CuartaParte

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Escenarios

Los que hablan... en La Abadía

La sala madrileña estrena la obra de Pablo Rosal, una forma de rebelión contra este avasallador siglo XXI a través de la fuerza del diálogo

22 octubre, 2020 09:14

“Diálogo de la purgación. Un vertedero. El éxtasis de la materia vulgar. Lugar donde relajarse con la evidencia, donde posar y reposar la musculatura de ser alguien. Detritos. Mezclar lo fútil con su sombra. Probar lo humano, sacarlo de sitio, descolocarlo y ejecutarlo y repetirlo como un niño que hace que barre con la escoba”. Así se presenta el montaje de Los que hablan, una producción del Teatro del Barrio que cuenta con la dirección de Pablo Rosal y las  interpretaciones de Malena Alterio y Luis Bermejo y que subirá al escenario de La Abadía este jueves, 22.

Escrita en 2015, la obra, firmada también por Rosal, está pensada para ser un juego atemporal, un ejercicio abierto a cualquier tipo de público. “No aspira a producir una opinión o una visión de nuestra realidad, no ejecuta ninguna crítica o condena. Se ofrece, en cambio, a nosotros, como una experiencia sencilla y honesta de replanteamiento”, explica Pablo Rosal (Barcelona, 1983) a El Cultural. El proyecto se acaba convirtiendo finalmente en una invitación al acto de hablar. “Urge que el escenario deje de criticar y comentar y pase a retomar su tarea ancestral: crear la realidad humana, probar las posibilidades de su sensibilidad universal”, sentencia el director, que se ha propuesto con esta obra nada menos que refundar y dar alimento renovado al alma que palpita tras este avasallador siglo XXI. “Urge también que la escena sea el espacio de un poderoso detenerse, de una duda inquebrantable y de un generoso trabajo por la reformulación de las raíces de lo humano”.

Para Rosal, no podemos seguir llenando las tablas de ficciones y ataduras, culpas y protestas, porque sí: “El escenario es el último lugar que nos reúne. Será por esta razón que en Los que hablan solo hay poesía y payaso, poco o nada más”. Quizá por todo eso la puesta en escena solo depende de las interpretaciones de Alterio y Bermejo. A su alrededor, reivindica Rosal, “el divino vacío”. Hay en todo el montaje una confianza absoluta en el trabajo del actor y su capacidad para generar realidad a través de lo que no existe. ¿Hay mayor puesta en escena que desplegar la palabra?, se pregunta. Ha elegido la desnudez no como un discurso sino como una herramienta, lo elemental como una forma de revelación continua.

Luis Bermejo y Malena Alterio en plena representación de "Los que hablan".

Pablo Rosal, actor también en Kingdom con Agrupación Señor Serrano, nos confiesa que en su trabajo ya no le interesa la ficción basada en el conflicto. En Los que hablan los dos personajes cooperan, investigan la sensibilidad que comparten: “Para mí, en estos momentos, es irrenunciable la tarea ética de crear lenguaje y símbolos nuevos. Es decir, originarios”, finaliza Rosal, que en estos momentos intenta levantar el montaje Esperaban los guardas, terminar de escribir una obra “detectivesca” para la Beckett de Barcelona y distribuir la película experimental Un trabajo y una película, de Xavier Martínez.