Franz Ferdinand. Foto: Fiona Torre

Franz Ferdinand. Foto: Fiona Torre

Música

Franz Ferdinand regresa a España: "Nos peleábamos a puñetazos, pero seguiremos mientras nos divierta"

El bajista del grupo reflexiona sobre sus influencias, la evolución de la banda escocesa y la conexión única con el público español, poco antes de su actuación, este jueves, en A Coruña.

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Por más de dos décadas, Franz Ferdinand ha sido sinónimo de energía explosiva sobre el escenario, de bajos que marcan el pulso y de letras que diseccionan las relaciones humanas con ironía y sofisticación.

En 2025, la banda escocesa sigue en plena forma, y lo demuestra con su nuevo álbum The Human Fear, un trabajo que, según Bob Hardy (Inglaterra, 1980), bajista del grupo, representa tanto una consolidación como una liberación creativa.

"Queríamos que sonara a Franz Ferdinand en estado puro, pero también abrirnos a ese lado más esotérico de nuestros gustos", le explica Hardy a El Cultural, poco antes de su actuación en el festival O Son do Camiño, donde actúan este jueves.

El disco se abre con Audacious, una canción grandilocuente que, en palabras de Hardy, "hace todo lo que siempre quise que hiciéramos: versos tensos y controlados que desembocan en estribillos enormes y dramáticos".

El tema, que él define como "casi operístico", resume bien la intención del álbum: abrazar la identidad sonora del grupo sin miedo a introducir matices inesperados, como el medio griego de Black Eyelashes, escrita por Alex Kapranos (Inglaterra, 1972), cantante y creador del grupo, inspirada en su infancia en Grecia.

"Es el tipo de cosas que nunca nos habríamos atrevido a incluir hace veinte años, pero ahora nos sentimos cómodos siendo lo que somos", confiesa Hardy.

Franz Ferdinand en una sesión de fotos. Foto: Archivo

Franz Ferdinand en una sesión de fotos. Foto: Archivo

"No tengo muy buen oído musical. Soy malísimo afinando el bajo de oído", declara Hardy. A pesar de su modestia, Hardy ha logrado convertir su enfoque intuitivo en una de las bases del sonido único de la banda.

Hoy toca con confianza y placer: "Ahora disfruto las líneas de bajo más desafiantes. Ya no pienso en sobrevivir al concierto, sino en saborearlo".

Especialmente cuando el público es como el español, que según Hardy no se limita a mirar, sino que "participa activamente en el concierto; es como si el público fuera parte del espectáculo". Para él, España es casi una segunda casa.

De hecho, entre los recuerdos más especiales de esta gira se encuentran los días libres en Santiago de Compostela. Allí piensa visitar museos, pasear y sacar fotos, una de sus pasiones paralelas.

Hardy estudió Bellas Artes antes de dedicarse a la música y mantiene viva esa faceta creativa a través de la fotografía y la pintura.

Aunque no está del todo seguro de cómo su arte visual influye en su música, sí reconoce que hay cierta conexión estética: "Me gustan las pinturas audaces y directas, y quizá nuestra música también tiene algo de eso".

Evolución poética

Sobre la evolución de las letras del grupo, Hardy sostiene que el núcleo temático sigue siendo el mismo: el ser humano y sus relaciones, no solo las románticas, también las familiares o sociales.

"Desde el principio hemos escrito sobre lo que significa estar vivo, sobre lo grande y lo pequeño de la existencia". Y aunque reconoce que en The Human Fear su participación letrística fue menor, destaca que en otras épocas contribuyó activamente, como en Matinée, escrita a cuatro manos con Kapranos por correo electrónico.

Una de las claves para la longevidad del grupo, según Hardy, ha sido el cuidado de las relaciones internas. "Lo más difícil de estar en una banda no es la música, sino mantener las relaciones personales. Es como cualquier relación a largo plazo: hay que hablar, ser honesto, resolver los conflictos con respeto".

Si bien en los primeros años tuvieron incluso "peleas físicas", hoy Hardy asegura que el ambiente es el mejor que han tenido nunca: "Ya no hay grandes egos y nos lo estamos pasando bien, que es lo importante".

Franz Ferdinand posando en una sesión de fotos. Bob Hardy es el segundo desde la izquierda. Foto: Fiona Torre

Franz Ferdinand posando en una sesión de fotos. Bob Hardy es el segundo desde la izquierda. Foto: Fiona Torre

Esa filosofía también se traslada al estudio: componen para sí mismos, no para una audiencia imaginaria. "No estamos intentando impresionar a nadie, solo queremos que nos guste a nosotros", afirma.

Hardy también celebra el hecho de que canciones del nuevo disco como Audacious hayan funcionado en versiones acústicas reducidas, interpretadas en radios junto a Kapranos y Julian. "Cuando una canción es buena, funciona incluso con una configuración mínima. Eso dice mucho sobre la calidad de la composición".

En cuanto a su evolución como músico, Hardy destaca el placer que le produce ahora enfrentarse a retos técnicos: "Antes memorizaba sin entender, ahora toco con libertad".

También menciona a Paul McCartney como una gran influencia, aunque confiesa que no fue hasta años después de empezar a tocar que comprendió realmente la genialidad de sus líneas de bajo en los Beatles: "No le prestaba nunca atención al bajo hasta que me hice bajista. Las líneas de bajo de los Beatles en su etapa tardía me dejan alucinado. ¿De dónde sale todo eso? Es increíble."

¿Y el futuro? Aunque Hardy descarta la idea de un álbum conceptual ("cambiaríamos de idea a mitad de camino"), tampoco ve un final cercano: "Seguiremos mientras nos divierta. Si algún día deja de hacerlo, entonces pararemos. Pero ahora mismo lo estamos disfrutando mucho".