“Podría calificarse de diálogo con Helga Bedau, una mujer que conocimos durante el proceso de investigación y que murió hace unos meses. Ella está en el escenario pero en vídeo, acompañando a Ursina [presencial sobre las tablas]. Hablan, precisamente, acerca del sentido de la vida y de la muerte. Podría decirse que es una biografía de las dos”, explica Rau, para quien la obra termina convirtiéndose en una conversación poética entre ambas en torno a lo que significa estar en el mundo y cómo marcharse de él.

Inspirada en Jedermann, drama del austríaco Hugo von Hofmannsthal escrito a principio del siglo XX, Rau y Lardi decidieron convertirla en Everywoman, título alegórico que desarrolla su acción en plena pandemia de la Covid-19, cuando una maestra (Bedau) decide escribir a una actriz porque no le queda mucho tiempo de vida, al tiempo que se lamenta de no poder ir al teatro. Fue por ese motivo por el que Lardi y Rau decidieron ir a verla a su casa de Berlín para filmarla. Como respuesta a sus últimos deseos, la mujer se ve transportada al escenario en una pieza en la que la actriz construye un diálogo a través de la grabación...

“Everywoman cuestiona, de forma más tangible, la esencia de la vida,
pero también el ritual del teatro como práctica colectiva”. Milo Rau

“La muerte, por supuesto, está en el centro de la conversación –puntualiza Rau, tan proclive a salirse de las normas escénicas en fondo y forma con obras como Five Easy Pieces o su versión de la pasoliniana Saló o los 120 días de Sodoma–. Este enfoque, que se basa en las experiencias de las dos mujeres, nos incita a cuestionar la finitud de nuestras vidas, algo filosófico y personal a un mismo tiempo. Como contrapunto a la existencial Jedermann, basada en la muerte de un hombre, Everywoman cuestiona, de forma más tangible, la esencia de la vida, pero también el ritual del teatro como práctica colectiva. ¿Y si la muerte solo fuera aceptable a partir del momento en que dejamos de estar solos?”

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La obra, que estará desde el 12 al 14 de enero en el Teatro María Guerrero, ha sido producida por el Schaubühne de Berlín y cuenta con la dramaturgia de Carmen Hornbostel y Christian Tschirner, la escenografía de Anton Lukas y el video (tan importante en este montaje) de Moritz von Dungern. Entre todo el equipo se intentará responder a preguntas como: ¿Qué es la muerte? ¿Por qué esta prueba extrema? ¿Por qué no hay nada nuevo que decir sobre la muerte? ¿Cuál podría ser la respuesta humana y artística al escándalo de nuestra mortalidad?

La intensidad de la puesta en escena de Rau y Lardi, con una Helga Bedau que provocará momentos muy intensos, tocará la fibra del espectador y nos enfrentará a esa tragedia donde vida y teatro pugnan por convertirse en la misma cosa. Everywoman lo consigue.