Ensayo

Borges y el cinematógrafo

Edgardo Cozarinski

27 febrero, 2003 01:00

Emecé. 160 páginas, 13 euros

Este es un libro para los apasionados de Borges y del cine. Sumados deben ser multitud. Sus ediciones son propias de los misterios que rodean la obra del maestro. Se publicó en Buenos Aires en 1974.

Entonces llevaba el título de Borges y el cine. y posteriormente se sucedieron ediciones en Milán, París y Nueva York, según confiesa su autor. En esta nueva salida se han añadido nuevas notas, una documentación recopilada por Daniel López y un breve texto original de Borges, perdido en la revista "Selecciones".

Edgardo Cozarinsky es hombre de cine. No sólo es autor de algún documental sobre Borges, de quien fue amigo, sino también del filme Guerreros y cautivos (1989). Es, por otra parte, uno de los grandes conocedores de la obra de Borges. Ha cultivado la novela y el ensayo y es autor de varias películas. Borges y el cinematógrafo es considerado un clásico de la bibliografía borgeana. Entre las páginas 25 y 82 sorprenderá la actividad -para algunos lectores de Borges poco iniciados- del maestro como crítico de cine. Sus opiniones sobre algunos filmes de los años 30 e inicios de los 40 pueden resultar sorprendentes no sólo por su radicalismo, por su estilo cortante y deliberadamente aséptico, sino por su profundo conocimiento de un arte cuya influencia en su obra no disimulará, al contrario.

El autor entiende en el ensayo inicial que "el cine aparece asociado en Borges a la práctica de la narración, aun a la posibilidad misma de abordar la narración". La ironía de Borges a la hora de enjuiciar filmes viene arropada por consideraciones estéticas y aún personales. Ni siquiera Ciudadano Kane escapa a su ácida ironía. Kane es un "caos de apariencias" y concluye profetizando (los profetas tienden a errar): "Me atrevo a sospechar, sin embargo, que Citizen Kane perdurará como perduran ciertos filmes de Griffith o de Pudovkin; cuyo valor histórico nadie niega, pero que nadie se resigna a rever. Adolece de gigantismo, de pedantería, de tedio. No es inteligente, es genial: en el sentido más nocturno y más alemán de esta mala palabra". Su consideración sobre el doblaje, que publicó en "Sur" tuvo ciertas repecursiones, pese a su brevedad. Como siempre, Borges resulta, aquí también, esencial.

Además del prólogo de los argumentos elaborados y publicados por Borges y Bioy Casares, Cozarinsky analiza el "Cine sobre Borges", un considerable esfuerzo de erudición en el que el autor rastrea las primeras menciones de Borges en el ámbito francés, donde fue acogido con entusiasmo, y sus repercusiones en el cine británico y estadounidense. Cozarinsky analiza incluso las adaptaciones realizadas para tve con motivo del Quinto Centenario. Sin embargo, ni las alusiones ni los ecos de Borges pueden ser completos. No se menciona, por ejemplo, el film inspirado en la novela de Umberto Eco, cuyas resonancias borgeanas son tan evidentes. El autor dedica páginas también a Borges protagonista de entrevistas y reportajes para cine y televisión. El libro de Cozarinsky dice menos de lo que sabe el autor sobre el cine y Borges. Estas páginas merecen el entusiasmo.