Image: Elina Brotherus

Image: Elina Brotherus

Exposiciones

Elina Brotherus

3 julio, 2002 02:00

Contenta por fin, 1999

Jardín Botánico. Plaza de Murillo, 2. Madrid. Hasta el 14 de julio

Parece lógico suponer que, a pesar de que las modas tiendan a uniformar las expresiones artísticas en todo el mundo, al ser la fotografía la "escritura de la luz", producirá caligrafías sustancialmente distintas según incidan los rayos solares en las distintas áreas del globo. PHotoEspaña 2002 muestra la obra de varios artistas del norte de Europa -Imágenes nórdicas, Corinne Noordenbos, Hellen van Meene- en los que efectivamente se constata otra temperatura lumínica, más baja, que no necesariamente se corresponde con un enfriamiento emocional. Así ocurre en la obra de Elina Brotherus (Helsinki, Finlandia, 1972), que se ha convertido en unos pocos años en una de las bazas más seguras en la proyección internacional de las artes escandinavas. Aunque objetivamente no puede desvincularse de un tipo de trabajo bastante trillado, el del autorretrato "sentimental" y doméstico, el espectador percibe desde el primer momento que lo que ve es fruto de un sincero desnudamiento y de un proceso de esencialización de vivencias alejado de la banalidad, con un tratamiento formal también especial, muy dentro de la realidad pero trascendido a través de las frías luces finlandesas o del invierno parisino.

Si sus retratos en paisajes son ciertamente hermosos, y las fotografías que ella llama "tristes", sobre bodas, funerales y divorcios, destacan por la contenida manipulación de los recuerdos dolorosos, su mejor serie hasta la fecha sigue siendo Suites françaises II (1999), que refleja su conflictiva relación con el entorno a su llegada a París, donde se instaló para trabajar en casa de un amigo sin apenas hablar dos palabras en francés. Sus esfuerzos para identificar cada objeto con su nombre, escrito en post-it amarillos pegados por toda la casa, hablan no sólo de las dificultades para desenvolverse sin un adecuado conocimiento del idioma, sino también de la soledad del recién llegado (los estados de ánimo también son identificados con papelitos sobre ella misma) y de la creación del "orden dentro del caos".