Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, este martes en Santiago.

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, este martes en Santiago. Lavandeira EFE

Política 23-J

La semana que evitó que Feijóo llegase a la Moncloa: una cadena de errores con el veneno de Vox en vena

En el PP apuntan a la polémica entrevista en TVE, una mala gestión de la manida foto con Marcial Dorado y la incomparecencia en el debate a cuatro.

30 julio, 2023 02:48

La estrategia política de Alberto Núñez Feijóo tuvo un punto de inflexión en el segundo fin de semana de campaña. "Debemos priorizar el centro, los votos valen el doble", decían los suyos. Para la recta final, la intención era virar a la izquierda y amarrar una "mayoría suficiente" que permitiera llegar a la Moncloa con un "Gobierno en solitario". 

Lejos de alcanzar esa meta, el líder del PP, en su semana clave de campaña, no sólo no consiguió el efecto esperado, como sí le ocurrió a Juanma Moreno en Andalucía, sino que todo se le fue al traste: buena parte de los votantes que estaban dudando entre votarle o no, se subieron al carro de un Pedro Sánchez en remontada. 

Pasado el 23-J, en la dirección popular analizan con perspectiva los errores que cometieron en esos días para que el PSOE consiguiera catapultar a casi un millón de electores: una polémica entrevista en TVE, una mala gestión de la manida foto con el narco Marcial Dorado y la incomparecencia en el debate a cuatro.

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Junto a esos fallos en la recta final, el PP admite que su rival acertó a la hora de movilizar un voto que parecía perdido. Y lo consiguió gracias a los "exabruptos" de Vox. El veneno en vena de este partido emponzoñó la llegada de Feijóo al poder. La izquierda encontró la mejor de sus bazas con cuestiones como la retirada de banderas LGTBI.

"Nuestro resultado del domingo fue magnífico, lo que nadie esperaba es que el del PSOE fuese tan bueno. En la última semana de campaña consiguieron desplazar el voto de los indecisos", reflexiona a EL ESPAÑOL uno de los principales dirigentes de Génova, que apunta de manera clara a la raíz del problema: "Nos han perjudicado los pactos con Vox". 

La entrevista en TVE

Todo empezó el lunes 17 de julio, con una entrevista en TVE. Feijóo, que había dormido poco, llegó triunfante a primera hora a la televisión pública. Siete días atrás había conseguido derrotar a Sánchez en el cara a cara y sus sondeos internos le acercaban a la mayoría absoluta. "Estamos a unos veinte escaños de conseguirla", se jactaban algunos miembros de la dirección de su partido.

Pero una pregunta que le formuló Silvia Intxaurrondo sobre la revalorización de las pensiones en la etapa de Mariano Rajoy acabó desencadenando una serie de errores que truncaron la última semana de campaña del PP. Fue el primer tropiezo. El que dio pie a una consecución de errores que acabaron sacando de la UCI a la izquierda.

La respuesta que ofreció el candidato popular sobre las pensiones, elevando la tensión con un tono bronco, avivó la polémica: "No sé de dónde saca eso, se lo vuelvo a reiterar, siempre hemos revalorizado las pensiones conforme al IPC, revise usted los datos. Como hay hemeroteca, si estoy equivocado le pediré disculpas y si lo está usted, espero que lo diga en este programa...".

Media hora después, las redes clamaban contra el gallego: la periodista llevaba razón. La izquierda, de forma unánime, salió a denigrarle. "Si le quitamos la capa de mentira a Feijóo, se queda en nada. Miente sin piedad", dijo el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. "Conozco a Feijóo. Es un mentiroso compulsivo", agregó la candidata de Sumar, Yolanda Díaz

A las 11 de la mañana de ese mismo lunes, Feijóo cogió el vertiginoso ascensor del faro de la Moncloa para pronunciar un discurso solemne en el que ahondó en su viraje al centro. Allí se puso el traje de estadista y pidió reeditar los Pactos de la Moncloa. También se fotografió con la sede de la presidencia tras de sí. Nadie dudaba de que acabaría alojándose en sus aposentos unos días después... tampoco él. 

