Foto: 'El beso' de Gustav Klimt, Belvedere, Vienna / Taylor Swift / John Everett Millais, 'Huguenot lovers on St. Bartholomew's Day'

Foto: 'El beso' de Gustav Klimt, Belvedere, Vienna / Taylor Swift / John Everett Millais, 'Huguenot lovers on St. Bartholomew's Day'

Arte

Story de pareja, canon de museo. La historia del arte detrás del compromiso de Taylor Swift

Tras las fotos de compromiso de Taylor Swift y Travis Kelce resuenan las pinturas de Van Eyck, Rubens o Klimt. Y es que el poder de la iconografía del amor traspasa modas y dispositivos. Analicémosla.

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María Marco
Publicada
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Taylor Swift (Pensilvania, 1989) revoluciona las redes anunciando su compromiso con el jugador de fútbol americano Travis Kelce (Ohio, 1989) a través de unas románticas imágenes de la pareja en un jardín de Lee’s Summit (Misuri).

Pero, ¿qué hay detrás de ellas?, ¿es posible que este post viral sintetice, en sí mismo, varios siglos de historia del arte?,¿es el post de Swift, en realidad, un guiño a la pintura barroca o neoclásica?, ¿son correctos los códigos del amor que utiliza?

Comencemos por la puesta en escena. Un manual de amor romántico en toda regla: el jardín florecido lleno de rosas, peonías y hortensias en abundancia y una sensación de “jardín encantado”, de paisaje idílico e íntimo.

Ese motivo dialoga con dos tradiciones: el Hortus conclusus medieval, donde el jardín cercado garantiza intimidad y pureza —las parejas del gótico tardío se cobijan ahí como en una promesa de compromiso—; y la fête galante (la fiesta galante) dieciochesca —piensen en Fragonard—, donde el parque es teatro del cortejo.

El “secret garden” o jardín secreto es un símbolo que la cantante ha utilizado simbólicamente también en letras de canciones e imágenes de sus últimos álbumes.

En las fotografías, la pareja posa de perfil y frente a frente, con abrazos y manos entrelazadas que funcionan como actualización de la dextrarum iunctio romana (el gesto clásico de unión matrimonial).

La mano de ella mostrando el anillo condensa el “sí” como símbolo público; es la misma lógica que vemos, por ejemplo, en retratos nupciales holandeses del XVII donde las manos ocupan el centro del cuadro. La serie alterna planos medios y detalles: cercanía emocional y prueba material (la joya).

Las fotos recuerdan a los interiores-exteriores del prerrafaelita Millais, al rococó amable de Fragonard y a la ternura táctil de Rembrandt, donde la mano sobre la mano dramatiza el cuidado. Aquí, el “sí” se lee en gestos mínimos y texturas.

Sigamos, como propone la historiadora Kelly Grovier, en su artículo de la BBC algunos códigos ocultos de estas fotografías a través de seis pinturas.

Gustav Klimt, 'El beso', 1909. Foto: Museo Belvedere, Vienna

Gustav Klimt, 'El beso', 1909. Foto: Museo Belvedere, Vienna

El beso, de Gustav Klimt (1907-08)

Referencia ineludible al jardín y al amor romántico. Como en las fotos de Swift, El beso encierra a la pareja en un prado florido que actúa como isla de intimidad sobre un fondo atemporal; la naturaleza es un aura que los separa del mundo.

En Swift/Kelce, el jardín no es fondo: es narrador, habla de belleza y fecundidad. Comparten complicidad, ternura y una coreografía de cercanía.

John Everett Millais, 'Huguenot lovers on St. Bartholomew's_Day', 1852

John Everett Millais, 'Huguenot lovers on St. Bartholomew's_Day', 1852

A Huguenot, on St. Bartholomew’s Day, de John Everett Millais (1852)

Millais no pinta un idilio, sino una prueba moral en vísperas de la Matanza de San Bartolomé, el asesinato en masa de hugonotes (cristianos protestantes franceses de doctrina calvinista) durante las guerras de religión de Francia. Ella es católica y teme por la vida de él, protestante.

Como detalle sugerente: en la mano de ella, un anillo que resuena con el de Swift. La joya —diseñada en exclusiva por Kindred Lubeck (Artifex Fine Jewelry)— se convierte en sello visible del voto (un “Antique cushion cit” de unos ocho quilates, valorado en 550.000 dólares).

Jean-Honoré Fragonard, 'El encuentro secreto', de la serie El progreso del amor, 1771-73

Jean-Honoré Fragonard, 'El encuentro secreto', de la serie El progreso del amor, 1771-73

El encuentro secreto, de Jean-Honoré Fragonard (1771-73)

Una rosaleda como teatro del encuentro clandestino; una Venus con Cupido coronando la escena. Jardín-refugio, sedas, follajes, gestos bajos (manos, miradas): la intimidad como espectáculo.

Su eco contemporáneo se encuentra con las poses de Swift: la exposición mediática global de Swift y Kelce contrasta con el recodo íntimo donde posan, sonrientes; ella, incluso, con las piernas sobre su regazo, en un gesto desenfadado.

Jan Van Eyck, 'Retrato del matrimonio Alnorfini', 1434

Jan Van Eyck, 'Retrato del matrimonio Alnorfini', 1434

Retrato de Arnolfini, de Jan van Eyck (1434)

En ambos casos, el de los Arnolfini y el de Swift se muestra un compromiso concluyente que se hace público. El espejo convexo de Van Eyck introduce testigos en la escena y la famosa firma “Johannes de Eyck fuir hin” (“estuve aquí”) para dar fe; hoy, el carrusel de Instagram funciona como espejo colectivo (familia, fan, prensa). Misma función notarial, distinto soporte.

El cuadro ya no se lee como ceremonia nupcial en acto, sino como doble retrato con códigos de estatus y virtud: algo que también proyectan la cantante y el jugador de fútbol americano. Como en Van Eyck los símbolos del perrito (fidelidad) y las naranjas (riqueza), Swift, en su post con decenas de millones de “me gusta” transmite riqueza, poder y posición social.

Peter Paul Rubens, 'Autorretrato con Isabella Brant en la pérgola de madreselva',1609

Peter Paul Rubens, 'Autorretrato con Isabella Brant en la pérgola de madreselva',1609

Autorretrato con Isabella Brant en el Honeysuckle Bower, de Pedro Pablo Rubens (1609)

Rubens se autorrepresenta con su esposa bajo una pérgola de madreselva (símbolo de amor fiel). Las manos derechas unidas (dextrarum iunctio) sellan la alianza. Él se muestra a sí mismo como gentilhombre, con sombrero y espada; ella, como dama de alta cuna, con cuello de lechuguilla y sombrero “florentino” .

En Instagram, Swift y Kelce optan por un código editorial sobrio vestidos por Ralph Lauren y es la joyería de alta gama -reloj Cartier de diamantes y pulsera de Louis Vuitton- los detalles que transmiten estatus.

De Van Eyck a Instagram, cambian los dispositivos, pero no la iconografía. Las fotos de Taylor Swift tan solo nos recuerdan el indiscutible poder de las imágenes que nos conectan con una comunidad y comunican lo que somos y como queremos mostrarnos al mundo.