Moncloa considera que el "pinchazo" de la 'Diada' fortalece a Sánchez para negociar con Puigdemont

La Diada era la fecha en la que los discursos independentistas más se avivan y se utilizan retóricas de máximos, entre otras cosas, porque la calle en otros años ha sido hostil contra las negociaciones con el Gobierno central. Este año ha habido además menos movilización.

Así, al menos, lo ven fuentes del Gobierno y del PSOE que siguen restando importancia a las afirmaciones de los dirigentes independentistas cuando hablan de referéndum de autodeterminación y otras reivindicaciones.

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Moncloa, por eso, mantiene la estrategia de enfriar en lo posible el debate público sobre esas negociaciones discretas que ya han empezado, una vez pasada la Diada, y con la excusa de respetar la investidura de Alberto Núñez Feijóo el próximo 26 de septiembre y que con toda seguridad acabará con el no del Congreso.

Tras ese burladero del respeto a la iniciativa de Feijóo se escuda el argumentario que manejan los socialistas cada día, una vez que Moncloa advirtió que el debate sobre la amnistía ha puesto en segundo plano la fallida investidura del líder del PP.

Moncloa asegura, además, que la Diada ha servido para mostrar de nuevo la “desinflamación” de la política catalana, con una participación en los actos cada vez menor. Entienden que la comparación de los actos de ayer con los de 2017, 2018 y 2019 es muy favorable a su tesis sobre la necesidad de aplicar una "política de reencuentro".

Mérito de Sánchez

El Gobierno se atribuye el mérito de esa mejora de la situación por decisiones como la concesión de los indultos y la creación de la mesa de diálogo en la pasada legislatura, y explica que eso justifica que ahora se siga en esa senda con la amnistía.

Además, ha servido, según el Gobierno, para observar la división del independentismo como consecuencia también de su actuación en los últimos cuatro años. Se vio ayer en el intercambio de reproches entre ERC y Junts, los abucheos a sus dirigentes en la calle y la baja participación en los actos de la jornada.

La tesis de Pedro Sánchez es que su política ha debilitado al independentismo como se vio en las últimas elecciones generales y aún más lo hará la amnistía. Paradójicamente, en el momento de aparente debilidad es cuando más capacidades de decisión tendrán en el Congreso, empezando por la investidura del líder del PSOE.

Y esa división, según los socialistas, puede también dificultar los acuerdos, por la pugna entre ERC y Junts y la necesidad de ambos partidos de "vender" avances a las bases independentistas.