Guillermo Serrano

Política UNIDAS PODEMOS

Sábado Santo 'morado': las 14 estaciones del Viacrucis de Podemos a los 46 años de la legalización del PCE

Sin la marca Sumar de Yolanda Díaz, el partido morado corre el riesgo de desaparecer en plazas clave como Madrid, Valencia o Aragón.

8 abril, 2023 02:22
M.A. Ruiz Coll Luis Casal

Con la legalización del PCE, un 9 de abril de 1977 que ya ha pasado a la historia como el Sábado Santo rojo, un joven Adolfo Suárez lanzó el mensaje inequívoco de que el camino de España hacia la democracia no tenía marcha atrás: sólo sería reconocida como tal si admitía la pluralidad de todas las fuerzas políticas. En especial, la que había simbolizado la lucha contra la dictadura franquista.

Justo 46 años después, la nueva izquierda de Podemos se enfrenta a su particular Sábado Santo de Pasión (este, morado): recorre las 14 estaciones del Viacrucis que le conduce al Calvario y pone en juego el futuro del Gobierno que saldrá de las urnas en las elecciones generales de diciembre.

Esta vez, los dirigentes de Podemos han llevado demasiado lejos su órdago. Sin la marca Sumar de Yolanda Díaz como mascarón de proa, Podemos corre el riesgo de desaparecer o convertirse en una fuerza testimonial en plazas clave como Madrid, Comunidad Valenciana o Aragón.

[Podemos afea a Yolanda Díaz que traicione el programa y a las personas que la auparon como líder]

Si ocurre así, el partido morado apenas tendrá margen para negociar su posición en Sumar, de cara a las elecciones generales de diciembre. Estas son las 14 estaciones del Viacrucis que recorre el partido de Ione Belarra.

1. La negociación oculta

¿Por qué no fue posible el acuerdo con Yolanda Díaz? Sumar y Podemos se han reunido seis veces en secreto desde enero y han mantenido una docena de conversaciones informales. Los negociadores fueron, por el lado de los morados, Lilith Verstrynge y el portavoz parlamentario Pablo Echenique; por el lado de la vicepresidenta, el asesor de discurso, Rodrigo Amírola, y el jefe de gabinete del ministerio, Josep Vendrell.

"El debate es cuánto tiene que ocupar cada espacio político dentro de Sumar. No se trata sólo de escaños, sino de influir en el proyecto", relataba esta semana una fuente de la dirección morada, cuando todo pintaba ya a que las negociaciones fracasarían. Sobre todo, porque nadie en Podemos quería firmar a Yolanda Díaz "un cheque en blanco" sin un acuerdo por escrito.

Vendrell siempre tuvo clara la fecha de junio como el fin de las negociaciones, para no influir en las elecciones del 28-M. Pero, señalan fuentes moradas, ni él ni Amírola se metieron de lleno en las conversaciones hasta que, hace tres semanas, se conoció la fecha de celebración del acto de presentación de Sumar (2 de abril). Entonces los de Yolanda Díaz vieron que las amenazas de Podemos de darles plantón no eran un farol. Realmente estaban dispuestos a no asistir.

Al conocerse la fecha, Irene Montero señaló a un grupo de periodistas que las conversaciones con Sumar no habían empezado para, según Podemos, mantener el carácter secreto de las reuniones. Acto seguido, Yolanda Díaz desmintió a la ministra de Igualdad y dijo que llevaban semanas hablando del tema. Según los morados, entonces se dieron cuenta de que sus interlocutores "nunca quisieron llegar a un acuerdo".

2. La ruptura

Hace dos semanas, los cuatro negociadores mantuvieron una reunión telemática para intentar desbloquear "de una vez por todas" la situación, señala una fuente cercana. Podemos presentó dos exigencias (primarias abiertas para confeccionar las candidaturas y el compromiso de reeditar el Gobierno de coalición) y ofreció cerrar el acuerdo con una foto. Nunca ocurrió.

