Image: Richard Lester: El cine no es una pasión, es técnica y trabajo duro

Image: Richard Lester: "El cine no es una pasión, es técnica y trabajo duro"

Cine

Richard Lester: "El cine no es una pasión, es técnica y trabajo duro"

El director de Qué noche la de aquel día y Help! visita el Festival de Gijón.

24 noviembre, 2014 01:00

Richard Lester

Con motivo del merecido premio a la figurinista británica afincada en España Yvonne Blake, Richard Lester (Pensilvania, 1932) ha visitado el Festival de Gijón porque, aunque está jubilado, "en Asturias hay muy buen marisco". El nombre de Lester estará por siempre asociado al de Los Beatles al ser el director de aquellas míticas Qué noche la de aquel día (1964) y Help! (1965), películas que cimentaron la leyenda del grupo y son hoy dos de las más valiosas joyas pop de todos los tiempos. Estadounidense aficando en Europa desde los 20 años, Lester es célebre por otras películas como Superman II y Superman III, rodadas en los años 80, o la mítica Robin y Marian (1976), en la que reinventaba el mito del arquero en clave crepuscular sin olvidar su enorme éxito con Los tres mosqueteros (1973) y su secuela. Lo primero que le dice al periodista es que está muy contento de estar en la "maravillosa" España.

Pregunta.- Se agradece su entusiasmo por nuestro país porque últimamente no tenemos la autoestima muy alta.
Respuesta.- Soy consciente. Tengo muchos amigos aquí, algunos me hablan de sus dificultades para encontrar trabajo y es todo muy triste. Pero me sigue encantando venir, he rodado aquí siete películas y creo que conozco un poco el país. Me gusta su seriedad, su sentido de la familia o esa dignidad que a veces falta en los países mediterráneos.

P.- Usted dirigió Superman II y III en una época en la que nadie rodaba películas de superhéroes. ¿Cómo se siente ahora que parece que Hollywood solo sabe hacer ésas?
R.- Nunca me interesaron demasiado los cómics así que lo primero que pensé fue que si se llama cómic debería haber un poco de comedia. Lo que me parece es que a esas películas les falta precisamente comedia y humor, se toman demasiado en serio. De hecho, no las suelo ver.

P.- Hay muchos directores europeos que han hecho carrera en Estados Unidos pero el caso contrario, como el suyo, es más raro. ¿Por qué decidió abandonar su país?
R.- Me fui a los 22 años y nunca he vuelto a vivir allí. En ese momento pensaba que había un mundo muy grande por descubrir y no me gustaba el aislacionismo de mi país. Era una época en la que el país rechazó formar parte de la liga de naciones y en la que se negaba a participar en la Segunda Guerra Mundial, todo eso me molestaba.

P.- ¿Le influyó el hecho de que en Europa se respeta más la predominancia del autor?
R.- Nunca he rodado para la industria americana, he hecho algunas películas allí pero con producción europea. Yo siempre he hecho lo que he querido pero no por vivir en Europa sino porque las he hecho siempre por poco dinero. Cuando tardas mucho en rodar, los productores tienen mucho tiempo para venir a opinar. Si vas rápido y cumples el programa, te dejan bastante tranquilo. Por eso la parte que más disfruto es la postproducción, es cuando estás más tranquilo, los rodajes son de locos.

P.- Entonces se marchó a Inglaterra y rodó sus películas con los Beatles. Al verlas ahora uno ve esa ilusión, ese espíritu feliz que parece que se ha perdido.
R.- Volverá a pasar algo parecido, no será igual, probablemente lo verás en tu teléfono o en tu ordenador, pero el impacto de los Beatles se repetirá alguna vez. Fue algo realmente increíble, si se ponían unas gafas de un modelo, a las dos semanas las llevaba la gente en Buenos Aires. No podemos predecir el futuro y no sabemos si habrá un grupo extraordinario de gente que cambiará el mundo.

P.- ¿Cómo se sentía al estar en el centro de un fenómeno tan brutal como la beatlemanía?
R.- Cuando estás allí no te das cuenta, estás muy preocupado por cómo solucionar el siguiente día de rodaje. Después te dicen que estuviste en el centro del universo durante tres años y piensas que quizá sí pero en el momento no lo vives así.

P.- ¿Sigue siendo amante de la música pop?
R.- Tengo 80 años y la verdad es que no me entero de lo que pasa en la música popular. Escucho a Bach, a veces a Mozart, y algunas veces jazz de los años 50.

P.- ¿El cine es una pasión?
R.- No, es un trabajo duro y es una técnica que también se aprende. Es maravilloso que la gente siga viendo las películas y es simplemente el trabajo que he hecho en mi vida. Mi intención siempre ha sido hacer justicia a un tema. He concebido cada película como una búsqueda, he tratado de verlo de lado, no de frente, para encontrar una nueva perspectiva.

P.- Occidente atraviesa una etapa muy complicada en su historia aunque usted ha conocido a otras, ¿ahora somos más quejicas?
R.- Somos más impacientes. Todo tiene que ser muy rápido. Queremos una gratificación instantánea y eso no me gusta. Cuando era joven, había más opciones de vida, más alternativas, ahora todos somos más o menos iguales. Y no tengo ni teléfono ni tableta. Es una decisión. Si me rompo una pierna en medio de ninguna parte será duro, pero vivo más tranquilo de esta manera.