Imagen | Muere Antonio Malonda, figura esencial del teatro independiente

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Teatro

Muere Antonio Malonda, figura esencial del teatro independiente

Actor y director, destacó también como teórico teatral y maestro de actores en la Resad y en la sala madrileña Bululú

13 noviembre, 2021 11:22

El teatro más comprometido pierde a uno de sus máximos representantes. Muere a los 88 años Antonio Malonda, actor, director y maestro de interpretación desde Bululú 2120, que subió a escena más de 50 obras de autores como Alfonso Sastre, Bertolt Brecht, Francisco Nieva o Ignacio Amestoy, entre otros muchos. Malonda fue uno de los pioneros del teatro independiente, iniciando su carrera en los años sesenta con obras como La excepción y la Regla, de Brecht, y Guillermo Tell tiene los ojos tristes, de Sastre, en una época, la franquista, especialmente difícil para la libertad de expresión. “El teatro independiente ha sido mi vida. Éramos libertarios y estábamos en contra del teatro de tresillo”, explicaba el director en una entrevista para el Centro de Documentación Teatral.

Nacido en Barcelona, Malonda reflexionó también sobre la teoría teatral en publicaciones como Primer Acto y ADE-Teatro. Fue profesor de la Resad y dedicó gran parte de sus esfuerzos profesionales a la investigación de técnicas actorales relacionadas con la dualidad cuerpo-mente siguiendo las enseñanzas de grandes de la escena como Stanislavski, Meyerhold y Grotowski, bien para desarrollarlas o incluso para cuestionarlas. “Fue mi primer profesor de teatro, a quien debo que aquel chico que andaba desorientado confirmara su vocación. Su marcha es una pérdida irreparable para la enseñanza teatral”, reconocía ayer en redes sociales Pablo Iglesias Simón, director de la Resad, a quien se le unía Ernesto Caballero ("un legado que pervive"), Jesús Cimarro ("se nos fue un gran maestro") y Pedro Mari Sánchez, quien destacaba su "compromiso profundo" con el teatro.

El método de Malonda se basaba en el pragmatismo pero siempre con una base neurológica. Su apuesta era por la filosofía de la inteligencia frente a otros modelos que priman el sentimiento o la emoción: "Preferimos que los alumnos entiendan lo que hacen antes de sentir lo que hacen. Toda la mitología de que los actores son 'seres especiales' o 'seres ungidos' no beneficia a la interpretación ni tampoco al teatro", explicaba recientemente a El Cultural.

Premio Adolfo Marsillach por su labor escénica, consideraba que los actores del siglo XXI debían tener un conocimiento técnico de su herramienta de trabajo, basada en la acción-reacción, y creyó firmemente en un tipo de teatro capaz de mostrar los puntos débiles de la sociedad y del ser humano. “Siempre he creído -afirmaba- que se puede hacer un teatro distinto frente a un teatro caduco”.