Escenarios

Los mejores discos del año (I): pop, rock y electrónica internacional

Vampire Weekend, Arcade Fire, Daft Punk y la fuerza de los debutantes marcan 2013

17 diciembre, 2013 01:00


Triunfan veteranos como Nick Cave, David Bowie y My Bloody Valentine. Debuts poderosos de Haim, La Femme, Savages, Disclosure o Jagwar Ma. James Blake, The Knife, Arctick Monkeys y Julia Holter consolidan su prestigio.

Canal Spotify de El Cultural: escuche la música de este artículo

Vampire Weekend: Modern Vampires of the City



Con su tercer álbum, los de Nueva York se han convertido en un fenómeno de masas consolidando su inevitable paso al mainstream. Lo mejor es que por el camino Vampire Weekend no ha perdido un ápice de su autenticidad y en cambio sí han ganado en todos los sentidos. Siguen fieles a su indie pop con toques folk y aire camp con inspiración en los ritmos africanos pero han refinado su música y ahora componen melodías más hermosas que nunca. Ezra Koenig, ex bloguero y licenciado en literatura inglesa, guitarrista y cantante, escribe las canciones más deliciosas, surrealistas y tiernas del pop actual en un álbum que oscila entre lo naïf, el desencanto, la idea de Dios o los peligros del mundo virtual. Según Koenig "el primer álbum trataba sobre la alegría, eran los tiempos de la universidad. El segundo, habla de explorar el mundo y en éste hay un retorno a la duda". La sensacional Step es una elegía al fin de la inocencia en el que canta cosas como que "la sabiduría es un don, que negocias por la juventud/ la edad es un honor, pero tampoco es la verdad". Hannah Hunt nos cuenta de forma poética el fin de una relación que le deja con la duda de si la decepción no puede tumbar su mundo por entero mientras en Don't Lie se pregunta si Dios no ama a los que mueren jóvenes. Un álbum grandioso que va desde un himno como Ya Hey al rock de Diane Young.

Arcade Fire: Reflektor

Esta banda canadiense de composición mutable, liderada por el matrimonio formado por el cantante Win Butler y la multiinstrumentista Régine Chassagne, arrasa con este álbum producido por James Murphy (LCD Soundsystem) e influido por la música de Haití. Empieza de forma magistral con Reflektor, donde comienzan a construir su particular "carnaval", principal fuente de inspiración. Es su disco más discotequero y la influencia del sonido de Studio 54 y los sintetizadores a veces hace que parezcan Scissor Sisters. En un mundo de sombras dominado por la manipulación y el engaño, Arcade Fire se dedican a buscar luz para lanzar un mensaje ambiguo en el que la música desprende alegría y vitalidad pero está adornada con unas letras sombrías e intelectuales (al parecer, El tiempo presente, de Kierkegaard, ha sido otra de sus grandes influencias).

Arctic Monkeys: A.M.

AM es una larga elegía del líder de la banda, el ínclito Alex Turner, al paso del tiempo. El universo de las discotecas indies y las grandezas y miserias de la vida nocturna siempre ha sido un leitmotiv fundamental para Arctic Monkeys pero esta vez el paisaje que nos ofrece el disco no es el de una fiesta desbocada sino lo que queda de ella cuando la música se apaga y la sala está llena de colillas, botellas rotas, manchas de cerveza y personas mirándose al espejo con los ojos vidriosos. Así, en No. 1 Party Anthem, la canción más Bowie del disco, Turner describe esta escena: "Gafas de sol dentro de casa / Bombillas en el suelo y sudor en las paredes / Jaulas y astas / Termina con la búsqueda de tu alma o ponla otra vez a la espera".

James Blake: Overgrown

En la estela de Antony (y sus Johnsons), James Blake ha hecho fama y fortuna con una voz y una música que parecen sugerir una fragilidad extrema en la que el lirismo no conoce límites. Overgrown, su segundo disco, es música electrónica aderazada por notas de piano influida por el folk y el gospel en la que Blake parece reinterpretar al mismo tiempo el personaje tradicional de cantautor sensible a lo Nick Drake como realizar una reinvención en clave lo-fi del soul o el R&B. Blake incluso se atreve con el hip hop en Take A Fall For Me, donde rapea RZA, o interpreta una preciosa canción al piano en la jazzistica DLM y deconstruye el funk en Voyeur.

