Image: Ullán, o la poesía del arte

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Letras

Ullán, o la poesía del arte

Seis años después de su muerte, llega a las librerías una antología de textos sobre arte del poeta salmantino.

28 abril, 2015 02:00

José-Miguel Ullán, en 2008, con su libro Ondulaciones, en donde reunió parte de su poesía.

Fue el propio José-Miguel Ullán (1944-2009) quien, un año antes de morir, y tras la publicación de su poesía reunida (que no completa, pues el poeta descartó mucho material, sobre todo de su juventud) en Ondulaciones, contrajo el compromiso de organizar y publicar sus textos en prosa. Siete años después llega a las librerías Los nombres y las manchas (Galaxia Gutenberg), que reúne entrevistas, perfiles y artículos de orígenes muy diversos, muchos de ellos extraídos de catálogos y libros para acompañar a artistas.

El poeta, que murió en 2009 a causa de un carcinoma pulmonar, estuvo siempre muy vinculado al arte, fue comisario de exposiciones y ejerció el periodismo cultural en medios como Diario 16, en donde fue subdirector y fundador del suplemento "Culturas", o RTVE. Entendía el periodismo como un brazo más de su poesía. "Sus acercamientos a los artistas eran profundamente poéticos; incluso en su puesta en página, siempre radical y heterodoxa", dice Jordi Doce, director de la colección de poesía de Galaxia. Menos a Frida Kahlo, Ullán trató a todos los artistas que aparecen aquí: Manuel Álvarez Bravo, Broto, José Luis Cuevas, Chillida, Luis Fernández, Javier Fernández de Molina, Alfonso Fraile, Antonio Gálvez, Jirí Kolár, Francisco Peinado, José María Sicilia, Vicente Rojo, Juan Soriano, Tàpies, Xavier Valls, Zush. En los artículos, destaca Ferro, se observa la importancia de "la escucha". Así es posible leer a los artistas y "percibir cuáles son las fuentes y el carácter de su obra".

Los encargados de la antología han tratado de ser fieles a lo que, según ellos, hubiera deseado el poeta. "José-Miguel escribía continuamente y luego, cuando le encargaban un libro, cogía lo que tenía, lo pulía, le daba forma y lo montaba", explica Ferro. Esta faceta de montador, añade Jordi Doce, va con el espíritu del libro, en donde el lector se encontrará con "el lado lúdico de Ullán, su sentido del humor, esa necesidad que él tenía de recrearse en el texto, en las palabras, evitando al mismo tiempo el hermetismo".

Doce sostiene que se trata de un libro "con coherencia orgánica", como todos los del poeta: "Él conseguía siempre que sus libros fueran auténticos libros-objeto, dotados de personalidad propia". Los avatares vividos por la antología no han sido pocos. A la muerte de Ullán se sumó la de Nicanor Vélez en 2011, de quien surgió la idea de reunir la obra del escritor, lo que explica el retraso de su aparición. Lo siguiente será un libro con parte de los inéditos que quedan. Aunque existen dificultades. "Nuestra idea es que en dos años tengamos todo publicado", anuncia Ferro. Y añade: "Pero es una tarea muy difícil, ya que José-Miguel escribía en papeles reciclados, en la parte de atrás de los folios, en papelitos que luego se le traspapelaban... y además hay cosas sin terminar, versiones de poemas ya publicados; así que la labor de lectura va a ser, seguro, larga".

Ferro asegura que Ullán estaría "encantado" con la recepción actual de su obra, sobre a todo a partir de la publicación de Ondulaciones en 2008, un libro de más de 1.000 páginas (y 50 euros de precio) que ya vendió entonces 3.000 ejemplares y que, según el editor, Joan Tarrida, se sigue vendiendo hoy a un ritmo constante. Para Doce, son los jóvenes poetas quienes tienen un interés mayor por la poesía del salmantino, a quien consideran "un poeta, sino secreto, sí discreto, lo que hace que, al descubrirlo, la sorpresa y la satisfacción sean mayores".