
El cantante y compositor Alejandro Sanz, durante su actuación en la 39 edición de los Premios Goya. EFE/Julio Muñoz
La solera de Granada le da buena onda a las actuaciones musicales con Alejandro Sanz y los Morente
Ciudad musical por excelencia, las actuaciones han sido mejores de lo habitual en los Goya. Con Miguel Ríos y Rigoberta Bandini, vuelve la feria.
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La música nunca ha sido el fuerte del cine español. En las bandas sonoras, destacan grandes nombres como Alberto Iglesias o Roque Baños, pero falta una cierta vanguardia en general y siempre ha tenido dificultades para detectar los mejores músicos, bandas y sonidos para dar modernidad a sus películas.
La gala de los Goya no es una excepción y año tras año casi lo normal ha sido por momentos que se parezca más al Benidorm Fest que un lugar de excelencia como se suponen los Goya. Allí está ese Bienvenidos con el que arrancó la gala con Luis Tosar y los actores noveles de un granadino célebre, y veterano, como Miguel Ríos, que apareció al final como gran estrella y también andaban los de Amaral no se sabe muy bien haciendo qué.
La canción es simpática y Miguel Ríos, es un figura pero tenía un cierto tono de fiesta mayor muy propio de los Goya. Está bien recuperar viejas canciones, lo que se llaman clásicos populares, pero la producción las cambia y las moderniza. Hollywood lo hace muy bien y Antón Álvarez (C. Tangana), ganador junto a Yerai Cortés a la mejor canción original por Los Almendros (de La guitarra flamenca de Yerai Cortes).
Si el arranque ha sido un tanto verbenero, Alejandro Sanz siempre le da nivel a todo. El andaluz ha sorprendido con una versión moderna de Abre la puerta, del grupo de rock progresivo Triana, que cumple este 2025 redondo 50 años. Precedido de un clip homenaje a Jesús de la Rosa, rodeado de músicos, con un coro y muchos violines, Sanz ha demostrado por qué es una estrella internacional en una canción que cuenta todo un mundo y una época pero también sonó rabiosa y contemporánea, con esa bonita melodía (“Soñaba que te quería”).
A gran altura voló también el obligado homenaje a Lorca en Granda, la ciudad donde nació y lo mataron. Mucha luna, cómo no, en una actuación emblemática del talento de la ciudad que ha comenzado con los Morente (Estrella Soleá y Kiki) en plena Alhambra cantando Anda jaleo, de Rozalén, inspirada en el poeta. Y los Morente tienen poderío.
El maravilloso Dellafuente ha triunfado también con su versión urban del mundo lorquiano con la canción "Verde que te quiero verde", que ha culminado Lola Índigo acompañada del cuerpo de baile flamenco. Una buena muestra de que es posible modernizar la tradición y hacerlo bien. Qué pesado es Dellafuente que nunca se deja ver. Eso sí, para rematar, se ha echado de menos al granadino más bombástico, Yung Beef.
Con una escenografia sobria de menos a más. Rigoberta Bandini le ha dado emoción a su versión de El amor, aunque rozando ese tono Benidorm Fest al que tiende los Goya como el imán a la nevera. El momento de los fallecidos del año, intrínsecamente emotivo, "Por qué te vas", cantado por Natalia Lauforcade all piano ha tenido la solemnidad debida.