David Bowie: The Next Day

Sin previo aviso, Bowie publicó este disco el día de sus 66 cumpleaños rompiendo un silencio de diez años. El primer single, la introspectiva y melódica Where Are We Now? podía hacer pensar que el artista se había hecho mayor y se dedicaría a hacer baladas. Pero no. Una canción como (You Will) Set the World on Fire tiene tanta fuerza y tanta rabia como si Bowie tuviera 20 años. Es un disco oscuro, casi agresivo, impredecible y muy rockero en el que el músico más bien parece despacharse contra un mundo que no parece gustarle mucho. En I'd Rather Be High describe un panorama desesperante. En Estados Unidos dos pijas "cotillean hasta que sus labios sangran" y cuando huye al Cairo la encuentra "llena de generales" por lo que prefiere "estar drogado o muerto".

Nick Cave and The Bad Seeds: Push The Sky Away

La aparición de nueva música del veterano Nick Cave nunca decepciona. Después de rescatar su vena punk con el proyecto Grinderman, Nick Cave regresa al tono reposado y poético de sus últimos álbumes con los Bad Seeds. El disco número quince del grupo hace pensar en un Cave más Leonard Cohen en su papel de trovador contemporáneo y observador crítico de las derivas del mundo contemporáneo. Dice el músico que "está inspirado en el caótico mundo de internet, en la dificultad cada vez mayor para distinguir lo verdadero de lo falso" y las referencias pop van de Miley Cyrus en Higgs Boson Blues a la Wikipedia, cuya "sabiduría" repasa irónicamente en We Real Cool. Sigue siendo un gran contador de historias como en la preciosa Jubilee Street.

Cvrches: The Bones of What You Believe

Los 80 se pasan la vida volviendo y los sintetizadores del notable disco de debut de este grupo de Glasgow nos recuerdan inmediatamente a esa época. Este grupo liderado por Iain Cook y Martin Doherty en el que brilla la voz de Lauren Mayberry es uno de los debuts más sonados del año gracias a unas canciones de synth pop con toques electro con reminiscencias de Cindy Lauper o New Order y cerca de los contemporáneos AlunaGeorge o Grimes, que tanto pueden ser hitazos llenapistas como The Mother We Share o Recover como poseer la intensidad emocional de la excelente Tether.

Daft Punk: Random Acces Memories

Los franceses han vuelto a hacerlo. Desde que en 1993 su disco Homework le diera la vuelta a la música electrónica nunca han dejado de decepcionar a las pistas de baile. Su nuevo disco al parecer ha sido el más caro de grabar de toda la historia y al menos se deja notar en la generosidad orquestal de unos temas retrofuturistas que homenajean a la música disco de los 70 y 80 de Estados Unidos con una disfrutable vena blaxploitation pasada por el filtro de Giorgio Moroder (escuhen The Game of Love), al que homenajean ampliamente, erigiéndose en sus naturales herederos. El single, el machacón Get Lucky junto a Pharell Williams, es toda una declaración de alegría en estos tiempos sombríos y canciones como Doin' it Right devuelven sus conocidos aires robóticos. 20 años después y aún en la cima.

Darkside: Psychic

El neoyorquino de origen chileno Nicolas Jaar ha alcanzado a sus 23 años un notable grado de popularidad gracias a su electrónica oscura con reminiscencias pop y del jazz, única y muy reconocible. Recibido con alabanzas en todas partes, su colaboración con Dave Harrington es una extensión de su forma de entender la electrónica como un género mutable capaz de crear en la mente del oyente la sensación de paisajes cinematográficos. Es un disco para escuchar en casa que nos conduce hacia un mundo peligroso de pasiones y desenfrenos, con su consiguiente euforia y tristeza.

