Las 10 diamantes de Audrey Hepburn: la elegancia que revolucionó Hollywood

Las 10 diamantes de Audrey Hepburn: la elegancia que revolucionó Hollywood

Cine

Los 10 diamantes de Audrey Hepburn: la elegancia que revolucionó Hollywood

Cuando se cumplen 30 años de la muerte de la actriz, repasamos su trayectoria. Trabajó con grandes directores con Wiliam Wyler, Billy Wilder, Stanley Donen o Blake Edwards

20 enero, 2023 02:40

Vacaciones en Roma

Vacaciones en Roma

Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953)

Aunque en un principio William Wyler había considerado a Jean Simmons y a Elizabeth Taylor para el papel protagonista de Vacaciones en Roma, los problemas de agenda de ambas le abrieron la puerta a Audrey Hepburn. 

Hija de una aristocrata belga venida a menos y de un playboy inglés que la había abandonado cuando era joven, había sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial en Holanda con gran sufrimiento. A principios de los 50, tras una frustada carrera como bailarina, era una actriz aún desconocida que, tras encadenar en Europa una serie de producciones discretas, acababa de conseguir el papel principal para una gran producción de Broadway, la adaptación de la novela Gigi de la escritora francesa Colette.

Fue una prueba de cámara, en la que la siguieron rodando tras decir "corten", lo que sedujo al director, por la naturalidad y desparpajo que demostraba Hepburn. El acierto fue mayúsculo: la actriz otorgó a la princesa centroeuropea, que se escapa de las obligaciones de su cargo para visitar la ciudad de incógnito y enamorarse de un periodista americano (Gregory Peck), un encanto y una inocencia inusitada que elevaban el filme, una comedia romántica con chispeantes diálogos a lo screwball comedy.

La Academia le concedió el Óscar a la mejor actriz, el único que recibió en su carrera.

Humphrey Bogart y Audrey Hepburn en 'Sabrina'

Humphrey Bogart y Audrey Hepburn en 'Sabrina'

Sabrina (Billy Wilder, 1954)

Convertida en toda una celebridad gracias al éxito de Vacaciones en Roma y de Gigi, con la que realizó una extensa gira por todo EE.UU., y perseguida por los flashes gracias a una belleza y una elegancia muy particulares que había seducido a la prensa y al mundo de la moda -nada tenía que ver con el canon sinuoso que representaban las estrellas del momento-, Audrey desembarcó en Hollywood como un huracán para abordar su segundo filme.

Los nombres del proyecto no podían ser más atractivos: un Billy Wilder que venía del éxito de Traidor en el infierno (1953), un William Holden que había ganado precisamente el Óscar al mejor actor por esta película y un Humphrey Bogart que era ya toda una leyenda y que moriría tan solo unos años después de un cáncer de esófago.

Sin embargo, nada pudo eclipsar a la actriz, que brilla con luz propia en esta elegante y encantadora comedia romántica en la que dos hermanos se disputan el amor de Sabrina.

Mel Ferrer y Audrey Hepburn en 'Guerra y paz'

Mel Ferrer y Audrey Hepburn en 'Guerra y paz'

Guerra y paz (King Vidor, 1956)

Parece complicado protagonizar una irrupción más fulgurante en el mundo del cine. El tercer proyecto en el que se involucró Hepburn fue una de las producciones más caras de aquella época y recibió 350.000 dólares por su trabajo, convirtiéndose en la actriz mejor pagada hasta ese momento.

Para interpretar a Natasha en la adaptación de la novela de Tolstoi consiguió otros incentivos por parte de los productores De Laurentiis y Ponti: un gran margen de control creativo, la elección del diseñador de vestuario (Huber de Givenchy) y de la artista de maquillaje (Grazia De Rossi) y la inclusión de su marido Mel Ferrer en el reparto como Andrei.

De nuevo Hepburn destaca en un reparto con grandes estrellas de Hollywood y Europa (Vittorio Gassman, Henry Fonda, Anita Ekberg…) para un filme que, aunque fue un fracaso en taquilla, sigue siendo una gran muestra de cine de época de estilo clásico, con una fotografía despampanante de Jack Cardiff.

Audrey Hepburn en 'Una cara de ángel'

Audrey Hepburn en 'Una cara de ángel'

Una cara con ángel (Stanley Donen, 1957)

Tras volver a trabajar con Wilder en la fantástica Ariane (1956), Hepburn encaró el primero de los tres proyectos que rodó con Stanley Donen, su primer musical. La actriz cantaba por primera vez en pantalla, y demostraba su formación como bailarina en varios números del filme.

A pesar de la diferencia de edad de 30 años, la actriz insistió en que Fred Astaire interpretará a su partenaire, aunque este se encontraba ya en la etapa crepuscular de su carrera.

Una cara con ángel, que narra el camino al estrellato en el mundo de la moda de una joven y tímida dependienta de una librería, es uno de los últimos grandes musicales de la Edad de Oro del género, ingenioso, colorido y romántico.

No funcionó en taquilla como se esperaba, pero tras el éxito de My Fair Lady recibió una segunda vida en los cines que engrosó su recaudación.

