Un hombre observa la desvastación del incendio de Los Ángeles.

Un hombre observa la desvastación del incendio de Los Ángeles. David Ryder

Historias

Ni "ataque deliberado" ni conspiración global: este es el motivo por el que las palmeras no se queman en Los Ángeles

Los incendios de California están siendo gasolina para bulos, como que estas plantas demuestran que se está atacando "intencionadamente" a las casas.

Más información: Los vientos catabáticos de Santa Ana convierten Los Ángeles en un infierno: así multiplican la devastación del fuego 

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Las imágenes son cuando menos desoladoras. Los condados de Palisade, Eaton, Kenneth, Hurst y Lidia, en Los Ángeles, está siendo pasto de las llamas. En el momento en que se escriben estas líneas, son ya 24 los muertos por los incendios forestales que están devorando la urbe californiana desde el 7 de enero. Con más de 12.000 viviendas e infraestructuras destruidas, y más de 100.000 evacuados, los medios estadounidenses ya lo consideran el más destructivo de las últimas décadas.

Pero como ocurre cada vez que el ser humano se enfrenta a una catástrofe natural, las redes no han tardado ni una semana en sembrar la duda: los bulos y las teorías de la conspiración se propagan tan rápido —o más— que el fuego californiano.

Esta vez, han sido las imágenes de palmeras, con copas verdes y lustrosas, en medio de suelos calcinados, lo que ha puesto en pie de guerra a los fanáticos que buscan negar lo evidente: que el calentamiento global y, en especial, la prolongada sequía que vive California desde hace meses han sido el caldo de cultivo idóneo para que el fuego se descontrole, avivado por los fuertes vientos. 

Sin embargo, la evidencia científica no ha evitado que se expanda por la red todo un imaginario que asegura conocer la verdad de estos incendios forestales. Cuál será, se preguntará el lector.

Según los más conspiranoicos, todo sería un plan premeditado para destruir casas y vehículos y "atacar deliberadamente la forma de vida de los californianos".  Así lo aseguran varios usuarios de la red social X (antes Twitter), a los que, en más de una ocasión, el magnate Elon Musk, dueño de la aplicación, ha contestado e, incluso, animado la difusión de bulos y medias verdades. 

Musk, X, el fuego y las palmeras

Los incendios forestales de Los Ángeles están repitiendo patrones de desinformación que ya se vieron en los de Hawái de 2023 o, incluso, en nuestro propio país, con la DANA que arrasó Valencia el pasado año.

"Esto es como lo de Maui", escribe un usuario de X, haciendo referencia a las teorías que en aquel momento pusieron en el punto de mira los esfuerzos de conservación o renaturalización de los ecosistemas. Iniciativas que han demostrado ya su capacidad tanto como cortafuegos como para recuperar la salud de la naturaleza. 

El propio Musk se ha hecho eco de ellas, retuiteando o compartiendo los comentarios de otros usuarios y acompañándolos de emojis. Tal y como informan desde el Washington Post, el Gobierno de California lamenta que el que se convertirá en pocos días en alto cargo de la Administración Trump de pábulo a las conspiraciones y bulos en la red. 

Son muchos los usuarios que también apuntan a que los incendios de Los Ángeles son "ataques" diseñados para "erradicar las identidades nacionales" y "crear un gobierno único mundial". Hacen referencia, así, a las ambiciones climáticas de Naciones Unidas, que buscan mitigar el calentamiento global y adaptar a la humanidad a la nueva realidad de la Tierra.  

Los usuarios de X que propagan estas teorías basan su argumentario en una supuesta evidencia: las palmeras siguen ahí y todo lo demás se ha quemado. Y es que, según informan desde el Dailymail, este sería uno de los alegatos más vistos en redes sociales el pasado fin de semana. 

Los conspiranoicos aseguran que el desastre natural de California ha sido premeditado y busca "recalificar el suelo". Un influencer estadounidense llamado The Patriot Voice, con más de 141.000 seguidores, por ejemplo, insiste en que las palmeras demuestran que el Gobierno de Estados Unidos está detrás de los incendios y que han usado "armas de energía dirigida militares" para provocarlos. 

Otros apuntan a la utilización de armas de ondas cortas que "atacan directamente los metales". Por eso las casas se han visto afectadas y no las palmeras. El líder del Partido de la Prosperidad, la extrema derecha danesa, Mads Palsvig, incluso ha llegado a publicar en X la siguiente teoría: "Un incendio forestal en el que los árboles no arden. Se llama 'armas de energía dirigida' y es intencionado"

Una palmera se erige sobre suelo calcinado por los incendios de Los Ángeles de enero de 2025.

