Ione Belarra celebra su victoria como nueva secretaria general de Podemos, en la IV Asamblea Ciudadana.

Ione Belarra celebra su victoria como nueva secretaria general de Podemos, en la IV Asamblea Ciudadana. Efe

Política IV ASAMBLEA DE PODEMOS

Belarra, nueva secretaria general de un Podemos amenazado por Más País y acusado de "casta"

Sustituye a Pablo Iglesias con el 88,7% de los votos en la IV Asamblea del partido: "Quiero crecer para ser la primera fuerza progresista en España".

13 junio, 2021 12:49

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Que Ione Belarra iba a ser proclamada secretaria general de Podemos este domingo era un hecho incontestable. Su candidatura, "Crecer", ha recabado el 88,7% de los votos. Pero que la ministra de Derechos Sociales era una inesperada para el puesto no lo puede negar nadie, salvo los "muy poquitos del núcleo más cercano" al líder dimitido, Pablo Iglesias, hasta incluso el mismo momento en que este periódico lo confirmó el pasado 6 de mayo a mediodía, tras una filtración, la noche anterior, a Infolibre que lo sugería.

Y que Belarra hereda un partido con condenas y procesamientos judiciales de secretarios, portavoces... y del propio Iglesias -que arriesga ser imputado por el caso Dina-, además de en franco retroceso, a pesar de formar parte del Gobierno, también es indudable.

Parece mentira que ya hayan pasado casi tres meses desde que el todopoderoso líder anunció que dejaba la Vicepresidencia segunda para lanzarse a la carrera electoral de la Comunidad de Madrid. Parece mentira que, entonces, aquel 15 de marzo, medios como EL ESPAÑOL tragáramos con su mensaje de que este paso atrás era una apuesta para "liderar un gobierno de izquierdas" que desalojara a Isabel Díaz Ayuso de la Puerta del Sol.

Y aquello resulta del todo fuera de lugar, a la vista de lo que ocurrió después: el ayusazo del 4-M, el vuelco en las encuestas nacionales a favor de un Gobierno del PP, la zozobra constante en Moncloa... y el 'sorpaso' brutal de Más País, no sólo a los morados, sino al propio PSOE.

Todo atado

Este domingo, pasadas las 12.30 horas, Podemos oficializaba los datos de la votación. Los militantes han emitido 53.443 votos, de los que 45.753 (el 88,7%) han sido para la nueva secretaria general, Ione Belarra. Fernando Barredo logró un 6% de los apoyos (3.106 sufragios) y Esteban Tettamanti, el 5,3% (es decir, 2.730 apoyos). Sólo 1.854 afiliados al partido morado votaron en blanco.

El sábado comenzaba en Alcorcón la IV Asamblea Ciudadana de Podemos, el Congreso extraordinario organizado para la sucesión de Iglesias. Y este domingo se proclamó a Belarra, oficialmente, como lo que salió de aquella Ejecutiva urgente del 5 de mayo, tras el anuncio de que el líder lo dejaba todo, pero todo atado: ella era la ungida para hacerse cargo de la formación y... ¿renovar el partido?

En este mes y una semana, la política navarra se ha recorrido toda España para hacer campaña. Ha contado con el apoyo del aparato de Podemos. Y los equipos de prensa heredados de Iglesias han hecho equilibrios para apoyarla como ministra y jefa in pectore sin incumplir los estatutos.

A pesar de ello, los otros dos candidatos se han sentido ninguneados. Fernando Barredo ha acusado a la Ejecutiva de haberse convertido en "una casta" adinerada, y al aparato de "haber favorecido a Ione". Este mismo sábado, al presentar su candidatura, micrófono en mano, acusó a la dirección de "pucherazo" mientras el otro aspirante, Esteban Tettamanti, la calificó de "irrespetuosa" por no haber llegado al congreso a tiempo de escuchar sus propuestas.

Ione Belarra, Noelia Vera, Isa Serra y Lilith Verstrynge, a su llegada a la IV Asamblea Ciudadana de Podemos, en Alcorcón.

Ione Belarra, Noelia Vera, Isa Serra y Lilith Verstrynge, a su llegada a la IV Asamblea Ciudadana de Podemos, en Alcorcón. Efe

Belarra llegaba el sábado al recinto abierto en Alcorcón proclamando que su intención como líder morada es "crecer para que Podemos se la primera fuerza progresista en España"... una afirmación arriesgada porque, pese a ser partido de Gobierno, ya es la tercera fuerza de izquierdas en Madrid, su cuna, donde el errejonismo es ahora dominante. Y rechazando las críticas: "Esta es una dirección coral, y mi proyecto lo podían presentar Lilith Verstrynge y Pablo Fernández mejor incluso que yo".

Este domingo, celebró su más que cantada victoria agradeciendo el apoyo de las confluencias, de IU y de ERC -representados por el ministro Alberto Garzón y la senadora Mirella Cortès-, de los lídres de los sindicatos UGT y CCOO, "y de todos los movimientos sociales que nos han traído hasta aquí".

