Image: La CND, más allá de los límites

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Danza

La CND, más allá de los límites

21 abril, 2017 02:00

Un momento de Una noche con Forsythe. Foto: Jesús Vallinas

Si hay un coreógrafo que represente en la actualidad un vínculo con el pasado mientras rompe las fronteras de la danza actual, es el norteamericano William Forsythe. Desde el Ballet de Fráncfort, compañía que dirigió durante dos décadas antes de emprender otros proyectos independientes, Forsythe revolucionó la forma en la que nos aproximaríamos al ballet clásico precisamente por el uso arriesgado y extremadamente musical que hacía de la técnica académica, mientras sacudía la creación contemporánea con sus atrevidas técnicas de improvisación y convertía la danza en un arte multidisciplinar.

Actualmente está involucrado en la creación de instalaciones -que él llama Choreographic Objects- mientras sus ballets siguen llevándose a los escenarios de todo el mundo. Forsythe es Doctor Honoris Causa por la Juilliard School de Nueva York, Miembro Honorario del Laban Center for Movement and Dance de Londres, es Comendador de la Orden de las Artes y las Letras y ha recibido los premios Bessie, Laurence Olivier o León de Oro de la Bienal de Venecia, entre otros. También está vinculado a la Universidad de Southern California.

Aunque las tres piezas que presenta la CND -integradas bajo el nombre de Una noche con Forsythe (en Santander el pasado sábado 22, en el Teatro Real a partir del 27 y en Murcia el 6 de mayo)- ya se han visto en los escenarios españoles, la oportunidad de disfrutarlas en una sola noche nos permite adivinar el universo creativo del estadounidense. The Vertiginous Thrill of Exactitude (1996) llegó a la formación que dirge José Carlos Martínez en 2016 y es un tributo irónico a la danza clásica del pasado.

Velocidad y virtuosismo

Esta pieza, para tres mujeres y dos hombres, es -como su título indica- un auténtico prodigio de velocidad y virtuosismo técnico que lleva a los bailarines más allá de sus propios límites físicos. El último movimiento de la 9ª Sinfonía de Franz Schubert engloba apenas trece minutos de delirio acrobático en el que los intérpretes viven un auténtico tour de force, mientras Forsythe esconde guiños a conocidos coreógrafos del pasado como Bournonville o Petipa. El espectacular y ya emblemático vestuario de Stephen Galloway, con tutús de alambre para ellas y mallas cortas para ellos, aporta una imagen actual que busca también claros referentes en el pasado.

Artifact Suite- una parte del ballet Artifact (1984)- se presenta ahora por primera vez en la CND, tras otra versión más breve -Artifact II- que se interpretó en 1998. Quizás sea este uno de los ballets que muestra más claramente la influencia de George Balanchine en Forsythe; las complejas y elaboradísimas escenas de grupo, las diagonales impecables que cruzan el escenario y las inesperadas subidas y bajadas de telón se enmarcan en la inicial Chacona de la Partita n° 2 para violín solo en Re menor de Bach y en una partitura para piano de Eva Crossman-Hecht, que cierra la obra. Si el cuerpo de baile aparece majestuoso, los pasos a dos intercalados entre los grupos son a la vez atléticos y líricos, y aportan un toque de exquisita meticulosidad.

Enemy in the Figure, con música de Thom Willems, cierra la noche y desvela la maestría con la que Forsythe domina sus técnicas de improvisación; alternando partes coreografiadas con otras de ejecución abierta por parte de los bailarines, Forsythe plantea un desafiante mosaico de estructuras, escenas, solos, dúos… que los intérpretes ejecutan mientras manejan elementos como un foco o una cuerda, que constituyen la escenografía. Todo el proceso creativo vivido por Forsythe desde sus inicios como coreógrafo ha estado claramente marcado por los bailarines que lo acompañaron durante sus primeros veinte años en Fráncfort, quienes le sirvieron de inspiración; cuatro de ellos -Maurice Causey, Noah Gelber, Agnès Noltenius y Ana Catalina Román- han sido los responsables de poner en escena estas tres coreografías. Tres piezas que son ya históricas pero nos mantienen enfrentados a la creación más actual.

@ElnaMatamoros