Stanislavblog por Liz Perales

Los del pueblo

25 mayo, 2018 17:52

[caption id="attachment_1942" width="560"] Los cuatro protagonistas de Los mariachis, de Pablo Remón[/caption]

Los mariachis es lo último que ha presentado Pablo Remón, y que todavía puede verse en los Teatros del Canal hasta el domingo. El autor y director lleva casi tres estrenos continuados: acabó el verano de 2017 con Barbados, estrenó el pasado mes de marzo El tratamiento y ahora culmina la temporada con Los mariachis, sainete costumbrista y tragicómico tejido con unos diálogos magníficos y que cuenta con cuatro actores sobresalientes: Luis Bermejo, Israel Elejalde, Francisco Reyes y Emilio Tomé.

Esta última obra de Remón guarda cierta relación de ambiente con 40 años de paz, una de sus primeras piezas, en la que reunía un puñado de historias ambientadas en el franquismo, muchas de las cuales tenían lugar en algún punto de la Meseta. Pero aquí se olvida de ese estilo de escritura que está también presente en otras piezas anteriores, el de la autocita de los personajes, y compone un texto sustentado básicamente en diálogos, algunos absurdos y surrealistas, y en unos personajes singulares. Según ha contado el director, los diálogos los termina de pulir cuando dirige a los actores.

La historia se centra en el viaje a su pueblo que emprende a pie un político tras ser descubierto en tramas de corrupción. Su viaje tiene algo de peregrinación, de rito purificador, decide hacerlo tras aparecérsele el patrón de su pueblo, San Pascual Bailón. Tres días tarda en llegar a su destino, ataviado con un traje y una gorra de Pluto. El pueblo le permite al autor  elaborar un fresco de ambiente sobre el declive del mundo rural, en torno a tres peculiares personajes que habitan una casa en el campo.

La obra ofrece momentos extraordinarios, y hay que celebrar el trabajo de los intérpretes, todos de diferente estilo y, sin embargo, compenetrados: Luis Bermejo hace de hermano mayor, su obsesión es celebrar la  fiesta de los cabezudos aunque en los pueblos ya no quedan niños, está divertidísimo en un registro costumbrista; Emilio Tomé, a quien su mujer ha abandonado para irse con su hija a la ciudad, sigue una línea más contenida; y Francisco Reyes, el hermano pequeño en el papel de un "cagasentencias" está finísimo.

En este ambiente aparece el político corrupto (Israel Elejalde), primo de los tres hermanos, y que ha sucumbido a una terrible depresión. Es la tercera vez que Elejalde se pone la máscara de  político frívolo o corrupto (Veraneantes, Refugio). El personaje le va y aquí borda el papel, pues alcanza un exquisito nivel de complejidad moviéndose en la tenue frontera de la comedia y la tragedia. Es uno de sus mejores trabajos interpretativos.

No sé si Pablo Remon es de pueblo, pero sí tiene un pueblo que suele aparecer en sus obras. No está claramente identificado, me aventuro a que debe estar por Zaragoza o Soria, por las costumbres, acentos y expresiones del habla  y modos de los personajes que se van filtrando en sus historias. Ser de pueblo es algo que aquí, en esta ciudad de Madrid con tanta gente de pueblo, te distingue poco, pero a Remón le sirve de fuente de inspiración y le da oportunidad de rescatar un tema tan doloroso y olvidado como el declive del mundo rural y de las gentes que lo habitan. La obra habla también de la corrupción política, pero lo destacado en mi opinión es el retrato humano que nos hace del político como un hombre que difícilmente encontrará  un lugar en el mundo tras ser desenmascarado.

 

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