Image: Lacan y la razón postmoderna

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Ensayo

Lacan y la razón postmoderna

Jorge Alemán

11 abril, 2001 02:00

Miguel Gómez Ediciones. Málaga, 2001. 192 páginas, 2.800 pesetas

Como en todos sus libros, Jorge Alemán es una gran y notable excepción. Es uno de los escasos psicoanalistas que se acerca en España a la filosofía con una actitud verdaderamente filosófica, sin por ello renunciar nunca a su condición vocacional de psicoanalista

Freud jamás quiso ser filósofo; utilizaba de vez en cuando referencias al eros platónico, al "imperativo categórico" kantiano o al "eterno retorno" de Nietzsche, pero siempre de forma circunspecta y algo irónica. Jacques Lacan, el gran renovador del psicoanálisis en la Francia "estructuralista", está, en cambio, empapado de la filosofía de su época: Kojève, Heidegger, Sartre. Y sin embargo, una y otra vez arremete contra la "filosofía universitaria"; como si el advenimiento del psicoanálisis dejara sin conceptos a la filosofía. La filosofía, por su parte, ha respondido en reciprocidad con idéntica distancia y desparpajo. Y me refiero a la filosofía que, sobre todo en Francia, ha pasado por esa escuela de conocimiento propio que es, cuando lo es de verdad, el psicoanálisis. No hablo, pues, de una filosofía que optó desde el principio por arrojar a éste a la tiniebla exterior epistemológica (como la filosofía analítica). Me refiero a la filosofía post-estructuralista, la que en cierto modo compone eso que Jorge Alemán llama, en este libro, razón postmoderna. Pues lo cierto es que autores como Foucault, Deleuze o Derrida, en un momento de su evolución intelectual rompen con el psicoanálisis; y arremeten contra él en nombre de una suerte de arqueología de la sexualidad (Foucault), o de un "esquizoanálisis" anarquizante (Deleuze), o de una "archi-escritura" anterior a la "palabra llena" (Derrida).

Jorge Alemán va mostrando el curso de estas relaciones tensas. Esa suerte de tensión es mucho; mucho más que la simple ignorancia o la condena inquisitorial; o que el frívolo desinterés tan generalizado entre intelectuales del mundo cultural español, donde el psicoanálisis halla unas resistencias verdaderamente llamativas.

Yo mismo reconozco que mi de-sengaño con la filosofía surgida a partir del estructuralismo vino, sobre todo, por libros del estilo del Anti-Edipo de Deleuze-Guattari, o del poco convincente modo de afrontar la sexualidad por parte de Foucault, o también del prurito desconstructor frente una práctica mucho más rica que la búsqueda obsesiva de letras o grammas extraviados, al modo de Derrida.

Jorge Alemán es, en este libro, y en todos los suyos, una grande y notable excepción. Es quizás, aquí en España, uno de los escasos psicoanalistas que se acercan a la filosofía con una actitud verdaderamente filosófica; sin por ello renunciar nunca a su condición vocacional y profesional de psicoanalista. El resultado de esa actitud tan madura y tan bien combinada está a la vista, tanto en sus escritos como en sus intervenciones públicas. La teoría y práctica cruzada de filosofía y psicoanálisis de Alemán constituye un hito que ayuda a aproximar de forma realmente sugestiva a la filosofía con el psicoanálisis (y viceversa).

Tengo experiencia de ello, pues llevo tres años realizando con Alemán y con un grupo amplio y complejo de buenos profesionales (artistas, filósofos, psicoanalistas, etc.) un seminario en el cual esa experiencia de diálogo se ha producido del modo más natural. Y es que Jorge Alemán indaga, sobre todo, en una cuestión crucial (por limítrofe y fronteriza): el gozne que articula lo que Freud llamaba "pulsión" con el sentido. En el límite (conjuntivo/disyuntivo) entre pulsión y sentido se instala su reflexión, acompañada de Freud y de Lacan, pero también del pensamiento filosófico actual; el que quizás avanza o puede avanzar sobre las limitaciones de la propia razón postmoderna.