Image: Los espejos comunicantes

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Poesía

Los espejos comunicantes

Óscar Hahn

27 marzo, 2015 01:00

Óscar Hahn

Premio Loewe 2015. Visor. Madrid, 2015. 84 páginas, 10€

Aunque no es necesario contar en las experiencias vitales con especiales circunstancias para escribir poesía política, o civil si se prefiere, es el caso que en la biografía de Óscar Hahn (Iquique, Chile, 1938) no faltan algunas, como la dictadura de Pinochet, su detención en 1973, su largo exilio en Estados Unidos, que marcan una vida y también la particular posición como escritor. Viene esto a cuento de que en la extensa obra poética de Hanh no faltan textos de la temática mencionada y también en este libro. Y ello por la razón esencial de que, como se dice en uno de los poemas, "El mundo está mal hecho" (que repite frase de Alfonsina Storni y de Jorge Guillén donde rehacía "El mundo está bien hecho" de un poema anterior). Y cuánta razón hay en esa afirmación. Basta mirar la realidad y comprobarlo.

El yo que habla en Los espejos comunicantes ha mirado al mundo y ve la muerte en el atentado de las Torres Gemelas, en la guerra de Irak, los provocados por el tsunami de Indonesia, los que sufrieron la bomba de Hiroshima, miles y miles de muertos, oye lo que se califica de "guerra sucia", ¡cómo si la hubiera limpia!, y otras expresiones disparatadas como "fuego amigo", pero también ve, en "Nueva paradoja de Zenón", el dislate de que un actual Aquiles no pueda beber alcohol hasta los dieciocho años, edad que faculta al poder para enviarlo a la guerra.

""Depredadores" lleva a sus versos a quienes consumen de manera delirante y los presenta como herederos de los animales a los que hubo de hacer frente el hombre primitivo y, en consecuencia, los animaliza. Los mencionados, son sólo algunos de los hechos que confirman la mala factura del mundo y Hanh los lleva a sus poemas. Así, el tono de ellos es apocalíptico e incluso no falta el índice "vi" del texto de Juan ni la aparición de unos "caballos enloquecidos" sin jinete y en el poema final, donde de los espejos salen los reflejos de las personas y animales, se lee: "Y después será el fin del mundo".

Pero ni con mucho este libro se restringe a tal temática. Hay poemas de amor, una elegía a Gonzalo Rojas -en el que éste le pide a Muerte que le dé tiempo para terminar un poema inacabado, lo que le lleva dos meses-, un epitafio al poeta desconocido, otros sobre la propia actividad de la escritura. Es decir, los asuntos y los tonos son también diversos. De los poemas, se dice, que son "destellos/ en un espejo roto" que, restaurado, dirá la vida verdadera, una aún no vivida, invirtiendo con ello la relación tópica. Ello habla de cómo la escritura es creadora de mundos y así es en la poesía de Hahn.

Sin duda alguna, Los espejos comunicantes es un libro importante en un conjunto poético igualmente importante en nuestra lengua.