El hispanista Henry Kamen. Foto: archivo EFE. Al fondo, el 'Duelo a garrotazos' de Francisco de Goya.

El hispanista Henry Kamen. Foto: archivo EFE. Al fondo, el 'Duelo a garrotazos' de Francisco de Goya.

Historia

Henry Kamen, hispanista británico: "España no está rota porque nunca en toda su historia ha estado unida"

En su nuevo libro, 'Las dos Españas', el historiador reflexiona sobre la idea de un país partido en dos y sostiene que nunca ha alcanzado la unidad real.

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¿Está España partida en dos? ¿Somos herederos de un país que llegó hasta las últimas consecuencias de su polarización en una Guerra Civil que se desarrolló a sangre y fuego?

Henry Kamen (Rangún, Birmania, 1936), reputado y longevo hispanista que ha dedicado su vida a escarbar en las entrañas de la historia de nuestro país, reniega de esa concepción de la realidad que, dice, es más bien un discurso interesado: "Muchos de los que nos presentan España como un país bifocal, una enfrentada a la otra como la representara Goya en Duelo a garrotazos, tienen otra intención mucho más siniestra. Quieren decirnos que hay un lado que es bueno y otro que es el malo".

Y añade: "Quieren condenar la otra mitad de la realidad en vez de aceptar que cualquier persona o cualquier acción o posición tienen muchas aristas y que todos los aspectos han de aceptarse".

Por esa razón, para desmentir una idea que, afirma, no hace otra cosa que generar discordia en un país que merece algo mejor, publica Las dos Españas (Espasa, 2025). Un ensayo que "es una invitación al lector para entender con la mayor precisión posible el contexto histórico de un país".

Efectivamente, según explica Kamen a El Cultural y relata también en su nuevo libro, la concepción de una España partida en dos ha sido, en realidad, una manera de distinguir entre lo que se considera español y lo que no es más que una malformación a extirpar.

Portada de 'Las dos Españas', de Henry Kamen (Espasa, 2025)

Portada de 'Las dos Españas', de Henry Kamen (Espasa, 2025)

En este sentido, es muy ilustrativa la anécdota protagonizada por Francisco Franco que Kamen recoge en su ensayo. En una entrevista con el New York Times fechada en julio de 1936, ya iniciada la contienda, el futuro dictador afirmaba: "Nosotros luchamos por España, ellos luchan contra España. Estamos resueltos a seguir adelante a cualquier precio". A ello le respondió el periodista: "Tendrá que matar a media España". A lo que sentenció el caudillo: "He dicho que al precio que sea".

Frente a esto, Kamen sostiene que "es artificial imaginar que un país con tanta madurez y tanta evolución puede reducirse a tan solo dos bandos. Es mucho más complicado que eso".

Para entender los motivos detrás de esta percepción de "la España buena" frente a "la mala", Kamen se remonta a los orígenes de esta división, que el hispanista establece en la coronación de el rey Carlos I de España, V de Alemania.

"A partir del reinado de Carlos I y hasta dos o tres siglos después lo que sucedió es que España pasó de ser un territorio bastante marginado y en cierta forma pobre a tener una realidad mucho más compleja gracias a (o por culpa de) la conexión con dinastías extranjeras", reflexiona el británico.

Y es que para muchos pensadores españoles, la llegada al trono del hijo de Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso, un rey neerlandés, fue el principio de un intervencionismo extranjero que fue progresivamente a más y acabó socavando la gloria de España hasta que no quedó rastro de ella.

Uno de los proyectos más nefastos para las voces críticas, apunta Kamen, fueron los lazos que se establecieron con el continente americano.

"El desarrollo de América costó más de un siglo —comenta el británico—. Eso complicó la vida de los españoles tanto que a pesar de la idea muy generalizada de España como una fuente de riqueza, tenemos textos que cito en el libro de los mismos españoles, gente de importancia y con conocimiento del mundo, que denuncian América como la ruina de España, porque provocó situaciones que el país no era capaz de controlar".

Por ello, España perdió más que ganó en la aventura americana, cosa en la que tuvo mucho que ver la intervención extranjera, lo que ayudó a señalarla como culpable de todos sus males: "Una vez llegas a darte cuenta de las complicaciones de América, por ejemplo la pérdida de casi todo el comercio de América en favor de los extranjeros, ves que tomó muy rápidamente, después de un siglo, no un balance positivo, sino uno negativo, tanto para la gente de las colonias como para la gente de España".

"Los críticos más fuertes y más hostiles de las cuestiones españolas han sido siempre españoles"

Kamen recupera el episodio americano, pero también el de la Inquisición y la guerra en Flandes, para analizar la percepción de la sociedad española con respecto a la realidad que le había tocado vivir. Curiosamente, el hispanista saca a relucir todos los debates que estos acontecimientos suscitaron en la época (que fueron muchos), reflejando que, de hecho, no había ni una, ni dos Españas, sino una multitud de ellas.

Resulta llamativa la reflexión que realiza a este respecto sobre la "leyenda negra", el más claro ejemplo de cómo, según el hispanista, los pensadores españoles, sobre todo a partir del siglo XIX, han tendido a culpar a mentes ajenas a España de los problemas del país.

En este aspecto, Kamen pone el foco sobre todo en el pesimismo que se estuvo gestando a finales del siglo XIX y que llegó a sus niveles máximos con el desastre del 98. Fue entonces cuando Julián Juderías señaló en su libro La Leyenda Negra y la verdad histórica (1914) un supuesto complot que buscaba ensuciar la imagen de España con un relato hostil de su historia.

Pero para Kamen tal cosa no fue así: "La leyenda negra no existió nunca. Si estamos hablando de escritos contra España, poquísimos escritos así se publicaron fuera de España. Si estamos hablando de un relato sobre aspectos negativos del régimen en España, los críticos más fuertes y más hostiles de las cuestiones españolas han sido siempre españoles. Los más "antiespañoles" eran españoles".

"Hay que descartar la existencia de la leyenda negra, es un mito, no existió"

Y continúa: "Los opositores más recalcitrantes de Felipe II eran españoles. Los críticos más profundos de la Inquisición en el siglo XVIII eran, de hecho, solamente españoles. Hay que descartar la existencia de la leyenda negra, es un mito, no existió. Los extranjeros tenían otras cosas mejores que hacer que atacar a España con sus escritos".

Por todo ello, frente a la idea de una España partida en dos, la realidad para Kamen es mucho más compleja: "España no ha estado dividida en dos, ha estado dividida en muchas. Y siempre". Una desunión que no solo comprende lo meramente geográfico, lingüístico o político, como apreciamos en la actualidad, sino que se ha encontrado en cada uno de los acontecimientos históricos que han marcado la identidad de nuestro país.

Para Henry Kamen, que ha estudiado toda su vida los entresijos de nuestro país, la idea de una fractura que tiene herida de muerte a España no es más que una mera ilusión: "España no está rota porque nunca en toda su historia ha estado unida. Al no haber llegado a este punto, es evidente que no se puede hablar de ninguna fragmentación o rotura".

Nuestro país sería en cambio, y así concluye el autor de Las dos Españas, una mezcla a medio cocinar de ingredientes muy diversos: "España está todavía haciendo progresos hacia una unidad o un carácter unificado, pero todavía no ha llegado. Hay conflictos entre diferentes provincias o creencias, pero son conflictos que han existido siempre. No es nada nuevo en la historia, sino que es parte de la historia de siempre en la península".