Anne Carson, autora de 'Norma Jeane Baker de Troya' (Vaso Roto). Foto: Beowulf Sheehan

Anne Carson, autora de 'Norma Jeane Baker de Troya' (Vaso Roto). Foto: Beowulf Sheehan

Letras

Anne Carson y el mito de Marilyn Monroe

La poeta canadiense transporta a la estrella de Hollywood hasta la leyenda griega en su nuevo texto poético, 'Norma Jeane Baker de Troya'

1 febrero, 2022 02:06

Las leyendas cuentan que el rapto de Helena, esposa de Menelao, por Paris –en otros casos, fue una fuga–, fue el detonante de la guerra de Troya, guerra que Homero relató en la Ilíada. Eurípides, al retomar el tema en la tragedia Helena, hizo que lo que llegó a la ciudad que sería destruida y despertó la pasión de Paris no habría sido Helena sino una imagen suya, una nube, y presenta a Helena refugiada en Egipto. Así, no habría sido Helena quien provocó la guerra. Norma Jeane Baker (en realidad Mortenson, Baker era el apellido de la madre) adoptó como nombre artístico el de Marilyn Monroe y ni que decir tiene que fue, y aún es, un sex symbol y una de las actrices más conocidas del cine.

Norma Jeane Baker de Troya. Anne Carson
Traducción de Jeannette L. Clariond. Vaso Roto. 2022. 110 páginas. 22 euros

Anne Carson (Toronto, Canadá, 1950) es una poeta con una obra originalísima que cuenta con numerosos reconocimientos, entre otros, el Premio Princesa de Asturias de 2020. Buena conocedora de los clásicos –se doctoró con una tesis sobre Safo y ha sido profesora de literatura clásica y traductora, entre otros, de Eurípides o Sófocles–, retoma en Norma Jeane Baker de Troya, texto esencialmente poético y que ha sido llevado al teatro, la figura de Helena y en una nueva transformación hace que la nube tomó la forma de la estrella norteamericana, que es quien aquí toma la palabra en fragmentos que alternan con otros en capítulos titulados “Historia de la guerra: Lección”.

Así, ahora los personajes no serán los guerreros aqueos y troyanos, de quienes también se habla, sino Marilyn, la estrella de Hollywood; Arthur Miller, “rey de Esparta y Nueva York” o Truman Capote. De hecho, en cierto momento se dice que Norma Jean se interpreta a sí misma, y el espacio es ahora Troya y Los Angeles. Como si se hubiera producido un gran pliegue del tiempo, todo se superpone. Por ejemplo, Hermione, hija de Menelao y Helena, es ahora hija de Norma Jeane y de quien se habla. Todo se entreteje en un laberinto de espejos Helena, como es tópico en otras mujeres del mundo antiguo, teje, también lo hace Norma Jeane. “¿Qué estás tejiendo?” le preguntan. Su respuesta: “La caída de Troya”, episodio que incluye desde “Cada brizna de hierba en el césped de Príamo” a “cada hueso quebrado / en el bebé que arrojaron contra el muro el último día”, una secuencia que pone de relieve la crudeza que los relatos de las guerras no suelen atender.

Como lo anterior muestra, los parlamentos de Helena sobre la guerra están lejos de la heroicidad, de la épica, con que la antigüedad –y lamentablemente no solo entonces– presentaba y celebraba las muertes y la destrucción, sino que aquí se escribe desde otra sensibilidad. Así se resume el final de la guerra de Troya “Matan a todos los hombres, / violan a todas las mujeres, / cargan los barcos y navegan rumbo a casa. La razón principal es: obtuvo un botín de guerra, el motivo de su viaje, su casus belli”. De este modo, Norma Jeane Baker de Troya es un texto radicalmente antibelicista que no puede sino conmover.

Desde la relectura de la historia, de los acontecimientos y del pensamiento de otras épocas –y hay que repetirlo, también para algunos del ahora–, este singular poema en último extremo se centra en figuras femeninas. Un marinero insulta a Norma Jeane, “la ramera de Troya”: “esa ADM con forma bífida de mujer!” –ADM: arma de destrucción masiva–. Helena, heredera de Eva y la caída que provocó, fue la causa de la guerra de Troya: la mujer carga todavía hoy con la culpa.

Libro fascinante, originalísimo en su planteamiento y escritura, seduce al lector y lo encierra en un mundo de imágenes especulares que al fin cuentan la realidad misma.

Historia de la guerra: Lección 9

Si, y estoy poniendo cada detalle.
Cada brizna de hierba en el césped de Príamo,
cada lamida de viento en la mejilla de
un guerrero,
cada ágil murciélago marrón que pasó silbando por las carpas griegas en el ocaso,
cada mosca que zumbó sobre la mierda,
cada rezo inútil,
cada oráculo opaco,
cada hueso quebrado
en el bebé que arrojaron contra el muro
el último día. [...]