Ensayo

Cuerpos sexuados, objetos y prehistoria

María Encarna Sanahuja Yll

12 septiembre, 2002 02:00

Cátedra. Madrid, 2002. 227 páginas, 10 euros

Como clave de sus intenciones y escenario de sus investigaciones, la autora revela que sus intereses intelectuales se han centrado en dos preocupaciones principales, el feminismo y la arqueología prehistórica, y pone de manifiesto cómo su trabajo se ha realizado dentro de un grupo cuyos miembros han compartido métodos y objetivos, aunque ha habido rupturas no siempre bien asimiladas.

El modo de trabajo expuesto resulta coherente con sus objetivos, en el sentido de que se ha tratado de evitar constantemente la presencia de los vicios propios de la "academia" competitiva, que funciona a través de métodos heredados de las prácticas sociales masculinas.

La autora, sobre una tradición que se basa en la antropología del siglo XIX, incluida una versión corregida del marxismo, y en la recuperación de las teorías de María Gimbutas y Jacquetta Hawkes, como reivindicación del papel femenino en las sociedades prehistóricas, concluye que la visión femenina sirve también para reivindicar una sociedad primitiva más democrática, sobre todo si se tiene en cuenta la idea de que el nacimiento la explotación de unas clases por otras se vincula directamente con el de la explotación de un sexo por otro, hechos ambos que se relacionan con el momento en que las diferencias se transforman en desigualdad. Cualquier percepción de la realidad histórica tiene que contar con la existencia de la diferencia, del mismo modo que ésta sirve de apoyo a la concepción feminista defendida en el libro.

La recuperación de la perspectiva femenina permite el desarrollo de una visión de la historia en general como ámbito que contiene un importante elemento simbólico, que supera así la visión sexista, relacionada con la productividad como criterio de valoración de las transformaciones sociales, pero no se contradice con la observación de los protagonistas de la historia como pertenecientes a uno u otro sexo. Antes bien, más que una defensa de la historia de las mujeres como preocupación de la historia de género, la autora se encuentra entre los/as defensores/as de una concepción sexuada de la historia, donde también se entienda mejor el papel de los varones, una vez que éstos sean capaces de superar la visión unilateral que les impide contemplar el conjunto de la realidad humana. La propuesta de la autora para la prehistoria vale como propuesta para la historia en general y para la comprensión global de la sociedad.

Por todo ello, si regresamos al punto de partida en que Sanahuja exponía su actitud ante el mundo y ante el conocimiento, el resultado esque un libro de arqueología prehistórica puede exhibir al tiempo el objetivo de presentarse como una lección de concepción general y un programa de actuación política, donde ésta se enfoque, no como matriarcado frente a patriarcado, sino como resultado de aceptar una visión femenina que se halla en condiciones históricas más favorables a posiciones democráticas en que la aceptación de las diferencias no sirvan de fundamento para el desarrollo de la explotación.