Image: David Vann, debut por la puerta grande

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Letras

David Vann, debut por la puerta grande

El escritor se convierte en uno de los más vendidos en Francia con un libro en el que se enfrenta al suicidio de su padre

25 noviembre, 2010 01:00

David Vann.

Cordial, sonriente y relajado, nadie diría que el que ha sido definido como el escritor del año es este joven apasionado por el mar que parece tomarse con una distancia envidiable todo ese lío del éxito y la fama

Nació en Alaska, tierra de bosques, peces gigantescos y hombres curtidos en la adversidad. Un territorio que ha adquirido la envergadura de oasis mitológico para Vann, fascinado para siempre por sus paisajes. Lo suyo ha sido una doble maratón. Y es que este hombre sonriente y de apariencia feliz se crió allí, en Alaska, lo que sin duda imprime carácter. No se desesperó durante los 12 años en que su novela Sukkvan Island (Ediciones Alfabia) durmió el sueño de los justos en un cajón polvoriento de su escritorio. Tampoco perdió los nervios cuando, cada cierto tiempo, algún agente literario le desanimaba en su sueño de ver publicado su manuscrito. Con la misma elegancia zen con que aceptó negativa tras negativa ha encajado ahora este apabullante debut, que lo ha colocado en el primer puesto de ventas durante un año seguido en Francia, justo antes de haberse hecho con el Prix Médicis Étranger 2010.

"Mientras tanto (cuenta Vann) trabajaba como capitán de barco en Turquía y en países del Caribe para ganar dinero. Pero yo seguía creyendo en mi novela, en la que había invertido diez años de mi vida. Hasta que en 2007 me decidí y envié el manuscrito a un concurso, el Grace Paley Prize. Ahí empezó mi buena racha".

El caso es que Vann había buceado en sus recuerdos y experiencias para escribir esta historia, cuya elaboración fue casi una terapia. "Cuando yo tenía doce años (prosigue) mis padres se divorciaron y mi madre y yo nos trasladamos a California. Al cabo de un año mi padre me propuso volver a Alaska, para vivir con él. Me dio miedo hacerlo, no quería enfrentarme a su profunda desesperación, así es que rechacé su oferta y a los 15 días él se suicidó. Siempre me he sentido muy culpable de haberle contestado con una negativa tan tajante. Y muy responsable de su suicidio, probablemente de manera exagerada. Escribir sobre eso fue una verdadera catarsis. Durante diez años no hacía más que pensar sobre ese hecho, darle vueltas y más vueltas, trabajando sobre él. Hasta que en una travesía a vela entre California y Hawai el libro surgió de mi pluma como una revelación. En diecisiete días lo tuve escrito. Lo recuerdo con una emoción desbordante ".

Y la terapia empezó a través del retrato del niño protagonista de la novela, su alter ego, que acepta la oferta paterna de empezar una nueva vida juntos en Sukkvan Island, una isla salvaje en el sur de Alaska a la que solo puede accederse en barco o hidroavión y que se convertirá en el inhóspito escenario de un año entero de intensísimas vivencias. " Quise que el protagonista diera el sí que yo nunca dije, a ver qué pasaba. Pero todo lo que cuento en la novela es pura fantasía excepto un hecho terrible : la noche que mi padre se pasó entera llorando. Fue un episodio tristísimo ".

Se confiesa feliz y un tanto extrañado por el éxito fulgurante de este libro que parecía maldito, y que él achaca a "la investigación psicológica que subyace entre líneas, la disección de la relaciones paterno filiales, algo que interesa a todos y en la que es fácil encontrar similitudes con uno mismo ", afirma Vann. "Aunque el éxito es algo sorprendente y un poco loco (continúa). En Francia por ejemplo cualquier libro que gane un premio se convierte en record de ventas. En Estados Unidos, en cambio, el lector rechaza por sistema los libros que cuentan cosas distintas y con un estilo excesivamente literario. Los americanos siempre buscan lo mismo: entretenimiento".

Cruzar el mundo navegando en solitario a bordo de un catamarán que se está construyendo es el próximo sueño de este escritor. Pero eso será después de acabar su tercera novela, la vida de un adolescente vista a través de los personajes femeninos de su familia en la California de los años 80. Y antes, en otoño de 2011, verá la luz la segunda de sus obras, Caribbean Island, la historia de un matrimonio contada por una mujer de 45 años. "Estoy deseando acabar con la promoción para enfrascarme de nuevo en la escritura. Escribo todos los días de la semana durante tres horas. Es lo primero que hago al levantarme. Y empiezo corrigiendo lo del día anterior, que siempre me parece horrible. Hasta me atraganto al leerlo. Lo corrijo, lo retoco, y empiezo a escribir nuevas páginas. Los primeros párrafos me cuestan y, de repente, todo sale rodado, con una facilidad pasmosa. Cada día me ocurre lo mismo ".