Zenet. Foto: Marta Aguilar Cerezo

Zenet. Foto: Marta Aguilar Cerezo

Música

Zenet: "A los músicos nos ven como locos, pero lo que es de locos es estar en una oficina ocho horas al día"

El crooner andaluz presenta en las Noches del Botánico de Madrid su disco 'La estación del momento', donde añade electrónica a su cóctel de jazz, copla, tango, bolero y flamenco

27 junio, 2023 02:22

Atrás quedaron las persistentes lluvias que han protagonizado el final de la primavera en Madrid y el verano se ha instalado ya con ahínco en la capital. El calor aprieta y refrescarse los oídos en las Noches del Botánico se presenta un año más como un plan más que apetecible. El atardecer de este martes lleva el nombre de Zenet, el crooner malagueño que allá por 2008 triunfó contra todo pronóstico —lo suyo, a priori, no era precisamente una música comercial— con su exquisita fusión de jazz con estilos como la copla, el tango, el flamenco y el bolero. Entonces su profesión principal era la de actor y a los 40 años daba un vuelco a su carrera.

Su nombre real es Antonio Mellado Escalona (Málaga, 1967), pero toda la vida le llamaron Tony. Cuando estudiaba arte dramático eligió como nombre artístico Zenet. Mucha gente le conocía como Tony Zenet, y aunque pudiera parecer un guiño a uno de los mejores crooners de todos los tiempos, Tony Bennett, en realidad no van por ahí los tiros. “Yo adopté como nombre artístico Zenet a secas, sin nombre de pila, porque es el apellido de mi abuela, que viene del árabe”, explica el cantante, compositor, actor, pintor y ahora también terapeuta contra las adicciones, después de haberse formado en musicoterapia. Todo un hombre renacentista que señala a Da Vinci como su mayor ídolo.

"El día es muy largo. Hoy me ha dado tiempo a sacar a mi perra al amanecer. Luego he jugado un partido de pádel, luego he estado haciendo tareas de oficina hasta ahora. Ahora me comeré un sándwich y me iré a ensayar. Y luego por la noche me dedicaré a pintar", explicaba este creador multifacético a El Cultural un día antes del concierto.

Si a los 40 se centró en la música, superados los 50 encontró una nueva vocación que cultiva en paralelo. "Yo ingresé hace años por adicción al alcohol y las drogas y el proceso que atravesé me llevó a descubrir que yo también podía ayudar a los demás. Me lo decían mis terapeutas, y a mí siempre me había gustado la psicología. De hecho, hace mucho tiempo hice la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años y estudié hasta tercero de psicología por la UNED. Ahora trabajo en el gabinete de psicología de la que fue mi doctora de tesis, Lidia Barba. Allí soy anónimo, y trabajo desde el amor por lo científico y por los procesos de transformación personal".

Esta nueva faceta es su "plan B", aunque en España no esté bien visto dedicarse a muchas cosas a la vez. "Intento demostrar que el dicho 'aprendiz de todo, maestro de nada' es falso. Para cualquier mente curiosa, observar la realidad se puede hacer desde el arte, desde la ciencia, desde muchos lugares diferentes. De mayor me veo con una barba blanca como la de Freud, apoyando a otras personas en sus procesos de transformación".

Después de discos de estudio como Todas las calles, La menor explicación, Si sucede, conviene o La guapería, y varios discos recopilatorios y grabaciones en directo que confirman su éxito y su saber hacer sobre el escenario, Zenet acaba de publicar un nuevo álbum, La estación del momento. Tras su paso por Madrid, lo presentará el jueves en las Noches del Castillo de Morón de la Frontera (Sevilla), el 8 de julio en el festival Mares de Papel de Mazarrón (Murcia) y el día 12 en el Festival de la Guitarra de Córdoba. Más adelante tiene fechas programadas en Ciudad de México, Sevilla, Granada, Barcelona y Lanzarote, en los idílicos Jameos del Agua diseñados por César Manrique, y próximamente irá añadiendo nuevas fechas a su gira, tanto en España como en América.

En lo lírico, lo más novedoso de este disco en la trayectoria de Zenet es que ha escrito las letras mano a mano con diez poetas: Juanlu Mora, Alexis Díaz Pimienta, Magdalena Lasala, Antonio Romera "Chipi", Tito Muñoz, Jonathan Pocoví, Nica Sobri, Steward Mundini y Manuel Francisco Reina.

En lo musical, Zenet incorpora por primera vez la música electrónica, de una manera sutil que no modifica en lo sustancial su habitual estilo. El nuevo ingrediente lo echa al caldero el músico y productor cubano Kumar Sublevao Beat, que estará esta noche también encima del escenario sirviendo en directo sus bases sampleadas, sumándose a la banda de jazz habitual de Zenet. Estarán también las Spin Gospel haciendo los coros y el saxofonista y clarinetista Aarón Pozón. En total, más de una docena de músicos sobre el escenario.

Zenet comparte cartel esta noche con el brasileño Djavan, un espíritu afín al que le une el jazz fusión y del que se declara admirador. “Lo conozco de toda la vida, cuando yo tenía 18 años perseguía a Djavan por toda España, así que lo primero que haré será hacerme una foto con él en el camerino. Y cuando acabe mi concierto, me cambiaré la camisa, que la tendré toda sudada, y me sentaré como uno más entre el público para disfrutar de su concierto”, confiesa.

Pregunta. “Si no se ensaya, el amor sale mal”, canta en “Insistente”. Con la música pasa igual. ¿Qué tienen en común el amor y la música?

