Image: Escena terapeútica

Image: Escena terapeútica

Teatro

Escena terapeútica

Paloma Pedrero estrena 'Caídos del cielo'

30 octubre, 2008 01:00

Un momento de la obra 'Caídos del cielo' interpretada por vagabundos y actores profesionales. Foto: Sergio Enríquez

Caídos del cielo es un teatro sin artificios ni adornos que reproduce un fragmento de realidad a la que rara vez prestamos atención: la vida de personas que han perdido su hogar. Con seis de ellas y doce actores Paloma Pedrero ha armado esta obra que se estrena hoy en el Fernán Gómez dentro del Festival de Otoño de Madrid.

La semana pasada, en la Audiencia de Barcelona, se juzgó a tres jóvenes acusados de agredir y quemar en 2005 a una indigente que dormía en un cajero de un banco de la ciudad. Durante el juicio, uno de ellos explicó que "hacíamos el burro" y que "no buscaba el daño, sino la reacción de una persona ante un susto". Pero el "experimento" se les fue de las manos y María Rosario Endrinal falleció.

Este bárbaro episodio es el punto de partida de la obra que Paloma Pedrero estrena hoy en el Teatro Fernán Gómez, programada por el Festival de Otoño de Madrid. Caídos del cielo es un texto doblemente vinculado a la realidad: no sólo por el hecho en el que se inspira, también porque está representado por vagabundos que, como Rosario, han llevado una vida de marginación y dificultades. Intervienen junto a ellos doce actores profesionales, muchos de los cuales doblan los personajes que ellos interpretan por si "hay que sustituirles en cualquier momento", apunta Pedrero, que también dirige el espectáculo.

Así pues, la obra no es teatro que imita la realidad, sino un fragmento de realidad contado en forma teatral ¿Sería un ejemplo de teatro documento? Lo sería, pues en ella se trata la vida de gentes sin hogar con protagonistas y testimonios verídicos. Pero también es una muestra de metateatro, ya que la pieza reproduce la experiencia de una autora, Luz, desde el mismo momento en que se plantea escribir una obra a partir de las improvisaciones de un grupo de vagabundos con los que ensaya.

Las dificultades que encuentra Luz para avanzar con los ensayos son resueltos por una especie de "ángel", el de Rosario Endrinal, alias Charito, que baja del cielo para guiar a la autora y resolver su bloqueo. Los conflictos que surgen con los actores permitirán que cada uno de ellos intervenga con monólogos en los que cuentan su vida. Además, Luz es una especie de "alter ego" de Pedrero, que le permite incluir algunos "dardos" sobre el valor del teatro y de sus contemporáneos del tipo "los pusilánimes no se merecen la gloria", o "ya está bien de comedias sobre nazis o guerras civiles".

Pacientes Ambulantes
Caídos del cielo es, en definitiva, la síntesis del trabajo que Pedrero viene desarrollando desde hace ocho años con indigentes desde la Fundación RAIS (Red de Apoyo a la Inserción Sociolaboral). Convencida del valor terapéutico del teatro, la autora ha entrado en contacto con un buen número de lo que eufemísticamente llaman en la Fundación "pacientes ambulantes" (PAS). "De los primeros que comenzaron a venir hace ocho años ya no queda ninguno", explica la autora, "pero hay algunos PAS en la obra que llevan conmigo tres o cuatro años". Tanto unos como otros la han provisto de un buen número de historias.

Como la que cuenta Félix en su poderoso monólogo. él es uno de los pocos sin techo que ha conseguido rehabilitarse. Su historia está ligada al alcohol, que le llevó a perder a su mujer y a sus hijos. Afortunadamente, ahora que sabe de "lo difícil que es tener un hogar", encontró consuelo en RAIS, que le procuró un piso donde vivir y la formación de celador, de la que piensa vivir en adelante. El taller de teatro ha sido una agarradera, en el que "descargas muchas tensiones", afirma.

La ventaja de estos actores es que les sobra verosimilitud. Luisa vive en la plaza de Malasaña, donde tiene una pequeña familia de conocidos. Se queja de que a ella, a diferencia de Félix, no la dejan vivir en un piso de RAIS. Luisa ha estado "enganchada" a la heroína y ha pasado por varios centros de desintoxicación. A pesar de las secuelas de su adicción, es muy simpática pero un poco desastre, ha perdido el texto en dos ocasiones. Mientras fuma nerviosamentes, cierra los ojos al pensar en una posible gira: "Estoy flipando con la obra".

Asistimos a un fresco de vidas fracasadas al que se añaden la del rebelde amante de la libertad, huido de su casa con apenas doce años por pegar a su padre, quien, a su vez, pegaba a su madre; o la historia del artista esquizofrénico y vanidoso, que se queja de "tanto artista falso"; o el del inmigrante argentino que lo era todo en su tierra y ve aquí sus esperanzas frustradas al convertirse en un paria; o el indigente amoroso y poeta, parado en el pasado y "nada" en el presente. Pero si esta experiencia está siendo algo más que una terapia para los sin techo, también los actores la viven intensamente.

Actores que aprenden
Manuel Fernández es uno de los doce actores que integra el reparto. él dirige una pequeña sala de teatro en Madrid hace ya quince años, El Montacargas, y lo novedoso de la producción le atrajo lo suficiente como para embarcarse en ella: "Hace años que yo no actuaba fuera de mi compañía, aprendo más de ellos que a la inversa".
Los implicados sueñan con sacar la producción de gira, pero Pedrero es escéptica. "Somos 19, además del equipo técnico, demasiados". Además, como se ha dicho, sus miembros son muy peculiares. "Muchos son imprevisibles, no están recuperados del todo, otros no están bien mentalmente. Es por lo que he tenido que apoyarme en los actores profesionales", añade la directora.

Aunque para apoyo, reconoce la autora, el de la Fundación Coca-Cola Sáez de Vicuña, cuyo presidente, Marcos de Quinto, quiso montar el texto inmediatamente después de leerlo, asegurando el patrocinio. Luego se añadió el Festival de Otoño de Madrid.

Para la autora, Caídos del cielo no es el punto y final de su labor en RAIS, sino uno de sus primeros frutos. "Estoy convencida de que el teatro cura. Los que vienen aquí han descubierto que lo que quieren hacer en la vida es actuar". Esta es su oportunidad.