‘Rebus’

‘Rebus’

En plan serie

‘Rebus’, ‘Crimen’ y ‘On Call’: mucha policía, ¿poca diversión?

Ofrecen estos recién estrenados 'cop shows' algo más allá de una fórmula repetida hasta la saciedad. Veamos. 

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En las últimas semanas se han estrenado un puñado de cop shows, por otra parte uno de los géneros más profusos de la teleficción, que a buen seguro colmarán las necesidades de aficionado. Pero, ¿nos ofrecen algo más allá de una fórmula repetida hasta la saciedad?

Rebus (Gregory Burke, 2024 / Movistar Plus +)

Nueva adaptación de las novelas de Ian Rankin, llevadas a la pequeña pantalla entre 2000 y 2001 y entre 2006 y 2007, esta vez a cargo de Gregory Burke, guionista entre otras de '71 (Yann Demange, 2014). Con Richard Rankin tomando el relevo de John Hannah y Ken Scott como el detective de la policía de Edimburgo creado por el escritor de Cardenden, los perfiles del inspector se oscurecen con respecto a sus antecesores.

Violento, visceral y con problemas con la bebida, Rebus es un cliché andante recién separado de su mujer, casada en segundas nupcias con un millonario, que apenas ve a la hija que comparten. 

En el trabajo las cosas no le van mejor. La serie arranca con nuestro policía tratando de evitar que los protocolos médicos salven a un mafioso local, al tiempo que le administra un estrangulamiento para que la Parca haga su trabajo más rápido. Todo ello en el interior de una ambulancia y después de que el hampón haya dejado a otro agente en silla de ruedas para el resto de sus días.

El gánster se llama Ger Cafferty (Stuart Bowman) y será una pieza fundamental para completar el puzle criminal al que se enfrenta este policía cuarentón que busca refugio en la terapia y cuya vida sentimental está llena de malas decisiones.

Si en lo personal y en lo laboral a Rebus las cosas le van tan bien como a la democracia en Estados Unidos, en lo familiar el panorama no es mucho más alentador. Su hermano Michael (Brian Ferguson) es un ex soldado al que las facturas impagadas se le acumulan como si tuviera un árbol silvestre deshojándose en el comedor, llenándole los cajones de deudas mientras él, su mujer y sus hijos apenas llegan a final de mes. 

Sin ánimo de destriparles el argumento, diremos que el hermano de Rebus decidirá poner fin a sus problemas económicos saltándose el código penal y que su medida desesperada le convertirá en el eslabón que media entre Cafferty y su máximo rival en el mundo del hampa de Edimuburgo, Darryl Christie (Noof Ousellam). 

Rebus, que empezará investigando un apuñalamiento junto a su nueva compañera Siobhan Clarke (Lucie Shorthosue), terminará embarrado hasta la cintura, pues todos los acontecimientos, el asalto que investiga incluido, estarán conectados y tendrán su origen en el pasado. 

A esta producción para la BBC, cuyo final ya nos advierte de que, salvo sorpresa, tendremos nueva entrega, se le puede achacar la facilidad con la que nuestro detective desenreda el asunto apenas alcanzado el ecuador de la serie, todo después de que los personajes clave pronuncien, cuando corresponde, la frase que activará la memoria y el sentido de la inferencia de Rebus. 

Sin embargo, más que adaptar el material original, a Gregory Burke le interesa quedarse con la esencia de los personajes y profundizar en ellos; verbigracia los casos de la ex mujer de Rebus y de su hermano, no tan desarrollados en las novelas. 

Ahora bien, si algo merece la pena destacar en esta serie son sus perfiles oscuros. Desde las opciones estéticas (colorimetría, iluminación) que marcan la fotografía de Simon Archer y Giulio Biccari, hasta la violencia con la que se emplean los criminales, pasando por la hosquedad con la que se comporta Rebus, sin duda manifestaciones exteriores de una sociedad corrompida hasta la médula. Cuando vean el final, lo entenderán.

Crimen, de Irvine Welsh (Dean Cavanagh & Irvine Welsh, 2021 / Movistar Plus +)

'Crimen'

'Crimen'

Tres años después de que se estrenase en el Reino Unido, la primera temporada de la adaptación de la novela homónima de Irvine Welsh, que él mismo se ha encargado de trasladar a la pantalla junto a Dean Cavanagh, llega a nuestras plataformas. Por cierto, hay segunda entrega fechada en 2023.

Y lo cierto es que el autor de Trainspotting se separá un tanto del argumento original para mantener al inspector Ray Lennox (Dougray Scott) en su Edimburgo natal a fin de que investigue, junto a su nueva compañera Amanda Drummond (Joana Vanderham), la desaparición de una niña de 13 años.

Los parecidos entre Crimen y Rebus son más que evidentes, de hecho funcionan como una especie de programa doble que podría titularse ‘Escocia violenta’. Dos policías torturados, con problemas con el alcohol que en el caso de Lennox se hacen extensivos a otras sustancias, con familias desestructuradas y con facilidad para extralimitarse en sus funciones policiales.

