Image: Farándula

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Opinión

Farándula

16 diciembre, 2016 01:00

La muerte se interpuso no una, sino tres veces, en la redacción de un libro que, según su autor, Martin Amis, avanza, ahora ya sí, con paso firme. Se trata, según ha desvelado él mismo a la prensa inglesa, de un retrato a tres bandas de tres escritores que, además de amigos suyos, influyeron mucho en su formación literaria: Philip Larkin, Saul Bellow y Christopher Hitchens. "Desde que empecé a intentar escribirlo -ha dicho Amis-, murió Larkin en 1985, Bellow en 2005 y Hitch en 2011, y esto me ha dado, al fin, el tema -la muerte- pero también un poco más de libertad, y la ficción es libertad".

Las satisfacciones que le ha dado a Marta Sanz Farándula continúan, y yo continúo cada vez más sorprendido. Elegido por nuestros críticos como mejor novela de 2015, tras haber ganado el premio Anagrama, ahora me cuentan que Calixto Bieito, prendado de su retrato del faranduleo nacional, ha comprado sus derechos para llevarlo a las tablas, su hábitat natural. El director montará su adaptación en el Teatro Arriaga, que en enero ya lucirá programación con su sello.

La Compañía Nacional de Danza lleva al Teatro de la Zarzuela su homenaje a Maya Plisétskaya que, tras pasar por Granada, José Carlos Martínez lo presenta en Madrid en una versión más elaborada. Serán los días 21 y 22 de diciembre cuando veamos sobre el escenario las coreografías del propio Martínez, Jerome Robbins, Sharon Fridman y Juan Carlos Santamaría. No faltará la recreación de los roles de la bailarina rusa fallecida en 2015. Entre ellos, los que interpretó en Romeo y Julieta, El lago de los cisnes, Laurencia, La noche de Walpurgis, Don Quijote y Raymonda. Sin duda, un merecido agradecimiento a quien dirigió la formación entre los años 1987 y 1990. A partir de entonces llegarían los 20 años de Nacho Duato. Pero esa ya es otra historia...

Se ve que al bueno de Haruki Murakami le van las distancias largas (y no sólo a la hora de hacer deporte), porque su próxima novela, que verá la luz en febrero del año que viene en Japón y de la que se ignoran título y trama, tendrá algo más de dos mil páginas que necesitarán de dos volúmenes. Los productores de papel del mundo entero se frotan las manos tanto como tiemblan sus editores haciendo números, por mucho que sus lectores sean legión.