El jefe de gabinete de Díaz redactó un documento tipo para que Podemos lo firmase la noche del jueves 30 de marzo, pero el texto no mencionaba la celebración de primarias. La única referencia era que los procesos de selección se concretarían posteriormente en una mesa de partidos (en la que Podemos tendría que sentarse en pie de igualdad con el resto de socios), pero no decía nada sobre el censo ni el mecanismo de primarias. No quedaba tiempo, Podemos no aceptó y desde entonces no se levantan el teléfono.

3. El 'fracaso' de Magariños

El resultado ha sido la humillante foto de Magariños, en la que Yolanda Díaz apareció rodeada de los antiguos aliados (pero también los más íntimos enemigos) de Pablo Iglesias: desde Alberto Garzón a Íñigo Errejón, Joan Ribó, Rita Maestre o Mónica García. La confianza ha quedado rota, entre reproches mutuos, lo que no hará fácil retomar la negociación tras las elecciones del 28-M.

4. La 'traición'

En el imaginario de Podemos, a la vicepresidenta Yolanda Díaz le ha correspondido el papel del apóstol Judas, el traidor del drama de la Pasión. Desde su televisión Canal Red, que ha montado con una sociedad de Jaume Roures (así consta todavía en el Registro Mercantil), Pablo Iglesias ya construye el relato de una Yolanda Díaz desleal y desagradecida: fue elegida candidata por el propio Iglesias, pero ahora ha cobrado vida propia y se niega a acatar sus instrucciones.

5. Las elecciones del 28-M

El resultado de Podemos en las elecciones autonómicas del 28-M condicionará su papel en la plataforma Sumar. Pese al desencuentro con Yolanda Díaz, los de Ione Belarra y los de Alberto Garzón han cerrado más candidaturas conjuntas que nunca en las comunidades, ocho de las doce en juego. Seis de ellas (Navarra, La Rioja, Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias) especialmente importantes, dado que el Gobierno autonómico pende de un hilo.

La suma de Podemos e Izquierda Unida acumula hoy 71 escaños autonómicos en toda España, menos de la mitad de los 181 que sumaban tras el ciclo electoral de 2015. Este 2023, al contrario de lo que ocurría bajo el mando de Pablo Iglesias, la organización de Belarra y Lilith Verstrynge ha apostado por presentar una única papeleta común, no como ocurrió en 2019, cuando el espacio llegó a disgregarse en 23 candidaturas diferentes.

6. Madrid

La posición del partido morado es especialmente delicada en Madrid, donde aún planea la sombra de las elecciones del 4-M, en las que Pablo Iglesias quedó quinto (por detrás de PP, Más Madrid, PSOE y Vox) tras abandonar la vicepresidencia del Gobierno.

Ahora, la marca Podemos puede desaparecer del Parlamento autonómico, después de que Mónica García se negara a formar una candidatura conjunta. La venganza de Errejón se sirve fría. El equipo de Yolanda Díaz ya ha adelantado que la vicepresidenta no participará en actos de campaña, en las regiones en las que compiten distintos socios de Sumar (si bien Podemos todavía no tiene esta condición).

7. Comunidad Valenciana

Algo similar ocurre en la Comunidad Valenciana, donde peligra el futuro del pacto del Botànic, tras ocho años de gobierno presidido por Ximo Puig. Compromís (esta vez liderado por Joan Baldoví) se ha negado a sumarse a la alianza electoral firmada por Podemos e Izquierda Unida, con Héctor Illueca como candidato. 

Madrid y Comunidad Valenciana son las dos plazas más complicadas para Podemos, que incluso puede perder la representación en ambas comunidades, justo las dos únicas en las que tiene un competidor de izquierdas que es, a priori, más fuerte que ellos: Más Madrid y Compromís.

8. Cataluña 

En Comú Podem, la federación catalana de Podemos, es uno de los partidos que más apoyo han dado a Yolanda Díaz que apareció en su puesta de largo de la mano de Ada Colau—, hasta el punto de que uno de sus líderes, Jaume Asens, lleva meses siendo la voz oficiosa de la vicepresidenta en las ruedas de prensa del Congreso de los Diputados. La cúpula nacional de Podemos descarta por completo montar una candidatura alternativa para ayuntamientos como el de Barcelona.