Dos desobedientes profesionales que solo atienden a su instinto, encarnados por dos actores que lo dan todo, en este caso un Dougray Scott que asume los extremismos que Welsh imprime en la mayoría de sus desquiciados protagonistas –acuérdense del Bruce Robertson (James McCavoy) de Filth, el sucio (Jon S. Baird, 2013).

Sorprende, no obstante, que Crimen no sea más que un procedimental al uso, falto de eso tan propio del estilo Welsh, del que apenas encontramos trazas en esos restos de punzante humor negro marca de la casa, como si ese pasar de las letras a las imágenes hubiera comportado una necesaria domesticación.

Llama la atención, por ejemplo, observar cómo buena parte de los personajes masculinos se deconstruyen ante nosotros analizando sus arcaicos comportamientos. Independientemente de que sus comentarios revistan ironía en algunas ocasiones, ese tipo de intervenciones resultan oportunistas y poco creíbles. Otro tanto sucede con la subtrama sobre el acoso sexual en el trabajo que protagoniza Trudi (Angela Griffin), la novia de Lennox.

Por lo demás, la trama culebrea por las alcantarillas de la sociedad y nos muestra a pederastas, asesinos en serie, ejecutores de homosexuales o políticos infectos adscritos a la extrema derecha que van apareciendo en cada recodo de una investigación cada vez más enrevesada.

Aunque todo lo referido a los desarreglos familiares de Lennox, una especie de apoyo psicologista que pretende explicar al personaje, se torna impostado, las ingeniosas y ladinas estrategias que el inspector emplea para ajustar cuentas con aquellos que deciden no avenirse a sus amenazas disfrazadas de consejos proporcionan no poco disfrute.

On Call (Tim Walsh & Elliot Wolf, 2025 / Prime Video)

'On Call'

'On Call'

Wolf Entertainment lleva produciendo series de policías desde antes que hubiesen coches patrulla. El mandamás de la compañía, Dick Wolf, es el responsable de la franquicias Ley y Orden, FBI y Homicide y del conglomerado Chicago, con una serie sobre policías (Chicago P.D.), otra sobre médicos (Chicago Med) y otra más centrada en los tribunales (Chicago Justice).

On Call, que ha sido desarrollada por su hijo Elliot junto a Tim Walsh (Defiance, Cult), podría verse como la ampliación de esos universos a la zona de Long Beach, entorno en el que se sitúa una historia que sigue los mismo patrones que sus antecesoras a excepción de la duración. Y lo cierto es que los apenas 30 minutos por episodio no le sientan mal a esta serie hiperconcentrada que arranca con el asesinato en plena calle de la joven agente de policía María Delgado (Monica Raymund). Y ese sería el único rasgo diferencial, el resto es tan innovador como una misa.

El protagonismo de la función recaerá en la agente Harmon (Troian Bellisario) y en Díaz (Brandon Larracuente), el novato al que tiene que evaluar durante su periodo de prueba. Por cierto, esa relación entre veterano y rookie se repite en las tres producciones que repasamos hoy.

Harmon es una mujer resuelta, segura, precavida, con conocimiento del oficio y ambiciones. Su objetivo pasa por ser trasladada a la brigada de narcóticos, pero el asesinato de la que fuese su pupila la llevará a querer encontrar a su verdugo, un descerebrado con parientes ilustres dentro del mundo del narcotráfico que milita en East Barrio, la banda que controla la zona. Por un lado tendrá que cargar con el voluntarioso, inexperto e impulsivo Díaz, y por el otro hacer frente a los mandos superiores, que prefieren, dados sus vínculos personales, que no se involucre en la investigación sobre la muerte de Delgado.

La caza del asesino, su captura y las consecuencias que eso traerá conforman la trama horizontal que recorre los 8 episodios de esta temporada inaugural, mientras que cada capítulo está salpicado por las distintas actuaciones que la pareja de agentes lleva a cabo en su día a día, lo que a su vez sirve para darnos una idea de Long Beach, ciudad en la que conviven sexagenarias adictas a la heroína, padres que practican exorcismos a sus hijas o adolescentes pijos que caen como fichas de domino tras consumir cocaína adulterada mientras celebraban un fiestón en la mansión de los papás.

El movimiento constante de los policías y la multitud de pequeñas intervenciones que jalonan los episodios sirven para trazar el mapa criminal de una área en la que la palabra tranquilidad ha sido prohibida y la buena convivencia te la garantiza dormir con una Glock bajo la almohada. A los policías solo los vemos currar, y cuando aparecen cuestiones personales relativas a las familias de Harmon y Díaz es para señalarnos que sus hermanos están al otro lado de la ley y son fuente de problemas.

En On Call no hay tiempos muertos, ni paz para los malvados ni reposo para los buenos. La inestabilidad de la cámara, el uso de los dispositivos de grabación instalados en los vehículos policiales y en la indumentaria de los agentes ofrecen una suerte de visión panóptica que muchas veces se asemeja a la de los videojuegos en primera persona, y que contribuye a enfebrecer un show que tumba cualquier campaña publicitaria puesta en marcha los promotores inmobiliarios de Long Beach. Si On Call se hubiese rodado en mi pueblo, yo estaría acojonado. Se ve que vivir con miedo sale rentable. Al menos para algunos.