Image: Yo te quise más

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Novela

Yo te quise más

Tom Spanbauer

9 octubre, 2015 02:00

Tom Spanbauer. Foto: Julián Jaén

Traducción de Juiz Cruz Rodríguez. Random House, 2015. 440 páginas, 23'90€

Conocí la literatura de Tom Spanbauer (1946, Pocatello, Id.) en 1992 cuando Muchnik publicó El hombre que se enamoró de la luna, la segunda novela del autor, sobrecogedora por la dureza de la historia y la crueldad de las subtramas. Solo más tarde, cuando me interesé por Chuck Palahniuk, entendí el significado de aquella obra que bien pudiera situarse en la encrucijada entre lo romántico, lo barroco, y lo gótico: Spanbauer era el gurú que impartía una suerte de clases de creación literaria en Portland en lo que ha venido conociéndose como el grupo "Dangerous Writing" al que asistió el referido Palahniuk. Evito la búsqueda en internet: The emphasis is on writing ‘dangerously' -that is, writing what personally scares or embarrasses the author in order to explore and artistically express those fears honestly. Así reza la teoría que se traduce de esta forma en la práctica: "Cogí el cuchillo, me lo llevé al pecho, lo clavé con fuerza, corté abajo y en círculo, me arranqué el corazón y lo deposité, todavía caliente, en la página. Pero no sangraba lo bastante. Las palabras sonaban tontas." (p. 16).

Quien así se expresa es Ben, el narrador y uno de los tres protagonistas de Yo te quise más. Los otros dos son Hank y Ruth, quienes conformarán un genuino y singular triángulo amoroso: "Si tres no encuentran a un cuarto, tres se vuelven dos" (p. 20). Estructuralmente la novela se divide en tres partes, cada una de ellas focalizada en las relaciones de las distintas parejas que se conforman: Hank y Ben; Ben y Ruth; Hank y Ruth, en un período que comienza a mediados de los ochenta y dura unos veinte años.

Los dos varones se conocieron cuando asistían a clases de creación literaria en Nueva York; a Ben no le sentaban muy bien las deferencias del profesor con el alumno más aventajado, Hank, pero conforme lo fue conociendo intimó con él hasta el punto de enamorarse, aunque para desgracia de Ben, homosexual, Hank es hetero (aunque se besan en un par de ocasiones). Los dos aspirantes a escritores llegaron a publicar sus novelas con tan buenas críticas como poco éxito. Sus vidas se separaron y volvieron a reencontrarse diez años más tarde. Durante ese tiempo Ben contrajo y logró superar el sida; en su lucha contra la enfermedad le ayudó Ruth, pero sus preferencias sexuales no han cambiado y Ruth está frustrada. Las cosas no han ido mejor para Hank, que tiene cáncer. Comienza entonces la relación entre Hank y Ruth, en la que Ben queda al margen sin que realmente logre asumirlo y mucho menos superar que la pareja se traslade a Florida, donde vivía Hank. Los dos amigos se reconciliarán y todo volverá a ser "Como en los viejos tiempos, o eso parece, cuando en el mundo existía un lugar de verdad solo porque nosotros existíamos. Hank y yo compartíamos un espacio, estábamos dentro de algo." (p. 368).

Esta es la tercera novela de Spanbauer que leo (además de la referida, Ahora es el momento), un autor no especialmente prolífico, y, sin menosprecio de las anteriores, creo que ésta es muy superior, además de una aplicación práctica del método -pues la normativa y características que aparecen en la página web propician tal consideración- Dangerous Writing. Más allá de considerar la obra como autobiográfica -Spanbauer es homosexual-, resulta interesante comprobar cómo el autor continúa decidido a enfrentarse a cualquier tipo de tabú social, mostrándonos que el libre albedrío es la razón más poderosa de nuestra existencia.

Pero al mismo tiempo la muerte, presente de manera constante desde que en las primeras páginas se revela que los dos protagonistas sufren los males más estigmatizados por la sociedad, es la única realidad o, mejor dicho, la única verdad. En Yo te quise más los protagonistas, partiendo de las relaciones sexuales, que son el origen del interés que los unos manifiestan por los otros, logran trascender el componente meramente físico para elevarse a un plano espiritual... y existencialmente trágico.