Deafheaven: Sunbather

Lastrado por mil prejuicios (el metal parece cosa de señores con coleta y leggings) vale la pena escuchar un disco como éste en el que los de San Francisco (George Clark y Kerry McCoy) logran un disco duro y peleón (tiene tela cómo gritan) y al mismo tiempo sensible e incluso romántico. Dicen ellos mismos que hay una influencia clara del pop y muchas veces suenan como una banda de postrock pura y dura. Es metal, pero también es muy arty (y si hay dudas, el nombre de la banda surge de un soneto de Shakespeare). Muy buen disco.

Disclosure: Settle

El deep house o garage house británico lleva dos décadas siendo fundamental para la música de baile y los reyes son este dúo formado por unos hermanos de Surrey que lleva en activo desde 2010 pero no publicaron su primer álbum hasta este verano. Desde el vitamínico arranque When a Fire Starts to Burn, en el que se comportan como unos ejemplares alumnos de los Beastie Boys, Disclosure "lo dan todo" para que la diversión no decaiga con un house muy cercano al R&B como en Latch o White Noise, dos canciones que ya están arrasando en las pistas de baile. Disclosure remite a clásicos del house como Masters at Work u 808 State y lo que hacen, lo hacen muy bien.

The Foals: Holy Fire

Tras la publicación en 2008 de Antidotes, esta banda de Oxford se convirtió en una de las voces esenciales de la nueva escena británica. Su último disco, Holy Fire, es una potente ración de post punk en la que se muestran más ambiciosos y dispuestos a abrirse nuevos caminos. Tras una excelente apertura que suena a rock progresivo pasado por el turmix de Animal Collective, los de Oxford confunden al personal primero con una canción tan oscura como Inhaler, en la que parecen confluir Scissor Sisters con Fugazi. Acto seguido, entregan un temazo como My Number, en la que suenan como unos Talking Heads contemporáneos. Muy neoyorquinos suenan en general Foals en un disco contundente con otros momentos sobresalientes como la alucinada Providence.

La Femme: Psycho Tropical Berlin

Mejor disco producido en Francia para Les Inrockuptibles, La Femme son un grupo de jovencísimos franceses liderados por dos chavales que se conocieron en un instituto de Biarritz, Sacha Gout (guitarra, theremin) y Marlon Magnée (teclados). "Queríamos demostrar", dice Gout a Les Inrocks, "que no todo está inventado, que en la música queda mucho por hacer". La Femme suenan festivos, descacharrantes, muy franceses pero también muy punk y su música es una mezcla entre el pop yeyé galo de los 60, el electro, los paisajes brumosos de My Bloody Valentine, la electrónica primitiva y aquel sonido pop que arrasó en España durante los 90 con el sello Elefant como santo y seña. Suenan rabiosos, divertidos y contemporáneos, una suerte de punk tropicalista sin complejos ni ataduras.

Haim: Days Are Gone

¿Qué pasaría si Katy Perry no produjera sus canciones pensando que deben gustarle a millones de personas? Pues algo muy parecido a Haim, un trío de chicas del valle de San Fernando que se inspiran en el pop comercial con sello de Los Ángeles (piensen en Britney Spears o Justin Bieber) para componer unas canciones estupendas que enlazan con la gran tradición pop-rock americana con raíces en el country e influencias del rythm and blues y el pop de masas. Se las compara con Fleetwood Mac y suenan muy bien. Ahí está un gran hit como The Wire o la estupenda Falling en la que recuerdan a los Eagles.

Julia Holter: Loud City Song

Dice Julia Holter que su segundo álbum está inspirado en el "ruido del mundo actual: los medios de comunicación, la prensa del corazón, la obsesión contemporánea por la celebridad". Se inspira también en Gigi, tanto el libro de Colette como la película de Vincente Minelli, donde se cuenta la historia de una cortesana perdida en la confusión del París del siglo XIX. Después de un primer álbum electrónico grabado en casa, Holter apenas recurre a los teclados en un disco que utiliza los instrumentos acústicos (trombones, percusión, bajo, cello...) para crear ricas atmósferas de gran calado melodramático que reproducen los distintos estados de ánimo de la protagonista: del deslumbramiento por las luces de la gran ciudad (Maxim's I) hasta la melancolía jazzística de la canción que cierra el disco, City Appearing.