Una palmera se erige sobre suelo calcinado por los incendios de Los Ángeles de enero de 2025. Daniel Cole Reuters

Por suerte —y para desgracia de quienes diseminan fakes news en internet—, la ciencia tiene respuesta para este fenómeno no tan extraño. Por un lado, se han visto muchas imágenes de palmeras calcinadas en Los Ángeles. Lo que demuestra que no son inmunes al fuego.

Por otro, como recuerda a ENCLAVE ODS, Gabriel Dorado, director del título propio de Gestión de Arbolado Urbano de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), "las palmeras no son árboles" y, por tanto, "no reaccionan como ellos ante el fuego". El también profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y Medio Natural de la universidad matiza: "Su tronco no es de madera, sino de fibra, así que su comportamiento es diferente". 

Además, explica que la "forma en que viven las palmeras" también es fundamental para que las llamas se propaguen más o menos. En el caso de California, al estar dispersas y no ser un elemento natural de la zona —sino que se han introducido por motivos más bien decorativos—, se favorece que el fuego tengo un alcance aún mayor.

"Las palmeras que vemos en California, sobre todo en las alineaciones de calles, son Washingtonias robustas, es decir, se caracterizan por ser muy finitas y muy altas", continúa Dorado. Y añade: "Tienen la copa a muchos metros de altura, con lo cual están muy separadas del matorral que arde".

El experto recuerda que para que un incendio no prospere, la actuación habitual se basa en "romper la continuidad horizontal y vertical del combustible". De esa manera, se evita que el fuego se desplace sobre la superficie terrestre y suba a las copas. "Si la de la palmera está muy por encima del matorral que hay en estas zonas de California, es muy difícil que las llamas lleguen a afectarla".

Estas, insiste, son características clave para la supervivencia de las palmeras de Los Ángeles. Pero no son lo único que impiden que entren en ignición: "Lo que se suele quemar es la falda, es decir, todas esas hojas secas que se van quedando en torno al tronco de la palmera, justo debajo de la copa". Esa parte es la que, dice Dorado, arde con facilidad. 

Ahí entra en juego la buena (o mala) gestión del arbolado urbano que se lleve a cabo en una ciudad. "Si se gestiona bien, y se poda adecuadamente, las palmeras no van a arder, porque las hojas verdes tardan mucho más en prender que las secas", explica Dorado. 

Por tanto, resume: "Si el fuego pasa suficientemente rápido y no se quema la copa, el tallo tampoco va a arder; se pueden quemar un poco los laterales, pero no entra en ignición".  

Qué provocó el fuego

Según el último informe publicado por el proyecto ClimaMeter del Instituto francés Pierre Simon Laplace, encargado de monitorizar los cambios en el clima, el pasado 10 de enero, la evidencia es clara: los incendios de Los Ángeles no habrían podido alcanzar la intensidad actual si no fuese por la emergencia climática generada por las actividades humanas. 

Una de sus autoras, la investigadora Greta Cazzaniga, explica que los incendios forestales de California "han demostrado cómo los eventos extremos, exacerbados por el cambio climático, interactúan entre ellos para desencadenar desastres sin precedentes". Y recuerda que los "fuertes vientos" y las "altas temperaturas" tienen mucho que ver con lo ocurrido. 

Como también lo tienen unas "condiciones excepcionalmente secas para las plantas y los árboles". Todo ello ha "facilitado" la propagación rápida del fuego. Su compañero Davide Faranda añade que la situación californiana es "un recordatorio de cómo el cambio climático inducido por los seres humanos amplifica los fenómenos meteorológicos extremos".

"Muchas personas se han visto afectadas, incluidas estrellas de Hollywood, demostrando que de la crisis climática no se salva nadie. Este desastre sirve como un recordatorio contundente de que debemos exigir colectivamente medidas inmediatas para mitigar estos riesgos crecientes y salvaguardar nuestro futuro común", insiste. 

Si se compara con incendios pasados, explican los autores, las condiciones meteorológicas de Los Ángeles que han favorecido la propagación del fuego son ahora más extremas. En concreto, las temperaturas están siendo, estos días, 5 °C más altas de lo normal en esta zona del estado. 

Además, las precipitaciones son menores: en los últimos meses ha llovido una media de 3 mm por día, más de un 15% menos de los que debería. Y los vientos soplan un 20% más que en el pasado. 

Para llegar a esta conclusión, desde ClimaMeter han comparado la situación actual de Los Ángeles con las condiciones meteorológicas de la misma zona en las décadas entre 1950-1986 y 1987-2023. Sin cambio climático, concluye la investigación, no se habrían producido los requisitos necesarios para que las llamas se extendiesen con la magnitud y voracidad con la que lo han hecho.