla es la básica con patata y cebolla estilo betanzos. También ofrecen sin cebolla, pero el 99% de los comensales la piden con, informan. "Siempre nos la han pedido poco cuajada y en estos 53 años nunca hemos tenido ningún brote de salmonelosis", apunta García como curiosidad.

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Aunque esta tortilla "no tiene truco", sí que cuenta con materia prima de alta calidad y nacional, incluso regional, pues los huevos son de una granja de Madrid. Sólo bajo encargo hacen tortilla de chorizo con pimientos. Los pinchos de tortilla son a 4 euros.  Justo por este pincho, los más madrugadores no faltan a su cita del desayuno nunca.

Fachada del restaurante en la calle Espronceda. Laura Mateo

Otra de sus especialidades está en el postre, en sus torrijas. "Fuimos uno de los primeros restaurantes de Madrid en hacer torrijas todos los días del año", rememora García. Su gran tamaño y esponjosidad te hacen que quieras volver a repetir.

Además, garantiza una cerveza de grifo bien tirada. "Una buena brochita de afeitar, como decimos aquí en Madrid", dice el camarero García.

No cabe duda de que la calle Espronceda echará en falta a la familia que ha conseguido hacer durante tantos años de la tortilla de patata uno de los platos típicos de Madrid.