Poco nuevo

Quizá por eso su equipo vende en positivo unos objetivos que son más bien urgencias: "Ensanchar las bases" de Podemos, "desmadrileñizar" el partido, y tratar de dotarle de una estructura territorial más poderosa "impulsando acuerdos y confluencias" con fuerzas cercanas... así que, por ahí, nada nuevo. Y además, el mismo plan de crecimiento que Más País.

Su numerosísima lista (97 integrantes), con la que acudía a este llamado Vistalegre IV, incluía pocas caras nuevas -fichajes de Iglesias para su lista en Madrid, esencialmente, además de una actriz, María Botto (56,36% de los votos), y un atleta, Roberto Sotomayor (41,30%)-, y se nutre de "los de siempre".

En ella estaban Irene Montero, su amiga personal y ministra de Igualdad (77,07% de apoyos); Jaume Asens, presidente del Grupo Parlamentario (63,85%); Pablo Echenique, portavoz en el Congreso (66,57%); Rafa Mayoral, coportavoz del partido (69,85%); Isa Serra, lo mismo (72,69%); Noelia Vera, secretaria de Estado(73,09%); Idoia Villanueva, eurodiputada (67,56%); Sofía Castañón, portavoz adjunta en las Cortes; Juanma del Olmo, mano derecha de Iglesias (62,81%); Julio Rodríguez, el exJemad (59,05%)... todos en la dirección saliente.

Tampoco hay en esto, a la vista de los nombres, renovación.

Y es que, según fuentes de su candidatura, de lo que se trata no es de revolucionar el partido, "sino de crecer". Belarra se siente orgullosa de lo realizado, y a fe que en lo personal es legítimo.

Ella es pata negra. Llegó al Congreso en enero de 2016, y era sólo una más entre los 69 diputados de Podemos, con Íñigo Errejón como portavoz... ni siquiera Montero llamaba la atención. De hecho, ella no destacó hasta que la hoy ministra de Igualdad, ya ascendida a la dirección y la portavocía, hubo de permanecer de baja tras su primer parto y ella debió tomar la voz de los morados en la Cámara Baja.

Los críticos dicen de ella que "jamás ha dicho nada que no fuera lo conveniente para estar hoy donde está". Los más cercanos destacan que "es una trabajadora y una negociadora incansable". Y su equipo de colaboradores en este mes de campaña apuesta por un Podemos "en el mejor momento para avanzar", aprovechando que forma parte del Gobierno de coalición, y orgulloso de haber "cambiado el rumbo de la historia de España".

Cómo "crecer"

Algo en lo que sí cumple la lista de Belarra es en el compromiso de "feminizar el partido". No sólo por su condición de mujer, sino porque los seis primeros puestos de la lista eran femeninos y, entre los 15 primeros nombres, sólo cinco eran de hombres: "Queremos crecer en muchas dimensiones distintas, incluyendo más voces, demostrando el liderazgo coral y feminista que existe en Podemos", explican desde su entorno.

Y según sus colaboradores, la vía para contener la sangría de votos -sólo frenada recientemente en Cataluña, repitiendo escaños, y en Madrid, gracias al tirón de Iglesias como cabeza de lista- es doble. Por un lado, el crecimiento orgánico, captando militantes, "haciendo más fuerte uno de los principales valores de nuestra formación".

Por el otro, aprovechando el tirón de una de las ministras mejor valoradas, Yolanda Díaz, como líder visible del "espacio del cambio". Aunque la vicepresidenta tercera no es de Podemos -como ella misma se encarga de recordar a cada ocasión que se le presenta- y todavía está por ver que acepte encadenar el liderazgo morado en la coalición con la candidatura en unas generales: "No estoy en eso, ni me interesa ese asunto", ha aclarado a este periódico.

Después de Iglesias

Podemos se ha quedado huérfano del personalismo que lo encumbró y que empezaba a ser un lastre. El mismo Iglesias se fue la noche del 4-M admitiendo que su presencia "ya no suma", consecuencia de la retroalimentación de la marca con su efigie. Prueba de ello es que fuera de Madrid, Podemos se ha quedado fuera del Parlamento de Galicia, de las Castillas, del País Vasco… y en la capital se echó el resto con el líder y exvicepresidente para que, al final, le arrasara una tal Mónica García.

El reto de Belarra, dice, es "crecer en cada rincón de nuestro país y cada círculo", sin perder su mayor fuerza, la calle. "Debemos consolidar nuestra relación con la sociedad civil, demostrando que la esencia de Podemos es la defensa de la justicia social, del feminismo, de la ecología, de la lucha de los de abajo", explicaba este sábado.

Ella misma viene del activismo social, con menores y migrantes, campos en los que ha demostrado su conocimiento en la gestión ministerial de la crisis fronteriza de Ceuta con Marruecos: en 24 horas convocó una Conferencia sectorial con las CCAA y arrancó el compromiso generalizado de las autonomías para reubicar cientos de chicos alojados en los centros sociales de la ciudad autónoma para hacer hueco a los recién llegados en el asalto... y poder tramitar su regreso a Marruecos.