Image: Una cuestión de educación cultural

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Letras

Una cuestión de educación cultural

Un informe de "la Caixa" determina que el nivel educativo es la principal barrera en el consumo de cultura

9 enero, 2018 01:00

¿Es el consumo cultural una cuestión de gusto o de precio? En España, la falta de interés, ligada a la educación, es la primera barrera cultural, especialmente entre los individuos con menor nivel educativo y rentas más bajas, según concluye un estudio publicado por el Observatorio Social de "la Caixa" y firmado por los profesores de la Universidad de Oviedo Juan Prieto Rodríguez, María José Pérez Villadóniga y Sara Suárez Fernández.

El estudio, que parte de los datos obtenidos de la Encuesta de Condiciones de Vida en España del INE (2015), y centra la investigación en tres actividades de naturaleza distinta como son el cine, los espectáculos en directo y los lugares de interés cultural. Este concluye que "la educación es la variable socioeconómica que tiene un mayor efecto en la participación cultural, ya que, independientemente de la renta, esta tiene un efecto positivo en la demanda de actividades de esta índole, siendo la asistencia media mayor a medida que aumenta el nivel de estudios para cualquier nivel de renta".

En concreto, en el caso de las visitas a lugares de interés cultural como monumentos, museos o galerías, un 36,3% de las personas con rentas más bajas alude a la falta de interés como razón más frecuente de no asistencia. De ellas, otro 41,7% esgrimen el mismo argumento para no consumir espectáculos en directo, al contrario que los más ricos, cuyo pretexto reside más en motivos económicos (21,5%) y de restricción de la oferta (12,4%). Sin embargo, el papel que desempeñan los distintos tipos de barreras se invierte en caso del cine, donde la falta de renta es, con claridad, la primera razón para no acudir a las salas entre los más pobres (37,8%).

Gráfico de asistencia media anual por renta y nivel educativo

Bajo el título El consumo cultural: ¿cuestión de gusto o de precio?, el informe concluye que la falta de interés actúa como primer condicionante en la ausencia de consumo cultural. Cuando esta no supone un problema, como sucede en el caso del cine, la restricción económica pasa a ser relevante.

Entre las posibles soluciones para revertir la situación, los autores señalan que, a corto plazo y para reducir la importancia de las restricciones económicas, la política cultural se podría combinar con una política fiscal más favorable. Sin embargo, "si lo que se pretende es atacar el problema que supone la falta de interés, esta debería integrarse en la política educativa para mejorar el gusto por las artes. En el pasado, estas políticas de formación de gustos se combinaban con los programas culturales de la radio y la televisión. Los cambios tecnológicos han eliminado las audiencias cautivas de estos medios. Si bien la diversidad de la oferta es ahora mucho mayor, solo los que ya están interesados por las artes demandan estos contenidos". De ahí, concluye, la importancia de la educación temprana y obligatoria para desarrollar el interés y los gustos artísticos en la población.