Image: Juan Carlos Savater

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Exposiciones

Juan Carlos Savater

13 marzo, 2002 01:00

Siete Picos, 2001. Óleo sobre lienzo, 89 x 116

Miguel Marcos. Jonqueres, 10. Barcelona. Hasta el 31 de marzo. De 6.250 a 9.375 euros

El artista como creador de luz y territorios espirituales: ésta es la idea que inspira la obra de Juan Carlos Savater, para quien el pintar y lo sagrado se confunden. Uno de los mensajes implícitos en Juan Carlos Savater es la pintura como revelación de lo sagrado. Es la pintura que santifica las cosas y el paisaje.

En una serie realizada en el 2000, Juan Carlos Savater cultivaba el paisaje, un paisaje sagrado. éste podía resultar familiar, incluso podía hacernos pensar en algunos parajes de la sierra de Madrid. Pero no era un paisaje como cualquier otro. Era un paisaje santificado por la presencia de objetos de culto religioso. Campanas, objetos e imágenes de rituales budistas impregnaban de espiritualidad el paisaje. Más aún, como si de una revelación se tratase, aquellos objetos colocados en primer término nos hacían tomar consciencia de la dimensión espiritual del paisaje.

Ahora, en las obras de reciente producción, esta dimensión sagrada se expresa de otro modo; menos evidente, pero incluso con más intensidad. Se trata de un paisaje deshabitado que hace pensar en el romanticismo nórdico de un fuerte contenido espiritual. Pero decirlo así no es suficiente. Lo que transforma el paisaje de Juan Carlos Savater en algo trascendente es la pintura. El paisaje sigue siendo el mismo paisaje de la sierra de Madrid, pero ahora hay algo de sobrenatural, difícil de explicar. ¿De dónde proviene esta rara atmósfera, esa luz que no alcanzo a definir ni a nombrar? Yo diría que Juan Carlos Savater ha pintado esta última serie como lo podría haber hecho un maestro antiguo. Lo que espiritualiza y da trascendencia al paisaje es observarlo a través de la tradición o la sabiduría de la pintura. Es la pintura, contemplar el paisaje de la historia o de unos referentes pictóricos concretos, lo que le atribuye un significado. éste es el efecto milagroso o el milagro de la pintura: transforma, o mejor, revela o santifica. Luego este paisaje que todos conocemos deviene en un manantial de espiritualidad. Los modelos que utiliza Juan Carlos Savater, su alusión constante a la historia de la pintura, se expresa como un saber mirar las cosas que las intensifica emocionalmente, que les atribuye alma y espíritu.