Los titulares que dejó en aquel moderno torreón apenas tuvieron recorrido en la prensa, no consiguió colocar el mensaje. "La entrevista nos ha matado el acto y eso ya no hay cómo arreglarlo", se lamentaban en su entorno. Desde ese día, los sondeos que recibían a diario en Génova empezaron a bailar, pero en ningún momento reflejaron que peligraba la suma con Vox.

El debate a cuatro

Fue el martes, en una entrevista con Susanna Griso, cuando Feijóo se retractó de su respuesta a Intxaurrondo: "La inexactitud que cometí es que hubo años en los que las pensiones no se actualizaron conforme al IPC". Pero eludió la prometida disculpa. Fuentes del partido critican ahora: "En eso no podíamos fallar... Porque, además, en pensiones tenemos el relato ganado, ¡fue el PSOE el que las congeló!". 

Tras el resbalón del lunes, el líder popular no fue capaz de alzar el vuelo. Otro error que asumen algunos dirigentes del partido en aquella semana fue no dar una respuesta contundente a la izquierda cuando esta decidió desempolvar su foto con un narcotraficante en aguas gallegas hace casi 30 años: "Ese asunto estaba ya amortizado, pero se lio con las explicaciones". 

El miércoles, la suspensión de la agenda de mítines de Feijóo, sin previa explicación, dejó al personal descolocado. En el PSOE se hablaba de remontada, las encuestas que manejaban Moncloa y Ferraz, de hecho, iban en esa dirección para incredulidad de Génova, que sólo se fiaba de un estudio demoscópico. A media mañana, el candidato popular apareció por sorpresa en La Sexta. 

En una entrevista con Antonio Ferreras, Feijóo explicó que padecía de una lumbalgia y que trataría de recuperarse para acudir a todos los actos que le quedaban en los tres días finales de campaña. A esa hora, incluso se especulaba con la posibilidad de que hubiese cambiado de opinión y que, finalmente, acabase yendo al debate a cuatro que se celebró a tres en TVE. 

A la postre, en las filas populares hay quienes interpretan ese debate como el tercer gran error de la semana. Lo que parecía un acierto, ahora es calificado como un fallo. La incomparecencia de Feijóo dejó expedita la representación del espacio de la derecha a Santiago Abascal... Y eso fue gasolina para la izquierda y su leitmotiv de que con un gobierno de PP y Vox habría un "retroceso en derechos".   

Al margen de lo que aconteció en la última semana, todos los dirigentes populares aseguran que "lo mollar" de esta campaña electoral tiene nombre propio: Vox. "Es un partido tóxico", "todo empezó con el pacto en la Comunidad Valenciana", "nunca se debieron permitir algunos nombramientos", "acabó dando más miedo Vox que Bildu", "revitalizó a la izquierda"; son algunos de los comentarios de los mandos del PP, a toro pasado. 

A todo esto subyace otro elemento: el sociólogo de cabecera de Feijóo, Narciso Michavila, no advirtió en ningún momento que el miedo a Vox estaba operando en el espacio de la izquierda y con fuerza: "El votante del PSOE cabreado con Sánchez acabó yendo a votar el domingo por el miedo a Vox", reconocen dirigentes del PP, que admiten que no fueron capaces de reaccionar... porque no lo vieron venir. 

Para la última semana de campaña, el PP quería centrarse en una idea-fuerza: "Feijóo será presidente, hay que decidir si sólo o acompañado". La estela era Andalucía. Hasta el primer traspié, incluso se hablaba del llamado "efecto andaluz". Lo cierto es que el mensaje clave nunca llegó a permear. Feijóo se enredó en las pensiones, el narco, el debate; y lo que iba a ser un triunfo, acabó convirtiéndose en un descalabro.