Carla Simón junto M. Night Shyamalan, presidente del jurado de la Berlinale. Foto: EFE/EPA/Andreas Rentz

Carla Simón junto M. Night Shyamalan, presidente del jurado de la Berlinale. Foto: EFE/EPA/Andreas Rentz

Cine

¿Quién es Carla Simón, la gran triunfadora de la Berlinale?

Tras el éxito de 'Verano 1993', la directora ha conseguido con 'Alcarràs' el Oso de Oro, todo un hito para nuestra cinematografía

17 febrero, 2022 11:36

Aseguraba Carla Simón hace unos días, entrevistada por El Cultural con motivo de su presencia en la sección oficial del Festival de Berlín con Alcarràs, que no soñaba con el Oso de Oro. Para ella la palabra competir no tiene sentido en un ámbito artístico como el cinematográfico y se conformaba con estar en la selección del certamen junto a grandes nombres del cine mundial. “Para mí Claire Denis es dios”, afirmaba Simón sobre una de las grandes veteranas de la competición. “He estudiado sus películas y he pensado mucho cómo rueda y cómo trata a sus personajes”.

En la tarde noche del miércoles, sin embargo, la directora catalana se imponía a su maestra -que con Avec amour et acharnement obtuvo el premio a la mejor dirección- y conquistaba el quinto Oso de Oro para España, el primero en casi 40 años, convirtiéndose en la primera directora española en lograrlo y consiguiendo el primer gran galardón europeo para un filme hablado en catalán. Simón, al recoger el premio, afirmó sentirse “hija de este lugar”, que considera su “casa del cine”.

Y es que su trayectoria está muy ligada al festival germano. Su primera película, Verano 1993, se cocinó allí durante dos años, en el programa Script Station y en el Talents, y posteriormente recibió el premio a la mejor ópera prima de todo el festival cuando se presentó en 2017. Este fue el punto de inflexión para la película, que posteriormente conquistó la Biznaga de Oro en Málaga y le brindó a la cineasta el Goya a la mejor dirección novel. Alcarràs también pasó por el Co-Production Market del festival, donde ganó un premio de desarrollo. “Nos han cuidado mucho”, aseguraba Simón a El Cultural hace unos días. “Siempre que vamos allí pasan cosas bonitas”.

Simón nació en 1986 en Barcelona y creció en el pequeño pueblo catalán de Les Planes d’Hostoles. El sida le arrebató a sus padres cuando tenía seis años y se fue a vivir con sus tíos y con una prima un poco menor a La Garrocha. Esta experiencia fue la base de su primer largometraje, Verano 1993, que fue elegido por la Academia para representar a España en los Óscar y que, además del Goya a la dirección novel, logró los premios a mejor secundario para David Verdeguer y mejor actriz revelación para Bruna Cusí. El crítico Carlos Reviriego hablaba entonces de “una cineasta de talento capaz de articular el ritmo preciso, de esculpir el pudor para evadir los golpes bajos, de explorar la belleza de un pretérito empapado en duelo cuando el duelo no podía ser algo concreto ni reconocible, sino un sentimiento nuevo, desconcertante, tutelado por la intuición”.

Imagen del rodaje de 'Alcarrás'. Foto: Lluís Tudela

Imagen del rodaje de 'Alcarrás'. Foto: Lluís Tudela

En Alcarràs ha vuelto a inspirarse en sus propias experiencias, pues el protagonismo recae en una familia de agricultores del melocotón del pueblo de Lleida que da título a la película, inspirada en sus propios tíos. “Pertenezco a una familia muy extensa; un pozo sin fondo de historias, sentimientos y enredos”, ha explicado en alguna ocasión la cineasta. “Es viendo y escuchando estas historias como decido que quiero hacer películas para explicar la complejidad del ser humano y en particular la complejidad de las relaciones familiares”.

Directora sutil, de una sensibilidad privilegiada para la puesta en escena y para captar con la cámara el gesto revelador, Simón destaca también por su instinto para guiar a actores no profesionales, dotando a sus películas de cierto aire documental. En Verano 1993 conseguía una interpretación sublime y vitalista de la pequeña Laia Artigas, y ahora, en Alcarràs, se ha servido de plantel de interpretes naturales, reclutados en las fiestas populares de los pueblos de Lleida en los que transcurre la acción. “Quería que los intérpretes tuvieran un vínculo muy real con la tierra, que la sintieran”, explicaba Simón. “Me parecía importante que fueran agricultores porque en su piel se percibe el trabajo en el campo y saben cómo se recoge un melocotón o cómo se conduce un tractor. Creo que es algo que aporta verdad. Además, quería que hablaran el catalán de Lleida, que no ha sido muy retratado en el cine y me parece muy hermoso”.

Desde Berlín, el crítico Enric Albero, nos hablaba de una “película coral y bulliciosa que rehúye cualquier tipo de grandilocuencia y que se enfrenta a sus múltiples conflictos —los rescoldos de la guerra civil, la inmigración, la precariedad, la decadencia de determinados modelos de masculinidad— sin alzar la voz, simplemente empalmando trozos de vida en los que los problemas vienen, se van y regresan con la naturalidad con la que se suceden las estaciones”.

Bregada en el corto

Simón se graduó en Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona, después de pasar un año en la Universidad de California, donde realizó junto con Marco Businaro los cortos experimentales Woman y Lovers. Después hizo el Máster “TV de Ficción” de la Televisión Catalana donde dirigió el piloto de La Clínica, que pudo verse en TV3. Galardonada con las prestigiosas becas de Obra Social “La Caixa”, se mudó a Inglaterra para estudiar en la London Film School. Allí escribió y dirigió el documental Born Positive (2012) y la ficción Las pequeñas cosas (2015). Antes de lanzarse al largometraje todavía rodaría Llacunes (2016), filme ya muy personal basado en las cartas de su madre.

Tras Verano 1993, regresó al pequeño formato con Después también (2019) y Correspondencias (2020), junto a la directora chilena Dominga Sotomayor, y también dirigió un capítulo de la serie de HBO Escenario 0, una adaptación del Vania de Chéjov con guion de Àlex Rigola y con Ariadna Gil, Irene Escolar y Luis Bermejo en el reparto. Tras el Oso de Oro, Simon debería encontrar el respaldo necesario en la industria para afrontar con medios y libertad sus próximos proyectos.

Desde que ganara el Goya a la dirección novel por Verano 1993 en 2018, este premio ha recaído siempre en mujeres: Arantxa Echevarría por Carmen y Lola (2018), Belén Funes por La hija del ladrón (2019), Pilar Palomero por Las niñas (2021) y Clara Roquet por Libertad. Por ello, y por su trepidante y acelerado prestigio, podemos decir que es la abanderada de la nueva generación de directoras españolas, que con una mirada rabiosamente fresca, están renovando los aires de nuestra cinematografía. Habría que añadir a Elena Martín, Irene Moray, Julia Paz de Solvas, Ainhoa Rodríguez, María Pérez Sanz…

“Hay que incentivar que las mujeres presenten proyectos y no estaría mal que se creara una plataforma o un laboratorio para que puedan desarrollar guiones, reciban un feedback, rueden escenas...”, opinaba Simón en una entrevista en El Cultural en 2018. “Y es muy importante que haya mujeres productoras que se fijen en historias escritas por mujeres, lo que puede llevar a que los equipos sean más femeninos. Y también es una cuestión de que haya referentes en la industria, porque a día de hoy hay pocos". Pues ella ya no es solo un referente, sino historia viva de nuestro cine.