Image: Suavemente ribera

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Poesía

Suavemente ribera

Antonio Manilla

22 marzo, 2019 01:00

Antonio Manilla. Foto: M. Cuenya

Premio Generación del 27. Visor. Madrid, 2019. 100 páginas. 12 €

El octavo libro de poesía de Manilla (León, 1967) se abre con "Impromptu": "El motivo inmutable / es la muerte". Sigue: "-la vida, variaciones...". Alude después a "las horas fugitivas". El plan está trazado. El final, ya escrito. En medio, el tiempo. "Suavemente ribera / mientras el tiempo pasa." Con naturalidad, la naturaleza está volviendo a nuestra poesía. Nunca debimos desdeñar al campo. Y digo "campo", como Machado. El que pasea AM por su Castilla natal demostrando que hay demasiado cosmopolita impostado. No es un antiguo el autor del ensayo Ciberadaptados. Sí un paseante melancólico que observa el paisaje con sensibilidad. A la "búsqueda de la felicidad".

Lo machadiano abunda en un libro sereno, de sesgo clásico (culto y popular) y modos elegíacos, donde prima el canto sobre el cuento ("La mentira del canto fue contar"). Para ello utiliza un lenguaje armonioso y rítmico, que no desdeña ligeros barroquismos ni un vocabulario escogido, y usa con maestría, por ejemplo, el encabalgamiento.

Se cantan aquí los renovados "milagros cotidianos" ("la vida se repite"); los del mero, efímero existir. La luz y el "amable desdén de la belleza". "Este pasar y estar al mismo tiempo".

La serie "Espacios despoblados" remite a la "España vacía". A ella vuelve, aunque "Nunca debes volver". "Mundos perdidos" donde residen aún las "sombras de la memoria", "-llámese amor o madre o sólo infancia". Casas familiares con vidas que perduran por encima del abandono. La España de la demotanasia, mencionada en "Casa en solar ajeno", el poema más extenso y central del libro. Un término acuñado por Pilar Burillo para referirse a "la desaparición lenta y silenciosa de la población de un territorio que emigra y deja la zona sin relevo generacional". "Buscamos el olvido", leemos. "Pasar inadvertidos: ese era nuestro oficio".

En "Tierra extraña", lo lírico se impone y los versos tornan sabios y orientales (a lo Basho) en formas epigramáticas y meditativas. Como en Cavafis, "importa el camino", pues "vivir es ir hacia la muerte andando". Se ensalza, en fin, el carpe diem. AM termina: "Yo soy de donde voy". "Voy a un país sin límites: / la patria sin fronteras de la muerte". El círculo se cierra. álvaro valverde