Un momento del 'Faust' de Johannes Erath. Foto: Miguel Lorenzo / Mikel Ponce / Les Arts

Un momento del 'Faust' de Johannes Erath. Foto: Miguel Lorenzo / Mikel Ponce / Les Arts

Ópera

Margarita se encuentra con Fausto en Valencia: Les Arts abre la temporada con la célebre ópera de Gounod

En su adaptación del drama de Goethe, el compositor francés dio el protagonismo al personaje femenino, que interpreta Ruth Iniesta.

Más información: Guía lírica para degustar la temporada: 12 óperas imperdibles

Publicada

A lo largo de su existencia, Charles Gounod (1818-1893) vivió un conflicto entre sus tendencias místicas y sus tentaciones. Algo que se pone de manifiesto en su ópera más celebrada, Faust, que accede este viernes al Palau de les Arts de Valencia (3, 5, 8, 11 y 15 de octubre).

De raíz, cambió el equilibrio entre los personajes. Donde Goethe ponía el acento en el drama de Fausto, relegando a Margarita a un discreto segundo plano, Gounod sitúa a la joven prácticamente como protagonista. Fausto queda desplazado a un plano muy gris. Lo que, teniendo en cuenta el modo en que se desarrolla la historia, resulta poco interesante.

Pero ello no nos puede llevar al extremo de despreciar, ni mucho menos, una obra cuajada de bellos instantes que emanan de una concepción musical en la que el lirismo tiene un peso extraordinario.

El estilo del compositor, fácil y suelto, directo y en ocasiones brillante, viene caracterizado, entre otras cosas, por las repeticiones de frases o grupos de ellas en un tono distinto al original, generalmente más alto.

Hallamos en nuestro autor otro rasgo muy propio, profusamente trabajado en esta ópera, que es la construcción de frases declamadas sobre una sola nota, de lo que es buen ejemplo la música en la que Margarita muestra su obsesión con Fausto inmediatamente antes de la Balada de Thulé.

En un delicado andantino comienza la escena, la sexta del tercer acto, que posee una magnífica unidad ajena a cualquier tipo de monotonía y excelentemente planificada, con el colofón del aria de las joyas.

Algo muy significativo en la ópera es el empleo del ritmo de vals, que aparece aquí y allá y que toma cuerpo en el famoso Ainsi que la brise légère, una escena de auténtico jolgorio en la que se produce el encuentro Fausto-Margarita —en Goethe tiene lugar en una calle— y que viene animada por una música en continuo movimiento punteada por el coro y los solistas y que circula sobre un juego de excitantes síncopas.

Demasiado dulce, demasiado rica, demasiado violenta… Una cosa es indudable: esta música es eficaz y resiste al tiempo

Se ha emitido toda clase de juicios sobre esta música. Se la ha encontrado superficial, austera, profunda, artificial, francesa, alemana, italiana, beethoveniana, wagneriana, flamenca, perversa, fútil, demasiado pobre, demasiado rica, demasiado dulce, demasiado violenta

Una cosa es indudable: resulta eficaz y resiste al tiempo. La razón fue quizá dada por Inghelbrecht, compositor y director francés, que escribió: "Desde el punto de vista musical, Faust no posee la firmeza constructiva impecable de Carmen. Pero se debe reconocer que Gounod, más todavía que Bizet, fue un precursor".

Esperamos con interés el montaje del Palau de les Arts, que cuenta con una puesta en escena firmada por el aplaudido Johannes Erath, siempre imaginativo y muchas veces rompedor, que ha creado una versión dramática e impactante en lo visual, en una coproducción de Les Arts con La Scala, la Staatsoper de Berlín y el Teatro Real.

Buena cosa es que la batuta musical la lleve el joven Lorenzo Viotti, frecuente ocupante del podio de la Filarmónica de Viena. En el reparto tenemos como Faust al tenor lírico Iván Ayón-Rivas, de pequeña estatura, pero de voz bien puesta y sonora.

Margarita estará en la garganta límpida y penetrante de Ruth Iniesta y Mefistófeles en las cuerdas vocales de Alex Esposito, de voz más bien baritonal. Buenos secundarios.