Clara Sanchis en 'Miércoles que parece jueves'. Foto: Isabel de Ocampo

Clara Sanchis en 'Miércoles que parece jueves'. Foto: Isabel de Ocampo

Teatro

Juan José Millás, a punta de pistola con un monólogo delirante

El novelista estrena en el Teatro Quique San Francisco su tercera incursión en el teatro, 'Miércoles que parecen jueves', una obra orquestada por Mario Gas

26 octubre, 2022 02:00

Un grupo de personas, perteneciente a la Asociación de Padres de un colegio, espera en el salón de actos para escuchar una conferencia sobre Juan José Millás. De pronto, entra una mujer muy alterada, sofocada tras haber dejado atrás a la policía y blandiendo una pistola. Después de espetar a la concurrencia un sonoro “gilipollas”, advierte que ella es Millás, el verdadero, y que está harta de que se ponga en duda.

Un arranque muy millasiano sin duda el de Miércoles que parecen jueves, monólogo que el novelista estrena en el Teatro Quique San Francisco el día 27. “Ese comienzo me lo brindó la propia Clara Sanchis [actriz que encarna a la enajenada]. Estábamos trabajando juntos con la idea de armar una obra de teatro y me dijo: 'A mí lo que me gustaría es empezar diciendo: 'Juanjo José Millás soy yo'. Entonces se recolocó todo”, explica el autor de El desorden de tu nombre.

A partir de ahí, confecciona una pieza que incorpora las obsesiones recurrentes en su narrativa: el lío de la identidad, la verdadera autoría de la creación literaria, el poder del lenguaje, la imaginación como motor expansivo de la realidad, la cotidianidad que deviene surreal…

[Juan José Millás: "La bondad es un estigma, te convierte en un perdedor"]

Conviene recordar que no es la primera vez que Millás se adentra en los dominios de la dramaturgia. Hará unos 15 años, Magüi Mira (madre de Clara) y el director Emilio Hernández, entusiastas de sus cuentos, fueron a buscarle para que les escribiera algo con vistas a las tablas. De ahí salió Ella imagina, que tuvo presencia duradera en la cartelera e hizo incluso gira americana. En 2013, Juan Diego (que fue marido de Clara) defendió La lengua madre, otro monólogo repuesto varias veces sobre la extrañeza de la adquisición de las palabras cuando aprendemos a hablar y escribir.

“Son todos –incluido por supuesto Miércoles que parecen jueves– trabajos que se sostienen en la palabra. En este sentido, me recuerdan a la radio, porque esta, si la palabra no funciona, es un desastre. Una hora de buena radio da la sensación que dura un minuto. Un minuto de mala radio parece una hora”, comenta Millás, muy acostumbrado al universo de las ondas. En Miércoles..., además, se puede intuir su faceta como columnista paradójico y mordaz, ya que durante el parlamento de Sanchis hilvana algunos temas como los problemas fiscales del Rey emérito, los motivos del vandalismo y la violencia juvenil...

Como remate de este montaje orquestado por Mario Gas, Millás acaba apareciendo como actor. Eso sí, tras la pantalla que hay en ese salón de actos en el que él público se siente rehén de una colgada. El monólogo pasa a ser diálogo porque el ‘verdadero’ Millás, por sugerencia de la policía, habla con la secuestradora desde el despacho del director del colegio para desfacer el entuerto creado a propósito de su identidad. Pero su falta de convicción, que contrasta con la arrolladora certeza de ella, procura al espectador fecundas e hilarantes contradicciones en torno al yo y sus alrededores.