Image: Manuel Alexandre, el más digno secundario

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Cine

Manuel Alexandre, el más digno secundario

Muere el actor madrileño, uno de los actores de reparto más entrañable del cine español, habitual en la filmografía de Berlanga y Cuerda

12 octubre, 2010 02:00

Manuel Alexandre. Foto: El Mundo.

Una generación de actores, más o menos secundarios, grabados en la memoria de todo español que tenga una mínima noción de cine va desapareciendo sin que nadie lo pueda remediar. La muerte es implacable en estos menesteres. En muy poco tiempo nuestros directores se han quedado sin la posibilidad de echar mano de intérpretes tan competentes y carismáticos como Agustín González y José Luis López Vázquez.

El turno macabro ahora le ha tocado a otra cara inolvidable: Manuel Alexandre, que ha fallecido esta misma mañana -a las 7:30 horas- en el Hospital San Camilo de Madrid, donde llevaba varios días ingresado a causa del cáncer que padecía. No le ha dado tiempo a cumplir los 93 años el próximo 11 de noviembre. A partir de mañana la capilla ardiente con sus restos mortales se instalará en el Teatro María Guerrero, sobre cuyo escenario empezó a asentar su carrera artística desde los años 40.

Alexandre era uno de los actores de reparto más célebres del panorama cinematográfico nacional. Nació en Madrid, y aunque en un principio iba para aparejador y para abogado, terminó centrándose en su verdadera vocación: el mundo del teatro y el cine. De las facultades de arquitectura y derecho dio el salto al Real Conservatorio de Madrid. Allí tuvo como compañeros a Fernando Fernán-Gómez y Rafael Alonso, con los que trabajó en varias funciones del TEU.

Aunque debutó en los escenarios, y sobre ellos cosechó varios éxitos (con Luces de bohemia y Los ladrones somos gente honrada, sobre todo), la cantidad exacta de sus apariciones en la gran pantalla es difícil de calcular, por lo abultado de la cifra. Aproximadamente ha trabajado en unas 300 películas. Su debut no pudo ser más privilegiado. Un papel en la legendaria Bienvenido Mr. Marshall (1953), de Luis García Berlanga, fue su primera intervención tras las cámaras. El director valenciano le hizo posteriormente un habitual en su filmografía. Alexandre también participó en Calabuch, Los jueves, Milagro, Plácido, Tamaño natural, Todos a la cárcel y París-Tombuctú.

Otro de los cineastas que se encapricharon de su entrañable manera de dignificar el oficio de actor fue José Luis Cuerda. El cineasta albaceteño le incluyó en el reparto de buena parte de sus filmes: El bosque animado, Amanece que no es poco, La marrana y Así en el cielo como en la tierra.

En su currículo como actor figuran, además, otros clásicos de la filmografía española como Calle mayor, de Juan Antonio Bardem; Extramuros, de Manuel Picazo, Madregilda, de Francisco Regueiro; El año de las luces, de Fernando Trueba; y optó al Goya al mejor actor por Elsa y Fred en 2005. No se lo llevó, pero él ya tenía uno: el honorífico que la Academia le concedió en 2003.

Alexandre siempre le quitó importancia a sus logros. Decía que había tenido mucha suerte. Para él, el azar fue determinante para poder labrar una trayectoria tan digna. Y para ilustrar esa afirmación se remitía a sus comienzos, en mitad del caos de la guerra civil. Su debut sobre las tablas se debió a una casualidad: al acompañar a un amigo miliciano a llevar una carta al Teatro Español, la compañía que estaba allí ensayando, perteneciente a la CNT, le ofreció inesperadamente un papelito. Después, papelito a papelito, que él con su sencillez, eficacia y dignidad convertía en muchos casos en papelones, ha conseguido dejar antes de morirse una trayectoria inigualable en nuestro cine.