Audrey Hepburn en 'Historia de una monja'

Audrey Hepburn en 'Historia de una monja'

Historia de una monja (Fred Zinnemann, 1959)

El primer papel dramático de enjundia de Audrey Hepburn. A las órdenes de Fred Zinnemann, que a principios de la década había arrasado con Solo ante el peligro (1952) y De aquí a la eternidad (1953), la actriz se puso al frente de la adaptación de la novela de Kathy Hulme, un best-seller inspirado en la vida real de Marie Louise Habets.

El filme aborda la historia de una joven belga de una familia burguesa que ingresa como novicia en un convento y termina marchándose al Congo para trabajar como enfermera en una misión. Para su sorpresa, acaba destinada en un hospital para blancos, como ayudante de un cirujano, al que da vida Peter Finch.

La actriz recibió su tercera nominación al Óscar, tras las de Vacaciones en Roma y Sabrina, y recuperó su romance con la taquilla.

Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'

Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'

Desayuno con diamantes (Blake Edwars, 1961)

El trabajo por el que Hepburn es más recordada, y su cuarta nominación al Óscar. Dirigida por Blake Edwards, y coprotagonizada por George Peppard —con cameo incluido del español José Luis de Vilallonga—, la película se estrenó el 5 de octubre de 1961 y fue, en opinión de la propia Hepburn, uno de los papeles más desafiantes de su trayectoria.

Basada en la novela homónima de Truman Capote, estamos ante una comedia con hechuras de cine clásico y un punto estrafalario, que cuenta el romance entre una extravagante neoyorquina de vida disoluta, con una intensa obsesión por las joyas de Tiffany's, y un escritor no demasiado prometedor.

Para la historia queda la famosa escena de Hepburn entonando el Moon River en la escalera de incendios, que solo acabó en el montaje final gracias a la insistencia de la propia actriz.

Audrey Hepburn y Cary Grant en 'Charada'

Audrey Hepburn y Cary Grant en 'Charada'

Charada (Stanley Donen, 1963)

La segunda película de Hepburn con Donen fue definida como “la mejor película de Hitchcock que el maestro del suspense nunca dirigió”. Mucho de esto tiene este thriller de suspense con fantásticos giros de guion y ciertos toques de comedia al estilo Lubitsch en el que la actriz y Cary Grant destilan una química incomparable.

Ambientada en un París tan encantador como peligroso, seguimos la historia de una joven envuelta en una enrevesada trama criminal y de espionaje en la que nada es lo que parece. Imprescindible.

'My Fair Lady'

'My Fair Lady'

My Fair Lady (George Cukor, 1964)

A pesar de triunfar en los Óscar con ocho galardones, entre los que destacan los de mejor película, director para George Cukor y actor para Rex Harrison, incomprensiblemente Audrey Hepburn ni siquiera estuvo nominada por su papel, cuando es el corazón de la producción.

En esta adaptación del célebre musical homónimo de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe (que a su vez se basaba en la obra de teatro Pigmalión de George Bernard Shaw), el snob Henry Higgins apuesta con el coronel Pickering que será capaz de convertir a una ordinaria violetera en una refinada dama de la alta sociedad en tan solo seis meses.

Es un filme elegante y vitalista, en el que todo funciona a la perfección. Sin embargo, Hepburn sufrió una gran decepción cuando vio como el productor Jack Warner decidió sustituir su voz por la de la soprano Marni Nixon, ghost singer especializada en el cine musical.

Albert Finney y Audrey Hepburn en 'Dos en la carretera'

Albert Finney y Audrey Hepburn en 'Dos en la carretera'

Dos en la carretera (Stanley Donen, 1967)

1967 fue un año importante para Hepburn ya que lograró su quinta nominación al Óscar por Sola en la oscuridad (Terence Young), un tenso thriller en el que la actriz interpretaba a una mujer ciega, y estrenó una de sus mejores películas, de nuevo de la mano de Stanley Donen.

La historia narra un viaje de Londres a la Riviera francesa en el que Joanna (Hepburn) y su marido Mark (Albert Finney) reviven los románticos comienzos de su relación, los primeros años de su matrimonio y sus respectivas infidelidades, y en el que tendrán que decidir si separar sus caminos o aceptarse de manera definitiva tal y como son.

La película ganó la Concha de Oro del Festival de San Sebastián, seguramente por la manera en la que Donen y el guionista Frederic Raphael concibieron la historia, con continuos saltos en el tiempo para elaborar una narración no lineal. Uno de los trabajos más arriesgados de la actriz.

Audrey Hepburn y Sean Connery

Audrey Hepburn y Sean Connery

Robin y Marian (Richard Lester, 1976)

Tras quince años de trabajo ininterrumpido, con incontables éxitos, Hepburn decidió tomarse un largo respiro, que supuso casi una retirada anticipada del cine.

Tras Dos en la carretera, tan solo regreso a la gran pantalla en cuatro ocasiones: Robin y Marian (Richard Lester, 1976), Lazos de sangre (Terence Young, 1979), Todos rieron (Peter Bogdanovich, 1980) y Always (Steven Spielberg, 1989).

De todas ellas, la mejor es sin duda Robin y Marian, filme crepuscular y melancólico del británico Richard Lester en el que Sean Connery y Hepburn dan vida a estos personajes de leyenda y en el que la actriz realiza una de las declaraciones de amor más memorables de la historia del cine.