Hombre mayor jugando a la consola.

Hombre mayor jugando a la consola. PixelsEffect Istock

Historias

Estimulación cognitiva, física y emocional: este es el impacto positivo de los videojuegos en la tercera edad

Madrid in Game acoge las II Jornadas Intergeneracionales Gaming con el objetivo de demostrar los beneficios de las nuevas tecnologías.

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Esperanza es una de las pacientes de los Centros de Día Florencia. Hace algún tiempo —aunque siendo ya mayor— conoció lo que son los videojuegos. Su favorito es uno al que, como no recuerda el nombre, ha querido bautizar como 'Pepe, el vaquero'. Debe indicarle por dónde ir, recogerle el sombrero cuando se le cae, decirle lo que tiene que hacer y un sinfín de actividades más.

Para ella, descubrir el mundo de las videoconsolas ha marcado un antes y un después. Y comparte su experiencia con ENCLAVE ODS: "He visto compañeros del centro que no han tenido cosa que les entretuviera, si acaso los crucigramas, pero no veía que cambiara su cara. A raíz de los videojuegos han cambiado un montón, se les ve más alegres".

De hecho, cuenta, en el centro del que es paciente hay quienes "no se acuerdan de que tienen una hija que viene a buscarles por la tarde, pero con los videojuegos se animan". Por eso, para Esperanza está claro: "Si es bueno para ellos, bendito sea".

En su caso, le gusta boxear, conducir y, sobre todo, las gafas de realidad virtual, las que define como "lo más grande que se ha inventado jamás". Gracias a esta tecnología, puede viajar al país que quiera. Aunque, confiesa, mientras ella pide ir a París o Londres, gran parte de sus compañeros "quieren ver las casas de sus abuelos".

Pese a que reconoce que a veces las personas mayores se vuelven "muy cabezonas" y no quieren lanzarse a conocer el mundo de los videojuegos, "los que lo han conseguido están muy contentos". Y fue un poco así, a través del impacto que esto podía ocasionar, que nacía la idea de la que ha surgido la Jornada Intergeneracional Gaming.

Diversión intergeneracional

A Gloria Sánchez, project manager de Golden Gamers —la iniciativa que ha impulsado estas jornadas—, además de directora y terapeuta ocupacional de Centros de Día Florencia, la educaron para no jugar a la consola. Sus padres estaban en contra de las pantallas y nunca conoció lo que era un videojuego. Con sus hijas, la historia empezó parecida, aunque no tardó mucho en cambiar.

"El primer contacto que tuvieron mis hijas con los videojuegos fue con las personas mayores del centro", confiesa. Y fue ahí donde descubrió que había estado equivocada y que el mundo digital "sí que tiene un potencial muy grande para el desarrollo de la infancia".

Surgía así una nueva pasión en Sánchez: innovar, más allá de las terapias ocupacionales que se estaban haciendo en los centros de día y otros recursos sociosanitarios. Esto, combinado con la idea de introducir el videojuego como una forma de terapia para los mayores, impulsada por Alejandro Morilla, el otro project manager de Golden Gamers, hizo que la sinergia se diera sola.

Nacían entonces las Jornadas Intergeneracionales Gaming, una experiencia en la que personas mayores y jóvenes de 4º de primaria juegan juntos para demostrar el impacto positivo del videojuego en la tercera edad. Todo ello, con el objetivo de visibilizar cómo las consolas pueden fomentar la estimulación cognitiva, física y emocional de las personas mayores.

Impacto total

La primera edición, cuenta Morilla, se celebró en el colegio CEIP José Hierro, situado en el municipio madrileño de Rivas. Y aunque fue una jornada realizada con "mucha pasión y cariño", confiesa que los medios eran más limitados. Sin embargo, este año, con el apoyo del Madrid in Game, las posibilidades han sido mayores.

La clave del evento está en la intergeneracionalidad que promueve esta propuesta. "Vemos cómo personas de todas las edades, mayores incluso de hasta 100 años, están disfrutando de videojuegos pedagógicos, ayudados en este caso por niños", explica Ángel Niño, concejal de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid.

Una señora juega junto a una de las alumnas, Paula, en el Esports Center del Campus del Videojuego.

Una señora juega junto a una de las alumnas, Paula, en el Esports Center del Campus del Videojuego. Cedida

Y es que, pese a que posiblemente esta combinación de niños, ancianos y videojuegos no entre dentro de los cánones estándar de muchos, dice Niño, "la realidad es que interactúan entre ellos y disfrutan".

La intención, explica el concejal, es "desmitificar esa idea del chico en su casa, en su sótano, jugando solo". Los videojuegos "tienen muchísimo más recorrido", y lo demuestra: "Una persona que está en silla de ruedas me ha dicho que estaba saltando en un videojuego sobre el hielo y creo que esto son detalles muy importantes".

El impacto, además, es doble. No ha hecho falta ahondar mucho en la pregunta para que Paula y Lucía, dos de las niñas que han asistido a estas jornadas, expliquen cómo lo han vivido: "Ha molado mucho porque hemos estado jugando a videojuegos y desde que crearon esto las personas mayores pueden hacer algo más aparte de lo que hacían antes".

Beneficios digitales

El efecto de los videojuegos se centra en la prevención del Alzheimer y otras demencias, al mismo tiempo que se amplía la visión que la sociedad tiene acerca de los videojuegos, fomentando una mirada inclusiva y beneficiosa en el desarrollo de la infancia.

A través de los diferentes títulos que mayores y pequeños han disfrutado durante esta jornada, han podido, entre otras cosas, revivir la sensación de conducir o tener la oportunidad de experimentarla por primera vez. Además, han mejorado la coordinación y la motricidad fina y han estimulado la memoria, la toma de decisiones y la imaginación por medio de una historia inmersiva.

Alejandro Morilla, Gloria Sánchez, Paula, Lucía y Esperanza durante las II Jornadas Intergeneracionales Gaming.

Alejandro Morilla, Gloria Sánchez, Paula, Lucía y Esperanza durante las II Jornadas Intergeneracionales Gaming. Cedida

El secreto, dice Alejandro Morilla, está en buscar "experiencias que, por un lado, sean familiares para que puedan jugar los mayores y los niños con un tono muy adecuado para todo el mundo, pero también que fueran colaborativas y multijugador". No hay limitaciones, la única condición que "sea divertido".

Y es que, pese a que hay quienes muestran cierto rechazo a los videojuegos, Morilla asegura que "es una realidad que no podemos esquivar". Motivo por el que tratan de enseñar a todos, mayores y pequeños, "a convivir con ellos de una forma positiva".