Image: La Rabia que ganó el Festival de Málaga contra el apocalipsis de Legión

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Cine

La Rabia que ganó el Festival de Málaga contra el apocalipsis de Legión

El productor Luis Miñarro se estrena como director con Family Strip

27 mayo, 2010 02:00

Fotograma de Rabia, de Sebastián Cordero

Juan Sardá
El calor aprieta y la cartelera se encoge. Pasa todos los veranos. Y este 2010, el bajón se notará aun más debido al Mundial de fútbol, que vacía las salas de cine cada cuatro años. A los cinéfilos, eso sí, les quedan por los menos dos alternativas, ambas con sabor nacional. Por una parte, llega Rabia, de Sebastián Cordero, ganadora en el último Festival de Málaga de la Biznaga de Oro a la mejor película, la de Plata a la mejor fotografía y actor secundario (Alex Bendremühl) y una mención para el protagonista (Gustavo Sánchez Parra). El filme, un intenso thriller que llega tras el éxito del director ecuatoriano con Crónicas, explica la huida de un inmigrante sudamericano que, tras matar de forma accidental a su capataz, se esconde en la mansión donde trabaja su novia como asistenta doméstica. Allí, sin que nadie lo vea, ni siquiera su amada, asistirá con progresiva rabia y desazón al matrato verbal al que someten a la empleada. Según el propio cineasta, "son muchas películas en una, una trata sobre la xenofobia, otra sobre una historia de amor imposible, otra sobre el rechazo y, además, es un 'thriller' psicológico".

Otro foco de interés cinéfilo. Luis Miñarro, productor de películas como El cant dels ocells de Albert Serra, En la ciudad de Sylvia de Guerín o la reciente ganadora del Festival de Cannes (Uncle Boonme Who Can Recall His Past Lives, de Apichatpong Weerasethakul), se estrena como director con Family Strip. Se trata de un documental que ofrece, efectivamente, un verdadero "strip tease" familiar a través de las confesiones de los propios padres del cineasta durante varias sesiones en las que son inmortalizados por un pintor. De esta manera, surgen recuerdos de los nonagenarios protagonistas que recuperan la memoria de todo un siglo en Barcelona a través de los ojos de dos inmigrantes andaluces. Y el cupo de estrenos de autor lo completa The Trap, película serbia de Srdan Golubovic que plantea un apasionante dilema moral cuando un hombre debe decidir entre matar o la vida de su hijo. Este sufre una terrible enfermedad que sólo podrá curarse pagando una fuerte suma de dinero que su padre puede obtener actuando como asesino a sueldo.

Y Hollywood hace acto de presencia con varios títulos dispuestos a merendarse los minicines. Legión, dirigida por Scott Stewart, con Paul Bettany o Dennis Quaid, reincide en el subgénero del fin del mundo cuando, al igual que hemos visto en filmes como 28 semanas después o El incidente, de repente toda la población se vuelve loca y comienza a asesinar a todo lo que se le pone por delante. Unos ángeles destructores completarán el cuadro tremendista enfrentándose a unos sufridos supervivientes a la psicosis colectiva. Street Dance 3D ¡A Bailar! es una película con bailes callejeros protagonizados por jóvenes aficionados al hip hop inspirada en títulos como Flash Dance o Dirty Dancing. La novedad es que se proyecta en formato estereoscópico. Y Jacuzzi al pasado, de Steve Pink, es un homenaje a las películas de los años 80 dirigidas por el llorado John Hughes, en la que varios treintañeros amargados de la vida (entre los que se incluye el icónico John Cusack) viajan al pasado y tienen la oportunidad de retomar sus vidas desde 1986.

Finalmente, como francamente curiosa se presenta la cinta de Karan Johar, Mi nombre es Khan, producto de Bollywood realizado a mayor gloria de Shuaruckh Khan, superestrella india cuyo éxito descomunal en su país como actor, cantante y bailarín no es comparable al de ninguna estrella occidental. En esta ocasión, el astro interpreta a un hombre con el síndrome de Asperger que lucha por el amor de una mujer mientras busca su sueño en Estados Unidos.