El actor Kevin de la Rosa en 'Vive Molière, de Álvaro Tato y Yayo Cáceres. Foto: David Ruiz

El actor Kevin de la Rosa en 'Vive Molière, de Álvaro Tato y Yayo Cáceres. Foto: David Ruiz

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Lo 'nueviejo' de Álvaro Tato y Yayo Cáceres que tanto gusta

Con su infalible mezcla de verso, música y humor, el dúo teatral acaba el año por todo lo alto en Madrid con 'Vive Molière' y la reposición de 'Villa y Marte'

24 diciembre, 2022 17:41

El dúo artístico Álvaro Tato y Yayo Cáceres no podía acabar mejor el año. Sus dos compañías compiten en Madrid en dos teatros de distinto perfil y con dos espectáculos que comparten el estilo teatral tan personal que les ha dado fama, bautizado por ellos mismos como nueviejo. Vive Molière, producida con la división Ay Teatro, puede verse en La Abadía, mientras Villa y Marte, con Ron Lalá y ya estrenada en Madrid, se ha repuesto por estas fechas en el Teatro Pavón.

La más reciente obra de esta factoría —que cuenta con Emilia Yagüe en el diseño de producción— festeja el cuarto centenario del nacimiento de Molière, celebrado en este año que ya acaba. Un homenaje al fundador de la Comédie-Française diseñado por dos declarados admiradores como Álvaro Tato, al frente de la dramaturgia, y Yayo Cáceres, en la dirección de escena.

El divertido juguete escénico recuerda su vida y su obra y vuelve a poner a prueba la eficacia de la exitosa e ingeniosa fórmula teatral del dúo: texto en verso, música y humor combinados en una puesta en escena de apariencia sencilla y desnuda, pero que exige de actores y músicos versátiles e imaginativos.

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La síntesis y la comicidad marcan el desarrollo de la obra, que se sucede a un ritmo trepidante. El escenario está presidido por un tobogán y en lo alto de éste se sitúa la diosa Fama para descender a la tierra a fin de abrazar al mortal que le señalan sus criados Dato, Mito y Chisme. La metáfora escénica sirve a Álvaro Tato para tejer un texto rimado e ingenioso, en el que cuenta la biografía de Molière (la más reciente publicada es de George Forestier, en la editorial Cátedra) y recrea algunas inspiradísimas escenas de sus obras más famosas y controvertidas: Tartufo, El avaro, Don Juan, El cornudo imaginario, La escuela de mujeres, El burgués gentilhombre, El misántropo y La improvisación de Versalles.

Tato ofrece un relato riguroso, en el que le interesa presentar a Molière como un comediante que, a la vez que gozaba del favor real, hizo de la comedia una herramienta fabulosa para señalar los vicios sociales y las pasiones degradadas de su tiempo, erigiéndose en la gran referencia de género.

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Dos grandes marcos dorados móviles son empleados por los actores para las distintas representaciones de las obras del francés, y le sacan un partido increíble, ya que sirven para presentar cada pieza en el código de la farsa pero sugiriendo un decorado distinto: a veces actúan como lo que son, el marco de una escena, otras como un tablado de títeres, un espejo o un tresillo. En un lateral se encuentra una estupenda pianista y soprano, Marta Estal, que toca y canta canciones (originales de Tato con música de Cáceres y de ella misma) a modo de ilustración de la obra y que facilita las transiciones de una escena a otra.

Cáceres obtiene estupendos resultados con el uso de mínimos recursos y explotando la comicidad de los intérpretes, que, con la excepción del fabuloso cómico Kevin de la Rosa, son alumnos egresados de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, aunque no lo parecen. Juan de Vera, Laura Ferrer y Mario Portillo (que hace de Molière) resultan muy graciosos y se lucen estupendamente, multiplicándose todos en varios personajes. El público, que abarrotaba el teatro la noche que les vi, les brindó calurosos aplausos.

Un momento de 'Villa y Marte', de la compañía Ron Lalá. Foto: David Ruiz

Un momento de 'Villa y Marte', de la compañía Ron Lalá. Foto: David Ruiz

Respecto a Villa y Marte, es un genial divertimento en el que Tato y Cáceres actualizan —y reivindican— la zarzuela, a partir de un libreto descacharrante: imaginan un Madrid en Marte. Un astronauta perdido por el espacio es obligado a aterrizar en el planeta rojo y lo hace en una ciudad que comparte con la nuestra sus chulapas y chulapos, además de otros lugares comunes que les permiten reírse de muchos tópicos que hay sobre la ciudad y sus habitantes.

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El elenco de Ron Lalá está que se sale: Daniel Rovalher, Miguel Magdalena, Juan Cañas, Fran García y Diego Morales proveen de algunos momentos desternillantes. Todos firman también los arreglos musicales, mezclando canciones muy variadas. En su conjunto, es un divertimento absolutamente recomendable, hecho para el disfrute del público, y donde el grupo vuelve a demostrar con qué buenos mimbres cuenta y qué bien sabe tejerlos.    

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