Respuesta. Es curioso, porque estás hablando con alguien a quien le gusta mucho el jazz, y la improvisación forma parte del alma del jazz, pero no hay buena improvisación sin una buena preparación. Es importante improvisar sobre una base segura. Si yo conozco tu respiración, lo que queremos, lo que te gusta a ti, es más fácil improvisar. No se trata de tirarse al vacío. Al duende es más fácil cazarlo cuando todos los caminos están abiertos.

Pregunta. Ha publicado hace unos días su nuevo disco, La estación del momento. ¿Cómo es la estación musical se encuentra ahora?

Respuesta. La estación del momento es un disco juguetón, en el que he buscado una materia prima diferente al disco anterior, pero con elementos que siempre han estado conmigo. He utilizado una paleta de colores diferente pero los mismos pinceles. Parte del divertimento y la curiosidad, de la libertad para experimentar como múciso, de no querer quedarme encajonado en el sitio de siempre. A partir de ahí me metí en un berenjenal, porque además de usar una paleta sonora nueva, he trabajado con diez poetas vivos. No me han mandado sus poemas y yo les he puesto música, sino que hemos creado canciones nuevas trabajando juntos. Para ello hemos derribado los poemas y de los escombros hemos levantado edificios nuevos.

P. En esa nueva paleta sonora ha incorporado por primera vez la electrónica, pero de un modo sutil, al servicio de su estilo. ¿Cómo ha sido ese proceso?

R. Yo estaba escuchando últimamente canciones con atmósferas en las que la voz del cantante no desaparece, sino todo lo contrario: ganan predominancia narrativa. Es el caso de la argentina Cazzu y su canción Sobre mi tumba, de la banda sonora de una serie tremenda que se llama El reino. También me gusta el sonido oscuro de Billie Eilish y el sonido alegre y veraniego de Cimafunk. Hice una playlist con estas canciones y mi pianista, Pepe Rivero, me recomendó como productor a Kumar Sublevao Beat, un músico cubano que viene del hip hop y conoce a muy buenos músicos. Ha venido gente muy buena a trabajar con nosotros y también tenía muchas ganas de trabajar con Aarón Pozón y su AP Big Band. También están las Spin Gospel en los coros.

P. Actúa hoy en Noches del Botánico, un ‘festival boutique’ con un concepto muy distinto al de los macrofestivales. ¿Qué opina del festival?

R. Es una maravilla. Conozco personalmente a Julio Martí, su promotor, y ya era hora de actuar por fin en este festival, ya que por cuestiones de agenda otros años no nos ha cuadrado. Es un festival elegantísimo. Julio es un tipo amante de la música que piensa mucho en la calidad del sonido, en la comodidad de los músicos y en la del público. En otros sitios solo piensan en la pasta y eso se nota.

P. Su disco anterior fue Zenetianos. Lo sacó gratis durante la pandemia y en él se rodeó de cantantes de la talla de Javier Ruibal, Sílvia Pérez Cruz, Coque Malla, Xoel López, Vanesa Martín, Pasión Vega, Miguel Poveda, El Kanka, Depedro… En el mundo de la canción de autor son muy habituales las colaboraciones. ¿Es como una gran familia?

R. Sí, además fue un momento de apoyarnos unos a otros, de hacer comunidad. Muchos publicamos música gratis durante la pandemia. Ahora muchos no se acuerdan de nosotros, pero durante el confinamiento hubo un montón de conciertos gratis, estuvimos dando el callo. Este disco lo subí gratis a YouTube, ni yo ni quienes cantaron conmigo cobramos nada por él. Era un regalo para el público, y sigue sumando visitas.

P. Con 40 años dio un vuelco a su carrera y debutó profesionalmente en la música con Los mares de china (2008), que fue un éxito y ganó el premio MIN al mejor artista revelación. ¿Qué le movió a dar aquel salto?

R. Yo había venido haciendo música con mi grupo SUR, S.A. El director artístico de Warner, Juan Ibáñez, me presentó a varios directores de discográficas, pero nadie quería poner dinero, así que mi mujer me ayudó con parte de sus ahorros, también pedimos algo prestado y grabé varias canciones con el músico y productor neoyorquino Joshua Edelman, que tenía su estudio en Madrid, en la calle del Rosario, cerca de San Francisco el Grande. Sin nada grabado nadie me habría dado una oportunidad. Yo era un tipo muy mayor y lo que yo hacía se supone que no era comercial. Así nació la primera versión de "Soñar contigo" [hasta hoy es la canción más popular de Zenet, con 22 millones de reproducciones en Spotify].

P. Las nuevas tecnologías han facilitado mucho las cosas a los músicos en muchos sentidos, abren muchas puertas, derriban muros y generan muchas oportunidades, pero también han hecho que todo el mundo compita desesperadamente en el mercado de la atención. ¿Es buen momento para dedicarse a la música?

R. Nunca es buen momento para dedicarse a la música, el que lo haga es un loco. Cualquier persona que se dedique a observar la realidad o al arte es vista así, pero en realidad lo que es de locos es meterse en una oficina ocho horas al día. No deseo a mi hijo de 19 años que pase los sufrimientos que yo he pasado para que sea denostado por la sociedad y piensen que es un titiritero. Tienes que estar muy convencido de lo que estás haciendo para dedicarte al arte; tienes que ser el doble de bueno, trabajar el doble, emocionar el doble a los demás y cobrar la mitad. Es terrible.