
Oriol Pla en 'Travy'. Foto: Kiku Piñol
Oriol Pla se trae la familia al trabajo en 'Travy', un retrato del conflicto entre dos generaciones de artistas
El actor, nominado en los Premios Feroz por su papel en 'Yo, adicto', trae a La Abadía una obra que refleja el desencuentro entre dos formas distintas de entender el teatro.
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No era la de Oriol Pla (Barcelona, 1993) una familia como la de los demás. Su hermana y él se criaron en un hogar en el que el circo no era un espectáculo, o al menos no únicamente, sino que era también un oficio, un modo como otro cualquiera de ganarse el pan. Quimet, su padre, era payaso de profesión y fundador de la compañía de teatro Comediants; su madre, violinista, actriz e integrante de compañías como Boni & Caroli.
Habiendo crecido en este alegre mundo de farsas, histriones y mascaradas, a pocos les podría sorprender que Oriol tomara el camino que ha tomado. Como actor, saltó a la fama a nivel nacional en 2015 por su aparición en la serie Merlí, a lo que le ha seguido apariciones en metrajes como Incierta gloria (2017) o la serie de Movistar+ El día de mañana. En 2024 protagonizó Yo, adicto, adaptación del libro autobiográfico de Javier Giner. Por su actuación en esta última, se presenta como favorito en los premios Feroz de este año en la categoría de mejor actor protagonista en serie.
Combina Pla su trabajo como actor con el de director de teatro. Como tal, estrenó en 2016 junto a su padre y el dramaturgo Pau Matas Odiseos. No fue su primera obra, claro. Llevaba toda una vida creando escenas y obras completas junto a su hermana y sus padres. Reflejo de esta tradición, casi engarzada en su ADN, es la obra que nació en 2018, Travy, con la dramaturgia, de nuevo, de Pau Matas y un elenco formado por los cuatro miembros de esta peculiar familia.
La obra llega a La Abadía el 16 de enero después de haber pasado durante tres temporadas por el Lliure, el Beckett y La Biblioteca, todos teatros de Barcelona. Nos encontramos en ella con un conflicto generacional en el que un matrimonio de payasos de la vieja escuela que ya no logra conectar con el público se aventura a crear un último espectáculo. Frente a ellos, sus hijos, con no solo nuevas aspiraciones, sino también nuevas formas de entender el teatro.
Es, en palabras del pequeño de la familia Pla, "un homenaje, un canto amoroso a mi propia familia y su particular filosofía de vida, que a su vez es una filosofía artística". La obra nace, también, "del deseo de visibilizar y llevar al escenario a esa generación de la contracultura catalana que tanto hizo en su momento a nivel cultural, artístico y social".
Se refiere Oriol Pla con esto a los actores y las compañías que, como sus propios padres, llevaron el teatro a las calles cuando el dictador todavía seguía vivo y no estaba permitido que grupos de gente se reunieran sin autorización previa. "La guardia urbana se encontraba con grupos de payasos bailando y cantando y no sabían qué hacer con nosotros. En aquellos momentos si no te saltabas las normas, no servía para nada lo que hicieras. Creo que ahí está la esencia del teatro: en romper todo lo que se te ponga en contra", comenta Quimet Pla durante la rueda de prensa que el clan al completo y Pau Matas han dado durante la presentación de la obra en el Teatro de la Abadía.
Recordaba así el veterano payaso su labor dentro de la compañía Comediants, con la que llegó, además, hasta el Carnaval Venecia: "en ese momento ya logramos tener repercusión internacional y no se atrevieron a tocarnos".

Pau Matas (izquierda) y Oriol Pla (derecha). Foto: Teatro La Abadía
El 2 de febrero será el último día para ver Travy en el teatro madrileño, primera vez que la obra sale de la ciudad condal, motivo por el cual se tomó la decisión de traducir el texto del catalán original: "en 32 años de relación creo que jamás habíamos hablado tanto en castellano entre nosotros como en la obra", cuenta Oriol Pla.
Infancia entre bambalinas
Un álbum de fotos, pequeño, artesanal, que comparte la familia durante la misma rueda de prensa, atestigua la infancia entre bambalinas de Oriol y Diana Pla. En él se recogen instantáneas de toda la parentela sumergidos en la labor actoral durante la representación de Cuatro maderas y un papel, obra creada ex profeso para ser la primera experiencia teatral de los hermanos, rodeados de familiares y amigos. "Ensayábamos después del colegio y la representábamos en cumpleaños y comuniones", apostilla Oriol, mientras al pasar una página del álbum se aprecia al padre de familia caracterizado como un forzudo de circo, con cara de histriónica gravedad.
"Los dos repetimos curso en el colegio", añade entre risas Oriol Pla, en medio de las anécdotas y las reflexiones que subrayan lo excepcional y atípico del entorno familiar. Pero, aunque nuclear, el asunto de la familia no es lo único que se aborda en Travy. Sirve este para retratar el encuentro —o desencuentro— entre las formas tradicionales de entender el espectáculo teatral, encarnadas por los padres, y las nuevas, las del teatro postdramático, representadas por los hijos. Dicotomía entre pasado y presente que se da de igual modo a nivel comercial.
"Pertenecemos a una generación que siente nostalgia por las que le precedieron, aquellas que se comprometían con una compañía y formaban una especie de familia. Nosotros estamos más programados para ser freelance, es lo que te piden las nuevas dinámicas del mercado", concluye Pau Matas. "De aquí nace un dolor que va más allá de lo familiar. Queremos pertenecer al clan pero tampoco queremos renunciar a la libertad que supone ir la separación".