Jagwar Ma: Howlin

Un solo disco ha bastado a estos australianos para convertirse en una de las propuestas sónicas más ricas de los últimos doce meses. Parte de su popularidad se debe al impulso de Noel Gallagher que los ha defendido en cuanto ha tenido ocasión como el mejor grupo del momento. Mezcla entre las melodías playeras de los Beach Boys, beats de techno y sonidos tropicalistas, Howlin tiene la virtud de parecerse al Screamedelica o a Animal Collective pero sonar completamente genuinos. Sus beats repetitivos e hipnóticos crean una música al tiempo divertida y con grávitas.

The Knife: Shaking the Habitual

Este dúo formado por los suecos Karin Drejier y Olof Dreijer alcanzó fama internacional con Silent Shout (2007) y su último disco, en el que prometen "agitar lo habitual", es una nueva muestra de su extraordinaria capacidad para crear canciones electrónicas inclasificables poseídas de un espíritu punk que se revela en sus combativas letras en la que los ritmos del Oeste de África se solapan con una electrónica sencilla y retrofuturista que le dan a su sonido un sello muy particular. Entre la música de baile con espíritu raver con querencia drum 'n bass (Full of Fire), el pop oscuro y psicótico (Staoy Out Here) o la experimentación pura y dura (Old Dreamd Waiting to Be Realized), The Knife ponen la banda sonora perfecta a un mundo caótico y fugaz.

My Bloody Valentine: MBV

Kevin Shields se convirtió a principios de los 90 en uno de los músicos más importantes del mundo gracias a Loveless, disco lanzado con su banda My Bloody Valentine que alcanzó la categoría de mito y se convirtió en el máximo exponente de lo que se daría en llamar shoegazing o noise pop. Desde entonces, Shields ha tocado alguna vez con su grupo pero se ha dedicado sobre todo a colaborar con otros artistas (Primal Scream) o realizar bandas sonoras (Lost in Translation), además de ganarse la fama de ser el tipo más raro del indie. MBV sigue por el mismo camino que Loveless como si no hubieran pasado más de veinte años creando espectaculares temas de envolvente rock distorsionado y barroco en la que las guitarras eléctricas parecen alcanzar el máximo de sus posibilidades expresivas. Todo ello acompañado de la voz de Shields, como un susurro, desde el mismísimo averno.

Savages: Silence Yourself

Este grupo de féminas del oeste de Londres han ido labrándose una reputación en sus numerosos conciertos en las islas y su primer disco es una descarga de punk en bruto potentísimo en el que recuperan la mejor tradición del género para hacer una demoledora crítica social. Armadas de unas guitarras afiladas, hay ecos de ese post punk bailable que lideran bandas como Yeah Yeah Yeahs pero Savages no están para grandes producciones sino por apuntalar con canciones sencillas y efectivas que recuperan el espíritu guerrillero de las Riot Grrrls. Cantan cosas como "deben buscarte / abajo en el conflicto / donde la muerte gana a la vida" en Strife. El single Husbands, en el que se burlan de la vida convencional, o She Will, un canto feminista, resuenan con gran fuerza.

Kurt Vile: Wakin' On a Pretty Daze

En activo desde los 90, Vile alcanzó notoriedad internacional con la banda de indie rock The War on Drugs. Su quinto disco en solitario le ha valido los mayores elogios de su trayectoria gracias a unas impecables canciones de indie rock de corte clásico (Pavement en el recuerdo) con un toque folk en las que Vile se revela de forma irónica contra las servidumbres del mundo moderno. Así, en el tema que da título al disco, "caminando en un bonito aturdimiento" nos cuenta un paseo en el que su móvil suena sin parar y decide no hacerle ni caso. Hay detalles country y Vile se entretiene con canciones larguísimas, repetitivas e hipnóticas con un aire casi hippie pero casi nunca renuncia a crear preciosos estribillos y melodías que lo acercan al mejor pop.