Margarita Robles despidió a María Gámez sin tan siquiera citarla mientras Marlaska la halagaba

Los dos se deshicieron en elogios hacia la recién ungida. Robles recordó que la conocía de hace muchos años. Y que no podía resultar más idónea para el cargo. Algo similar dijo sobre ella Marlaska. Sin embargo, sus opiniones sobre la antecesora de la hasta ahora delegada del Gobierno en Madrid fueron totalmente opuestas.

Uno se deshizo en elogios hacia la exdirectora, María Gámez, definiendo su paso a un lado tras la imputación de su marido como un acto digno de elogio, un sacrificio que aupaba a la malagueña como merecedora del título de "la mejor directora de la historia de la Guardia Civil". 

Robles, en cambio, no le dedicó ni una sola palabra. 

Gámez y Robles

Gámez llegó a la Guardia Civil en enero de 2020, tras el acuerdo de coalición entre PSOE y Podemos. Tras vencer los socialistas en las urnas Marlaska se vio con fuerza de rediseñar a su antojo la cúpula del cuerpo. Escogió a Gámez. Debido a la naturaleza militar del Instituto Armado, normalmente la direccion de la Benemérita se acuerda por consenso de ambos ministros.

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Al llegar a Moncloa en 2018, Robles escogió al juez Félix Azón. Ya en 2020, era el turno de Marlaska y este eligió a Gámez. Robles alegaría problemas de agenda en la toma de posesión de Gámez, y delegó en el JEMAD su asistencia al acto. Fue el inicio de una serie de discrepancias entre ambos en el Ejecutivo que todavía perduran hasta el día de hoy.

Hace 3 años, ese nombramiento a Robles no le agradó ni un ápice. Al igual que la ignoró a su llegada, la ministra de Defensa la ignoró en su discurso a su salida. Este martes no la mencionaba ni una sola vez en su alocución en la Dirección General del Instituto Armado. No ha hecho ninguna referencia hacia sus años en el cuerpo.

Robles no apareció junto a los uniformados durante su dimisión forzada por Moncloa tras la imputación de su marido. Sí que afirmó, de manera escueta, que la exdirectora actuó movida "por una exigencia ética que la honra".

Marlaska sí que se deshizo en elogios hacia ella y hacia su decisión de apartarse del cargo tomada horas ante de que se anunciara la imputación de su marido en un caso de corrupción de desvío de fondos públicos.

Gámez, dijo Marlaska, había dejado su "impronta personal". "Su honradez y honestidad está por encima de cualquier ataque o descrédito", apuntó. "María es una pionera que ha hecho historia. Espero estar a la altura de esta gran responsabilidad". 

Inflexible

Robles manifestaría más tarde que la nueva escogida sí que es para ella una opción satisfactoria. Ahora, la exdelegada del Gobierno en Madrid tiene por delante el reto de limpiar la imagen de la cúpula del cuerpo, donde varios de sus integrantes han acabado salpicados por dos importantes casos de corrupción.

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No en vano, el Caso Mediador, el Caso Cuarteles y la renuncia de María Gámez por la imputación de su marido han situado al cuerpo en uno de los momentos más críticos de su historia.

González, al igual que el ministro del Interior, ha prometido que será inflexible contra esas actitudes. "Nada ni nadie, ninguna estrategia política y ningún abuso particular puede marchar la inmensa limpieza de la Guardia Civil".