Una tribu de indígenas de una isla virgen ha sido invitada a un viaje a Europa para que conozca cómo son y cómo viven los occidentales. La tribu (encabezada por su jefa) juzgará si quiere o no quiere ser “civilizada”. Paloma Pedrero vuelve con sus Caídos del Cielo (ONG dedicada desde 2009 a hacer teatro con personas en riesgo de exclusión) al Teatro Fernán Gómez, el próximo 3 de octubre, con Isla, un sinfín de escenas breves y trepidantes que la ingenua tribu utilizará para decidir su destino democráticamente. “El público de Isla será nuestro espejo: un espejo frente a otro espejo”, explica a El Cultural Pedrero, que dirige la obra junto a Pilar Rodríguez.

El equipo del montaje, que cuenta con 19 actores y la escenografía de Alessio Meloni, nos invita a descubrir el secreto que esconde esta peculiar isla a través de los intérpretes, que representarán a los embajadores indígenas que han viajado a la civilización para desvelar sus ritos.

"Abordamos aspectos como el dinero, el tiempo, el trabajo, la información, la salud mental o el maltrato al planeta y los animales". Paloma Pedrero

“Quería poner en escena un texto en el que pudiesen participar muchos Caídos del Cielo, que fuese muy divertido para ellos, que tuviesen una mirada crítica a nuestro mundo occidental y que, a la vez, hiciesen partícipe al público. Es una maravillosa locura”, añade la directora y autora de obras como Magia Café, Androide mío o La llamada de Lauren. “Es muy importante que el público viva la experiencia de forma muy cercana. Todos, sentados en sus esteras, con sus adornos indígenas y su mirada sorprendida, van a pronunciarse sobre cosas importantes de la historia. Cantarán y bailarán con sus ‘hermanos del sol’, los intérpretes y los músicos”.

Pedrero, fiel a su estilo, deja poco a la improvisación. Solo se permite dar rienda suelta al espectáculo en los ensayos y los talleres previos: “Una vez que la obra está escrita seguimos el texto fielmente. Aunque es muy cierto que pueden ocurrir incidencias inesperadas, por eso preparamos a los intérpretes para cuando eso llegue a ocurrir. También es verdad que hay riesgos especiales pero confiamos plenamente en ellos”.

[Caídos del cielo, teatro de puertas abiertas]

Pedrero subraya de la obra su visión global de nuestra forma de vida absurda y desorientada. “Los ‘indígenas’ empiezan representando cómo nos comemos aquí un simple huevo para pasar luego a aspectos como el dinero, el tiempo, el trabajo, la información, la salud mental, internet, el maltrato al planeta y los animales y hasta la guerra nuclear. La crítica es brutal pero divertida y piadosa”, concluye.