Image: La ciudad se vuelve ARCO

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Arte

La ciudad se vuelve ARCO

18 febrero, 2016 01:00

Vista de Naturaleza natural de Fina Miralles en el MAN. Foto: Andrés Arranz

El proyecto Año 35. Madrid se trata de un conjunto de intervenciones de artistas contemporáneos en nueve museos de carácter y corte más clásico. Desde una perspectiva actual y, más o menos crítica, se acercan a sus colecciones para cuestionar la práctica museística. Se convierte en un homenaje a ARCO desde la propia ciudad utilizando enclaves que quedan fuera del circuito de las prácticas contemporáneas.

Combinar el arte clásico con el contemporáneo está teniendo su auge en el panorama museístico. A lo que ya hemos visto recientemente (Santiago Ydañez en el Museo Lázaro Galdiano y la dedicada al arte sonoro en la Fundación Juan March de Palma), se une ahora la celebración del 35 cumpleaños de ARCOmadrid. Para la ocasión, nueve museos emblemáticos de la ciudad acogen piezas de artistas contemporáneos para que dialoguen con las obras de sus colecciones, bajo el denominador común Año 35. Madrid.

La idea del proyecto es que la semana del arte de Madrid se extienda a diferentes puntos de la ciudad. "ARCO es interacción con la ciudad y esta es una de las apuestas de la muestra", ha apuntado José María Lasalle, secretario de Cultura del Estado. Javier Hontoria, comisario del proyecto, ha añadido que lo interesante es "intervenir en los museos y proponer una mirada actual en lugares que tienen otras prácticas más clásicas".

Uno de esos enclaves es el Museo Arqueológico Nacional con la intervención de Fina Miralles. En Naturalezas Naturales la artista plantea la relación entre la naturaleza y lo artificial a través de elementos vegetales, un laurel y gallinas que se contraponen a animales disecados o superfecicies de hierba artificial. La intención última es la de reflejar la dualidad natural/artificial. Otra de las instituciones que se une a la iniciativa es el Museo del Romanticismo con Fleurs et escargots de Fernando García. El artista se retrotrae en el tiempo y hace un guiño a obras como Contrabandistas en la serranía de Ronda de Manuel Barrón y Carrillo. "En la sociedad andaluza del siglo XIX la figura del bandolero era central" -explica Hontoria- y estas dos piezas que expone aluden a ellos.

Baporak de Mikel Eskauriaza

Por un lado la vitrina de cristales transmiten la idea "de apertura de las montañas en las que se escondían de los peligros", explica el artista. Por otro, los caracoles se configuran como elementos poéticos del escondite. Vestidos con sus características mantas, los bandoleros buscaban una guarida para acechar a sus próximas víctimas. En infinidad de ocasiones eran carruajes extranjeros a quienes, incluso, les gustaba ser asaltados. Así, mientras las vitrinas juegan el papel de apertura de las montañas los caracoles muestran la poetización de estos personajes. Y al fondo de la sala, unos marcos en los que, mediante punzones y diferentes estilos de desatornilladores dibuja patrones de esas mantas.

La tercera parada nos lleva hasta el Museo Cerralbo. Entre todas las piezas de la colección que mantuvo en vida el Marqués de Cerralbo convive Palabras prestadas, una pieza sonora de Oriol Vilanova. La idea "es crear una canción que habla de la relación entre la colección y el coleccionista", apunta Hontoria. En un lugar en el que los objetos son infinitos exponer algo material perdería el pulso. "Lo contrario al amor no es el odio sino la indiferencia", dice en un momento la grabación. Vilanova es artista y coleccionista a la vez y conoce bien cómo se tejen esas relaciones. Las palabras recitadas que se escuchan nacen de un hipotético supuesto en el que el Marqués resucita y observa que la alta sociedad cultural que dejó a su muerte ya no existe.

De allí se puede dar el salto al Museo Antropológico para ver cómo conviven las piezas de Rogelio López Cuenca en los tres pisos dedicados a diferentes continentes. Son trajes y vestimenta de diferentes clases trabajadoras que "aluden a lo que la cultura europea ha hecho con el resto de culturas, inferiorizarlas", explica el artista. "Las ha banalizado, les ha achacado atraso y señalado de monstruosidad en algunos casos". Para esta ocasión, los maniquís se representan sin cabeza para dotarles de mayor ímpetu artístico y transmitir la idea de "carácter y fuerza física". Accesorios, así se llama la muestra de López Cuenca, requiere que inteligencia del espectador se ponga en marcha para poner en relación las piezas. "La exposición no está concentrada en un lugar sino que coexiste fuera de las vitrinas con la colección", apunta el propio artista.

Fleurs et escargots de Fernando García

El recorrido nos lleva de allí a Tabacalera, donde también expone García-Alix. En las frías salas del lugar el brasileño Adriano Amaral interviene con Estudios en los lavabos y estancias de manera sutil. Algunos de ellos tienen leves alteraciones que piden la atenta mirada del espectador. En su obra convive lo sólido y lo líquido, lo material y lo inmaterial, lo natural y lo sintético que crean encuentros paradójicos y extraños. Polvo de sulfato, siliconas, ruedas de coche, luces, polvo y plásticos se vuelve legible entorno a una imagen: la de un reptil albino que se proyecta en la sala. El objetivo de Amaral es hacer que los espacios y objetos rutinarios se vuelvan complejos e irreconocibles.

Y aún hay más. El artista palestino Khalil Rabah aterriza en Casa Árabe para mostrar tres de sus proyectos más importantes. El Museo Palestino de Historia Natural y de la Humanidad, muestra el carácter nómada del artista, siendo esta una institución ligada a la investigación, divulgación y producción de arte pero, al mismo tiempo, errante. La reconstrucción de la oficina de Líneas Aéreas de los Estados Unidos de Palestina exhibe las maquetas, logotipos y relojes que evidencian el anhelo del pueblo palestino que se perpetúan en un presente imperecedero. Y en Exposición de Arte son las fotografías tomadas en diferentes exposiciones de arte palestino en diferentes sedes a lo largo de 60 años.

Ya en la Embajada de Colombia, país importante para ARCO, se verá la cuidada obra de Johanna Calle, una artista que trabaja de manera pausada pero invita a levantar la voz y actuar con piezas que aluden a la realidad de su país. En Nombre propio critica la cruda realidad de Colombia en la que muestra los retratos de niños y niñas abandonados en los años 90. Se trata de una artista comprometida que continúa esta práctica en Imponderables y Tierra caliente.

Si nos acercamos hasta La casa de la moneda, Zahcary Formwalt presenta In Place of Capital, un vídeo que habla sobre las relaciones de la economía y la dificultad de los primeros fotógrafos en representar el movimiento. En un segundo vídeo, At Face Value, profundiza en que la época de la recesión los sellos tenían que ser sobreimpresos por falta de material para crear nuevos. Por su parte Jane&Louise Wilson muestra What did the building see?, una de sus series fotográficas más recientes.

Por último, el artista vasco Mikel Eskauriaza es el protagonista del Museo Naval de la ciudad para la que ha hecho un proyecto específico. Baporak es el título que le ha dado a un proyecto que aúna pasado y presente y explora que ambos se pueden relacionar. En la muestra, el fotógrafo presenta 23 fotografías que retratan la historia naval y rastrean los diferentes lenguajes de la pintura y la literatura como vehículos de expresión.

@scamarzana