El lago de Vilabertrán, 1920

El ingenio del artista de Figueras sigue dando que hablar. Y cada vez que se habla de él todo cambia. Como cuando hace un par de años el país se volvió loco para ver la retrospectiva que el Reina Sofía le dedicaba. Pues bien, ahora no hay exposición de por medio sino la subasta de la obra El lago de Vilabertrán que Dalí pintó a los 15 años. Un lienzo postiempresionista. Muy Pierre Bonnard, muy Maurice Denis, muy coetáneo de los nenúfares de Monet. La subasta se abre con el precio mínimo de 250.000 euros en la casa Fernando Durán el 10 de noviembre.

Se podría calificar la pintura "como una joya del modernismo catalán", dice Kristian Leahy Brajnovic, director del departamento de Arte Contemporáneo de Fernando Durán. Dalí antes de ser Dalí, antes de ser surrelista, antes de la madurez. Es decir, un Dalí antes de llegar a la Residencia de Estudiantes de Madrid. El lago de Vilabeltrán es un lienzo que consta en el catálogo razonado con el número 42 pero resulta inédito para el público.

Anna María Dalí, hermana de Salvador Dalí, fue quien guardó la obra en su colección y luego pasó a formar parte de una colección privada madrileña. Se trata de una pieza de "un color intenso, con mucha fuerza que nada tiene que ver con su surrealismo posterior pero sí que cuenta con unas pautas de lo que es su espíritu". Una mirada onírica hacia un paisaje vibrante y "casi alucinógena" de lo que vendría después.

Con influencias de Bonnard y Denis, artistas a quienes admiraba, y con referencias cromáticas y espaciales de artistas catalanes como Joaquín Mir y Santiago Rusiñol, "coincide en época con los nenúfares de Monet y sus pinturas de Giverny". Las poesías que el propio artista escribió cuando tenía 15 años demuestran que "estaba pendiente de las tendencias franco-españolas de la pintura" y advierten como creaba su trabajo en torno a la vanguardias.

El hispanista Ian Gibson recoge en su libro Dalí joven, Dalí genial que el artista había ido al lago de Vilabertrán, un pueblo a las afueras de Figueras, a menudo de excursión con sus padres. "El pequeño "lago" del pueblo tenía una barca y era lugar predilecto de los enamorados. En el poema "Divagaciones. Cuando los ruidos se adormecen", citado antes, Dalí apunta que en el lago se refleja un campanario románico: la alusión a Vilabertrán no podría ser más clara. Dos cuadros de la misma época, El campanario de Vilabertán (1918-19) y El lago de Vilabertrán (1920), plasman los encantos de éste locus amoenus". De hecho, años más tarde, ambientó en este lugar su película La carretilla de carne.

No es la primera vez que se subasta una pieza temprana del artista catalán, la anterior, que tuvo lugar en Sotheby's, se adjudicó por 350.000 euros. Era de un tamaño similar pero "de menos calidad", apunta Leahy. Pero no parece resultar extraño estos experimentos e investigaciones del genio. Picasso en la época previa a la etapa azul, a la edad de Dalí, comenta Leahy, hace unos cuadros, de alguna manera, impresionistas. "Esta es la etapa de juventud de los pintores, incluso Miró tiene alguno de esa modernidad catalana".

A pesar de que no hay referencias de haber sido expuesto anteriormente, de cara al año que viene se prevé que el museo del Ampurdán acoja una muestra con las obras de la primera etapa de Dalí.

Utretch, Mappelthorpe, Grosse, Alcolea, Equipo Crónica

La obra de Dalí no es la única pieza que se subasta el 10 de noviembre en la sala Fernando Durán. Hay un Van Utretch que perteneció al Marqués de Remisa, un bodegón de caza. "Es raro encontrar un bodegón de caza holandés en España. En esa época el coleccionismo de nuestro país estaba dirigido al paisajismo y al mundo religioso" y este es un tema más típico del mundo protestante. La obra está valorada en 100.000 euros.

Por otro lado, la casa de subastas también cuenta con una colección de arte contemporáneo y entre sus piezas destacan una fotografía de Robert Mapplethorpe de la serie de Flores, un Karel Apple, un Manuel Hernández Mompó y una pintura de Katherina Grosse, "una pintora alemana muy cotizada en el extranjero que ahora está exponiendo en la Bienal de Venecia de Okwui Enwezor".

Y hay dos curiosidades dentro de esta sección. Por un lado una obra de Equipo Crónica que perteneció a Billy Wilder. "La Fundación Billy y Audrey Wilder la subastó hace tres años en Sotheby's Nueva York. Vendió parte de su colección privada para generar ingresos destinados a la Fundación. Un coleccionista lo trajo a España y ahora lo vende". Una pieza de Equipo crónica que viene de casa de Billy Wilder "tiene un plus", bromea el director.

La otra obra se trata de una pieza de 1971 de Carlos Alcolea, "de la nueva escuela madrileña con Luis Gordillo". Había estado perdido hasta ahora... La subasta es mundo de sorpresa.

@scamarzana