9. Asturias

La situación es especialmente complicada en Asturias. El Principado es la única federación de Podemos con una candidata a la presidencia de la Comunidad que está enfrentada abiertamente a la dirección nacional. En los últimos meses, la candidatura ha sido ninguneada por la organización morada y algunos de sus miembros han sido purgados en una encarnizada guerra civil.

10. Andalucía

Particulares son los casos de Andalucía, Galicia y Castilla y León, donde sólo se celebran elecciones municipales (pero no autonómicas). En el entorno de la vicepresidenta descartan apariciones incluso en capitales donde hay acuerdo Podemos-IU, como es el caso de Jaén, Córdoba, Sevilla y La Coruña.

La coalición Por Andalucía (que integraba a IU, Podemos, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Los Verdes) fue, en las elecciones andaluzas del 19-J, el primer experimento de la plataforma Sumar. Pero al mismo tiempo supuso la ruptura de la confianza entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, quien acusó a la vicepresidenta de trabajar en la sombra para favorecer los intereses de Izquierda Unida

La consecuencia más inmediata de este enfrentamiento fue la destitución del secretario general del PCE, Enrique Santiago, como secretario de Estado de Agenda 2030, en el Ministerio de Ione Belarra. Fue sustituido por la secretaria de organización de Podemos, Lilith Verstrynge. En Andalucía, además, la fragmentación de la izquierda es aún mayor debido a la presencia del partido de Teresa Rodríguez, que intenta alentar un nuevo "nacionalismo andaluz".

11. Canarias

Podemos también tendrá competencia en Canarias, donde tendrá que enfrentarse al Proyecto Drago de Alberto Rodríguez, exnúmero 3 de los morados. Rodríguez no se sintió respaldado por Podemos en octubre de 2021, cuando perdió su escaño en el Congreso de los Diputados a causa de la sentencia del Supremo que le condenó a un año de inhabilitación como autor de un delito de atentado a la autoridad.

12. Galicia

En Galicia, la cuna política de Yolanda Díaz, los apoyos de la ministra de Trabajo se han ido diluyendo con el paso del tiempo desde que Antón Gómez-Reino, uno de sus protectores, perdiera la secretaría general el noviembre pasado. Fracasado el experimento de las Mareas, la marca Podemos tiene un futuro incierto.

13. Aragón y Castilla-La Mancha

Podemos tampoco tiene buenas vibraciones en Aragón, debido a la falta de pulso territorial de los morados celebran allí su 'Fiesta de la Primavera' para darle un último empujón a las bases y sus malas relaciones con Izquierda Unida, que tiene en Zaragoza a su Íñigo Errejón particular, el crítico Alberto Cubero.

Hace apenas un mes se reeditó el pacto de Podemos para autonómicas y municipales en Castilla-La Mancha (junto a los ecologistas de Equo y Alianza Verde), el último de la lista. Semanas antes ya se habían firmado los de Extremadura, Baleares, Cantabria, Madrid, Murcia, Navarra (con Batzarre e Independientes) y Canarias.

14. Y las Elecciones Generales

Tras los comicios del 28-M, Podemos deberá decidir si retoma las negociaciones para incorporarse a la plataforma Sumar. Pero ya no podrá hacerlo como "fuerza mayoritaria" de este espacio, sino en pie de igualdad con el resto de socios: desde Más País a Compromís o los Comunes de Ada Colau. Y esto hará más difícil recolocar a las ministras Ione Belarra e Irene Montero en puestos de salida de las candidaturas.

Si, por el contrario, se mantiene la ruptura con Yolanda Díaz, la fragmentación del espacio de izquierdas se convertirá en una estrategia suicida que, muy probablemente, hará por completo inviable reeditar el Gobierno de coalición.