
El problema de los jubilados.
Paco Carrasco, jubilado: "Te das cuenta de que después de toda una vida trabajando, no te da para vivir tranquilo"
Este pensionista se sincera sobre una situación que afecta en gran medida a todos los de su generación en España.
Más información: Hacienda amplía sus controles a autónomos y exige justificar cada ingreso desde abril
A sus 82 años, Francisco Carrasco —más conocido como Paco— sigue mirando la vida con la serenidad de quien ha vivido mucho y bien. Desde su casa en Sevilla, repasa con lucidez cada etapa de su recorrido hasta llegar a la tan esperada jubilación, que tantos dolores de cabeza le ha traído. Una historia que refleja la realidad de muchos mayores en España tras enfrentarse a un nuevo concepto: las pensiones.
Francisco nació en una época complicada, marcada por la escasez de recursos y las pocas oportunidades. A los 13 años tuvo que dejar los estudios para empezar a trabajar. "No pude estudiar ninguna carrera, aunque me hubiera encantado. Creo que tenía capacidad para ello, pero no había elección", recuerda, sin amargura, pero con la nostalgia de quien siempre se preguntó cómo habría sido su vida de haber podido elegir otro camino.
Pero Paco nunca se rindió. En lugar de lamentarse, eligió formarse por su cuenta. Se convirtió en autodidacta y devoraba cada libro que encontraba. "Leía todo lo que caía en mis manos", dice con orgullo. Una pasión que lo llevó a reunir una biblioteca personal de más de 1.500 libros con los que está claro que no se aburría en su casa.

Los pensionistas viven pendiente de sus ahorros.
Esta sed de conocimiento fue clave en su carrera profesional, abriéndole puertas que muchos creían cerradas para alguien sin título universitario. Con tan solo 14 años, entró como aprendiz en una multinacional alemana del sector de la ingeniería y tecnología.
Poco a poco, fue escalando posiciones. Primero delegado en Andalucía, luego director de una sucursal en Sevilla y, finalmente, secretario del consejo de la empresa en España. "Tuve la suerte de viajar mucho, conocer gente y disfrutar de mi trabajo. Buenos recuerdos, años muy intensos y haciendo lo que me gustaba", dice con una sonrisa que lo transporta a esos días.
Sin embargo, a los 60 años llegó su prejubilación y con ella la resignación. Y es que tras decir adiós a su empresa de toda la vida, le redujeron un 35% la pensión por jubilarse antes. Es por ello, que no se quiso quedar de brazos cruzados y decidió montar una ferretería, que mantuvo hasta los 65. "Fue un cambio grande, pero aún tenía ganas de hacer cosas", explica.
Cinco años después, cuando finalmente se retiró del todo, tuvo que enfrentarse a una nueva realidad: vivir con una pensión reducida. Un ajuste que, tal y como reconoce, no es fácil en los tiempos que corren.

Paco Carrasco junto a su primo Juan.
Ahora, con una pensión mensual, Paco tiene que controlar cada gasto con mucho cuidado. "Hay meses en los que no llegas, y te das cuenta de que después de toda una vida trabajando, no te da para vivir tranquilo", comenta con preocupación. Aunque ha aprendido a adaptarse, reconoce que esta situación genera cierta sensación de injusticia: "Es que empecé a trabajar con 13 años y ahora tengo que reajustarme...".
"Al mes vivo con la pensión y porque tengo 'otra ayuda'", dice. Una ayuda que no viene del Estado, sino de él mismo, un colchón económico que construyó poco a poco, con esfuerzo y previsión. Pero como explica: "Si no tuviera la 'otra' ayuda, sería vivir con dificultades", reconoce.
Y es que, aunque su situación no es de las peores, no todos los jubilados pueden decir lo mismo. "Hay pensiones que no llegan ni a 800 euros. ¿Cómo vive alguien así pagando alquiler, luz, medicinas? Es imposible", lanza con indignación.
A pesar de esta situación que influye en toda su generación, Paco sigue adelante y hoy en día se entretiene con el bricolaje, el ordenador y pequeños viajes que hace con su familia y amigos. Comparte su tiempo con su mujer y valora por encima de todo estar con su familia. "Me he adaptado y disfruto de mi familia, que es lo más importante".
Paco representa a una generación que lo dio todo y que, a pesar de los problemas que suele dar la jubilación, sigue adelante con dignidad. Por eso lanza un mensaje claro a los jóvenes: "Que luchen por lo que quieren y, si pueden, que elijan un trabajo que les guste. Y que no se olviden prepararse para la jubilación, porque aunque ahora la vean lejos, llega antes de lo que uno cree".