Image: Zygmunt Bauman y Alain Touraine, intérpretes de un mundo cambiante

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Letras

Zygmunt Bauman y Alain Touraine, intérpretes de un mundo cambiante

Ambos sociólogos comparten el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades

27 mayo, 2010 02:00

Zygmunt Bauman (izda.) y Alain Touraine

elcultural.com
Son dos de los máximos exponentes del pensamiento europeo actual, Alain Touraine y Zygmunt Bauman "han analizado las profundas transformaciones de las estructuras sociales contemporáneas y han desarrollado conceptos clave para la comprensión de cuestiones fundamentales de nuestro tiempo". Así lo ha expresado el jurado del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, presidido por Manuel Olivencia Ruiz e integrado por José Antonio Álvarez Gundín, Adela Cortina Orts, Diego Carcedo, Alejandro Echevarría Busquet, Álex Grijelmo García, José Luis Gutiérrez Suárez, Miguel Ángel Liso Tejada, Ramón López Vilas, Catalina Luca de Tena y García, Francisco Luzón López, Ana Rosa Migoya Diego, Alberto Oliart Saussol, José Luis Pardos Pérez, José Ramón Pérez Ornia, José Antonio Sánchez Domínguez, Ricardo Senabre Sempere, Enrique de Ybarra e Ybarra y Juan Luis Iglesias Prada (secretario).

Zygmunt Bauman (Poznam, Polonia, 1925), uno de los últimos sabios europeos, creó hace tiempo un concepto clave para comprender el mundo actual: la "modernidad líquida", o cómo la vida, los conceptos, las certezas, son hoy más inestables y líquidos que nunca, a pesar de que, también más que nunca, el hombre está huérfano de referencias consistentes. Algo que proclama de sí mismo: "lo único sólido en mi vida es Janine, mi esposa desde hace sesenta años", según expresó en una entrevista en El Cultural. Jubilado emérito por la universidad de Leeds, ciudad inglesa en la que vive desde hace más de treinta años, Zygmunt Bauman contempla su vida con más optimismo que nostalgia. Atrás quedó su Polonia natal, de donde huyó con su familia (judía y paupérrima) del terror nazi de 1939, rumbo a la Unión Soviética. Tras su paso por el ejército polaco en el frente ruso, regresó a Polonia y fue profesor en la Universidad de Varsovia durante años, pero una feroz campaña antisemita le hizo exiliarse de nuevo en 1968. La Universidad de Tel Aviv fue su destino, tampoco definitivo, porque también ha impartido clases en Estados Unidos y Canadá. Tres años más tarde se instaló en Gran Bretaña, donde sigue viviendo, rodeado de libros y recuerdos de una Europa que ya no existe y que sigue resultando, tras un siglo convulso, una "aventura inacabada". El sociólogo se siente desbordado por sus compromisos pero no renuncia a nada y tampoco lo hace ahora al premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, "aunque, ¿qué quiere?, ya sólo soy un anciano que piensa lentamente". Recientemente, Paidós ha publicado en nuestro país Mundo consumo. Ética del individuo en el mundo global, aunque su obra más aplaudida en los últimos años ha sido Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos (2005).

Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, Francia, 1925) es profesor en la Universidad de Paris-Nanterre, director de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales y uno de los pensadores más brillantes y reputados de su generación. Desde que en 1965 publicase Sociología de la acción, su interés por el análisis del comportamiento humano visto a través de los sistemas de trabajo ha constituido una preocupación central en sus investigaciones. Con el paso de los años su campo de estudio se ha ido deslizando hacia un mayor interés por el sujeto de la acción social. Sociólogo, humanista y luminaria de referencia occidental, ha cumplido ya los 84 años, aunque la edad no le ha nublado la clarividencia ni le ha hipotecado mínimamente la actividad intelectual. Touraine vivió el movimiento francés de mayo del 68 exactamente en el medio (just in the middle, matiza él mismo en inglés). Porque era profesor en la Universidad de Nanterre. Porque estuvo en las barricadas las tres noches más ajetreadas. Y porque le correspondió hacer el papel de abogado defensor de Daniel Cohn-Bendit, líder del movimiento estudiantil cuando el Gobierno pensaba que la revuelta consistía en unos cuantos exacerbados. Un histórico movimiento que en una entrevista reciente en El Cultural criticaba sin reparos por su "ridículo lenguaje revolucionario" y su "falta de organización y orientación política". En la misma entrevista Touraine advertía sobre la "incertidumbre del porvenir" y declaraba que "nuestra sociedad está dividida en dos campos con objetivos e intereses irreconciliables: quienes defienden la economía de mercado, el capitalismo y la globalización sin reglas se oponen necesariamente a la búsqueda de la justicia social."